La ansiedad por empezar nos agobia a todos

SI PENSAMOS con la cabeza fría seguro que entendemos la situación y anteponemos la salud a cualquier actividad, pero pasó mucho tiempo y los de campo estamos necesitados de actividad como el agua de mayo.

La incertidumbre no la gestionamos bien. Entrenadores, jugadores y directivos estamos todos ansiosos por saber hasta cuándo se va mantener la situación de incertidumbre. Coincidimos en que se debe empezar con seguridad y lo antes posible, con partidos abiertos al público y dentro de la normalidad conocida.

El balón y el verde, supongo, que también nos están esperando, al fin y al cabo, somos compañeros de viaje.

La gran mayoría de planteles ya están confeccionados y sus técnicos tienen tiempo para preparar y programar lo que será en un futuro, las actividades diarias y los ciclos de trabajo. Entrenar, construir y poner a funcionar un equipo es difícil. Hace falta infraestructura, mucha organización, muchos conocimientos para llevarlo a buen fin.

Hay que poner en valor las cosas buenas y minimizar las deficiencias, que serán muchas. Observar, encuadrar, aplicar y buscar rendimiento, aprender, entrenar y dominar son vocablos que deben estar siempre en el día a día de un entrenador.

El día a día le pide al entrenador ganar desde ya, y ello obliga a introducir novedades en los métodos, en los modelos de juego y en los entrenamientos. En este medio ya hablé de la Periodización Táctica, pero también tenemos los Microciclos Estructurados y los Juegos Aplicados. A los que trabajan en la formación quiero recordarles que sería bueno que no olvidasen el trabajo analítico, fundamental en la formación de base y en la construcción del futbolista. Entrenar de acuerdo con las capacidades y las posibilidades de los jugadores.

Como norma general una sesión de entrenamiento debe contener los siguientes apartados: Parte introductoria, donde se explica e informa de la finalidad. Parte preparatoria, dónde se desenvuelve el calentamiento, Parte principal de la sesión, ahí va el objetivo principal. Partes complementarias y vuelta a la calma.

En los comienzos no teníamos fuentes a donde acudir, los medios eran escasos y en los campos se podía entrenar pocas veces y poco trabajo se realizaba con balón. Hoy, en cambio, los campos ayudan a entrenar como quieres jugar.

Nos preguntamos cómo entrenar y cómo jugar y cada uno tiene que buscar su respuesta. Ningún año, ningún equipo son iguales, lo del año pasado no te vale. No hay recetas, uno tiene que construirse los principios activos y la fórmula. Pido a los entrenadores que las tareas más exigentes y complejas las entrenen con el organismo descansado, que el jugador entrene de forma consciente, consecuente con el juego y darle tiempo para la asimilación.

En fútbol es complejo entrenar lo más parecido al juego, es un fin en sí mismo. Seguro que lo vemos imposible porque se dan situaciones en las que el jugador debe tomar las decisiones compatibles con los compañeros para llevar el juego a buen fin, por tanto, todos deben ser portadores de una buena percepción para tomar buenas decisiones.