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{ SIN PERDÓN }

La más grande leyenda del santo competidor

COMPETIR es el verbo, lo suelo recordar en los diferentes debates que mantengo sobre cualquier deporte. Si estamos hablando de competición, pues entonces el factor más importante es competir, ya se trate de equipos de fútbol o de baloncesto o de ciclistas o de tenistas. Se trata de dar lo mejor de ti mismo a la hora de la verdad. Y dentro de ella, en el segundo justo. En eso, pocos en la historia como Rafa Nadal.

A los niños que sueñen con ser deportistas profesionales les pondría lo sucedido en la final del Abierto de Australia en el tercer set. A él llegaba Rafa tras no haber empezado bien, también influido por el superlativo inicio de Medvedev: ese muro ruso, ese otro enorme competidor. Tras un primer parcial en el que el ruso le pasó por encima, tras un segundo en el que Rafa niveló las cosas y estuvo a un paso de ganar dos veces pero perdió, los primeros juegos del tercero fueron clave.

Y allí vimos a Rafa, dos sets abajo, apretar el puño y lanzar su clásico vamos tras lograr el empate a un juego. Lo más extraordinario, vimos a Rafa seguir luchando en una situación límite: 3-2 para el ruso y 0-40 con el servicio de Nadal... que levantó, una a una, las tres bolas de ruptura, después empató 3-3 y después...

Después ganó un set cuando confieso que, como tío Toni Nadal, yo ya estaba casi dándole la mano y felicitando al ruso, tremendo jugador. Al mejor se le da la mano, pero hasta que eso no sucede en tenis puede pasar de todo. Nunca entierres a Rafa Nadal, nunca dudes de un gran campeón pese a que tenga 35 años y un hueso del pie roto.

Fue el enésimo ejemplo de tenis, de deporte y de vida que nos dejó Rafa Nadal. Ganó el set, se metió en el partido y, pese a que Daniil Medvedev se empeñó en hacerle (hacernos) sufrir hasta el último juego, se llevó la final.

Admiro la sencillez de los sabios que basan los triunfos de Nadal en que es un pasabolas, en que nunca da una pelota por perdida y en que corre mucho. Perdón por la insolencia, no estoy de acuerdo. Nadal es un dios del tenis, una leyenda, un jugador que simplemente hace en cada momento (no es tan fácil como decirlo) lo que toca. Que juega mucho, que volea, que pasa y que compite, que le echa todo el valor del mundo en el momento más duro.

Nunca dejes de soñar. Confesó Daniil que lo hizo y que por eso perdió. El sueño de Rafa Nadal ya es el más grande de la historia. Confieso que para mí el mejor tenista de siempre no existe, no comparo a Nadal con Laver o con Borg, por poner dos ejemplos: imposible, son de otra era; ¡jugaban con raqueta de madera! Pero el dato dice que Rafa ya tiene más torneos del Grand Slam que nadie. Seguirá compitiendo, ganando. ¿En Roland Garros el 22?

30 ene 2022 / 20:52
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