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LAURYNAS BELIAUSKAS Escolta del Monbus Obradoiro

“Llegué con presión y estrés, ahora hago lo que mejor sé”

Son muchos los nombres propios del gran inicio de Liga Endesa del Monbus Obradoiro, con tres victorias en cuatro partidos antes de retomar la competición el próximo sábado (20.45 horas en Sar contra el Gipuzkoa), y sin duda uno de ellos es Laurynas Beliauskas (Klaipeda, Lituania; 2/3/1997). El exterior báltico llegó a comienzos de febrero para ayudar como base ante la lesión de Earl Calloway y solo disputó tres partidos antes de la pandemia. Ahora, consolidado como escolta, exhibe su capacidad anotadora: solo Laurynas Birutis supera sus 13,3 puntos de media en el plantel. Admite que la confianza y la presión son distintas; eso le ayuda a destaparse.

¿Satisfechos con el buen inicio a pesar de la derrota en Bilbao hace ya diez días (99-81)?

Sí, tuvimos un día bastante malo. Todos cometimos muchos errores. Creo que somos un muy buen equipo, que tenemos un grupo de buena gente. Tengo confianza en nosotros, cada jugador tiene su papel, su posición... Podemos hacer muchas cosas buenas esta temporada y una derrota no cambia cómo somos y quiénes somos. Lo veremos en los próximos partidos.

Recuerdo que al llegar la temporada pasada comentó lo mucho que le había sorprendido el ambiente de Sar. ¿Extraña mucho a los aficionados a pesar de haber vencido los dos partidos como local?

Los echo mucho de menos. La campaña pasada solo vi dos partidos en casa y la afición estuvo increíble. Quiero sentir eso otra vez. Es decepcionante no poder ver a todos los aficionados, para mí es triste.

¿Es muy distinto?

La sensación es distinta, parece más un partido de entrenamiento, pero simplemente debes concentrarte y hacer las cosas correctamente, aunque no sea lo mismo.

¿Es más difícil concentrarse?

Tiene pros y contras. Podemos escucharnos más unos a otros, hablar en defensa, comunicarnos bien. Así que en ese sentido, mitad y mitad.

Ahora les vienen cinco encuentros en apenas dos semanas. Un desafío importante para el equipo.

Sí, pero tienes que aceptarlo por el lado positivo. Tenemos dos semanas para entrenar, podemos mejorar nuestra defensa y todas las cosas que no hicimos bien en el último partido, así que tenemos mucho tiempo para recuperarnos.

La campaña pasada disputó tres partidos y firmó más asistencias (8) que puntos (2). En esta se está revelando como el segundo anotador del Obra. ¿Ha cambiado usted algo? ¿El equipo le pide cosas distintas?

Sí, las necesidades son distintas. Cuando llegué la temporada pasada lo hice como base y fue un reto, porque no es mi posición más habitual. Me sentí presionado al llegar en mitad de la temporada, con estrés... Ahora estoy en otro rol, el entrenador me da confianza y estoy haciendo lo que mejor sé hacer.

Se le ve con más confianza.

Sí, por supuesto, la confianza viene de dentro. Me encuentro bien aquí, siento más confianza. Esta es mi segunda temporada, conozco todo, a la gente de aquí, ya son mis amigos y estoy cómodo. Eso me ayuda a ser mejor sobre la pista.

Aunque estuvo poco más de un mes la campaña pasada, ¿aquel tiempo le vino bien para afrontar mejor la actual temporada?

Sí, está claro. Aquel tiempo fue muy valioso para mí. En apenas mes y medio aprendí mucho acerca del tipo de juego, de la velocidad, de la adaptación... Y creo que eso me ayudó mucho esta temporada. Al llegar sabía lo que me esperaba y vine preparado. Sabía lo que tenía que hacer en verano, lo que debía mejorar, y llegué preparado.

¿Qué intentó mejorar?

Intenté fortalecer mis piernas, mejorar mi defensa... Aquí hay mucha más velocidad que en otras ligas así que tuve que adaptarme a eso y a pensar rápido. Todo es más rápido.

Llegó por la baja de Earl Calloway. Ahora está jugando a tiempo completo como escolta. ¿Es su puesto más natural?

Sí, está claro. Mi posición principal es la de escolta pero soy un combo, puedo jugar de base a veces. El entrenador vio eso en mí y me dijo que si tenía que jugar de base no iba a irme mal. Me ayudó mucho.

En su presentación decía que se había sorprendido por la llamada del Obra porque no estaba seguro de si tenía nivel para la Liga Endesa. ¿Ha cambiado de opinión?

No, aún me viene ese pensamiento a veces, pero hago mi trabajo lo mejor que puedo, lo que me pide el entrenador y ya veremos los resultados en la pista.

¿Fue muy duro estar confinado en Santiago poco después de llegar?

Fue como una aventura para mí. Pensaba: “¿Qué ocurrirá ahora?” Tenía curiosidad por saber qué ocurriría, pero el tiempo pasó rápido y volví a casa. En Lituania la situación estaba mejor, así que pude entrenar y mejorar. Fue bueno, mejoré mucho durante el verano.

¿Allí trabajó con normalidad?

Todo el verano pudimos entrenar con normalidad, tanto en la pista como en el gimnasio. Había como 30 o 15 casos al día en todo el país así que no fue tan mal.

¿Cómo lleva las medidas de aquí: mascarilla, evitar lugares concurridos, cuidarse más de lo habitual...?

Intento no pensar demasiado. No es muy complicado: ponerse la mascarilla, ser más cuidadoso...

Todavía no ha debutado con la selección absoluta y en noviembre hay una ventana. ¿Se ve con opciones si continúa a este nivel?

No lo sé. Si me ven preparado me convocarán y si no, pues no. Intentaré mejorar todo lo que pueda y ya veremos lo que pasa.

¿Es uno de sus objetivos?

Por supuesto, jugar en la selección siempre ha sido mi sueño y el de todos. Es uno de los grandes logros en la carrera de un jugador.

Por último, ¿qué es lo que más le gusta de Santiago?

Me gustan los restaurantes, la comida es deliciosa. Soy un amante de la comida y aquí es increíble: el marisco, las patatas, el pan... El entrenador dice que es lo mejor de España y le creo. Y la ciudad es muy bonita, tiene mucha historia. Vienen muchos turistas y estoy encantado de vivir aquí y tener la oportunidad de conocerlo todo.

“BIRUTIS NO ES UNA SORPRESA”

··· Ya no es el único lituano en el plantel... ni el único Laurynas. A Beliauskas, ahora ‘Beli’ para distinguirse, se le ha unido Birutis (‘Biru’), unas de las sensaciones de la Liga Endesa al obtener el premio al MVP de septiembre. “Estuvimos juntos varios veranos en la selección júnior de Lituania, lo conozco bien”, apunta el escolta. “Sabía lo que podía hacer, así que no es una gran sorpresa. Lo más importante son las victorias. Si nos ayuda a ganar, perfecto”, enfatiza. “Con él estoy más cómodo. Hay otro lituano aquí, podemos hablar en nuestro idioma, hacemos cosas juntos... Está muy bien. Podemos aprender juntos y ayudarnos el uno al otro”.

··· El exterior báltico jugaba al baloncesto con su padre ya con cinco años, y comenzó a entrenar más en serio a los siete. “El baloncesto siempre ha estado dentro de mí. Nadie de mi familia jugó, pero éramos grandes aficionados, veíamos todos los partidos de la selección lituana. Allí es como nuestra religión”, admite Beliauskas, quien de pequeño se fijaba especialmente en Arvydas Macijauskas, ex del Baskonia o del Olympiacos y con un breve paso por la NBA: “Es uno de los mejores tiradores europeos de la historia, intentaba imitar sus jugadas”.

14 oct 2020 / 01:00
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