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|| La otra jugada ||

Lo tenían (casi) todo para triunfar

EL MUNDO del fútbol está lleno de jugadores que a muy temprana edad apuntaban a figuras y que por diversas circunstancias -lesiones, entornos poco aconsejables, decisiones equivocadas- al final se quedaron en meras promesas y otros que tras alcanzar la gloria, no quisieron o no supieron digerirla y acabaron sus días siendo una sombra de lo que fueron.

Si en los últimos años hay un trío de jugadores que lo tenían todo para marcar una época y acabaron por tirarlo por la borda han sido Ronaldinho, Mario Balotelli y Adriano. El primero llegó a lo más alto para dejarse ir de forma prematura y los otros dos nunca llegaron a demostrar el potencial que tenían por su mala cabeza.

Ronaldinho aterrizó en el Barcelona en la temporada 2003 tras una etapa de aclimatación al fútbol europeo en el París Saint Germain, cuando el club de la capital francesa aún era una entidad vendedora. El Barça venía de atravesar tres temporadas lamentables bajo la presidencia de Joan Gaspart y acababa de hacerse cargo del club una nueva directiva encabezada por los jóvenes Joan Laporta y Sandro Rosell que necesitaban de un jugador que se convirtiera en el estandarte de un equipo desilusionado y fracasado.

Hizo falta un solo partido, el que les enfrentó al Sevilla, para que la parroquia blaugrana volviese a confiar en el equipo entrenado por un joven técnico, Frank Rijkaard, que bajo la batuta del atacante brasileño y con la irrupción de hombres como Víctor Valdés, Xavi e Iniesta, además de la aportación, al año siguiente, de Eto’o alcanzaría tres años después la Champions League en París ante el Arsenal. Fueron unas temporadas en los que además de goles, Ronaldinho hizo las delicias de todos los aficionados con un fútbol marcado por la técnica y la creatividad y, eso sí, siempre con una sonrisa en la cara, lo que le llevó a ganar el Balón de Oro.

Dada su juventud, todo hacía pensar que el Barcelona había encontrado a un auténtico líder para muchos años. Sin embargo, su falta desinterés por el entrenamiento sumado a una vida noctámbula, acabó por pasarle factura en muy poco tiempo lo que provocó que el equipo se viniese abajo. Y la llegada de Pep Guardiola al banquillo hizo el resto. Conocedor de lo que se cocía alrededor del equipo, lo primero que hizo el nuevo técnico fue ordenar el traspaso tanto de Ronaldinho como de Deco -el de Eto’o tuvo que esperar una temporada-, cediéndole los galones a un Messi que ya apuntaba para número 1 del mundo.

A partir de aquí, la carrera del 10 de la canarinha fue un constante declive pasando por equipos como el Milan, Flamengo, Atlético Mineiro o Querétaro, donde nunca volvió a alcanzar el nivel de su etapa azulgrana, rematando con el reciente capítulo de su detención en Paraguay, junto a uno de sus hermanos, con un pasaporte supuestamente falso.

Pero más grave aún que lo de Ronaldinho resultó ser lo de su compatriota Adriano Leite Ribeiro, una fuerza de la naturaleza que asombró a todo el mundo, con apenas 18 años, en un amistoso disputado por su equipo por aquel entonces, el Inter de Milán, en el Santiago Bernabéu. Su físico y depurada zurda le auparon a la selección, siendo considerado el heredero natural de Ronaldo. Pero problemas personales le llevaron a cometer errores que le acompañarían durante toda su carrera, al punto de que el Inter acabó por devolverlo al equipo del que lo había traído, el Flamengo.

Sin embargo, el regreso a su país de origen no fue la solución para los problemas que acumulaba lejos de los terrenos de juego y a partir de ahí, con apenas 25 años, comenzó un discurrir por diversos clubes donde nunca llegó a ser el jugador que había llamado la atención siendo todavía un juvenil, rematando en el Miami United de la Liga Norteamericana, una especie de cementerio de elefantes en la que acaban los jugadores bien entrados en la treintena buscando un último gran contrato.

De mal en peor. Sin embargo, peor carrera que estos dos está protagonizando Mario Balotelli, un juvenil que con apenas 15 años ya debutaba como profesional en el Lumezzane (Serie C-1) y que despertó el interés de todos los grandes equipos de Europa, entre ellos el Barcelona que estuvo a un paso de firmarlo. Acabó decantándose por el Inter de Milán, equipo que se cansaría de sus constantes conflictos y de su indisciplina cuando todos esperaban que se convirtiese en el hombre que hiciese sombra a Leo Messi y a Cristiano Ronaldo.

Su deambular por equipos de Inglaterra, Francia e Italia fue y sigue siendo una constante y ahora, con apenas 30 años, acaba de fichar por el Monza de la Serie B.

Más casos. Pero junto a este triunvirato hay otros muchos jugadores que apuntaban a cracks y se quedaron por el camino, hombres como Jack Wilshere, Ricardo Quaresma, Mateja Kezman o Anderson Luis de Abreu, que en su día fueron fichados por equipos punteros -Arsenal, Barcelona, Atlético de Madrid, Manchester United- y algunos otros, son la evidencia de que no basta con tener calidad, sino que también hay que tener suerte y, sobre todo, la cabeza bien amueblada para hacer frente a lo que se les viene encima.

Y no todos están preparados para ello.

|| La cara y...

MAL AMBIENTE La motociclista Laia Sanz terminó su undécimo Dakar, octavo dentro del top-20 y hasta las pestañas de antibióticos para hacer frente a la enfermedad de Lyme que le transmitió una garrapata la pasada primavera, con lo que el solo hecho de acabar el rali ya supone todo un éxito y más en las circunstancias en las que se corrió y que lo hizo especialmente duro para todos los participantes.

Ahora, la española se está planteando el acudir en la próxima edición al volante de un coche en busca de nuevos retos porque en moto, según ella misma confiesa, hay que asumir muchos riesgos para estar delante y no está dispuesta a jugarse la vida en una prueba que conoce de sobra.

... La cruz ||

EXPULSADO Se puede decir que Leo Messi está haciendo frente a la peor temporada de su larga y exitosa carrera como jugador del Barcelona, equipo con el que lo ha ganado prácticamente todo pero que desde el estrepitoso 2-8 ante el Bayern nada ha vuelto a ser como antes, comenzando por su intento de abandonar el club, siguiendo por su sequía goleadora y rematando con la derrota en la final de Copa ante el Athletic pero, sobre todo, por su expulsión tras el manotazo a un jugador rival. Ese gesto es todo un síntoma de que el diez azulgrana no está centrado, lo que le lleva a tomar decisiones incomprensibles, a pesar de que pudiera argumentar que es objeto de todo tipo de faltas durante los partidos sin que los colegiados las sancionen.

|| Lo que debería ser y no es ||

PINTAN BASTOS Los dos grandes buques insignia del fútbol español, Barcelona y Real Madrid, no están atravesando por su mejor momento ni en lo deportivo ni en lo económico. Florentino Pérez, ante la crisis económica que acucia a todos los clubes, especialmente a los más importantes, decidió este pasado verano no solo no fichar, sino que traspasó a varios jugadores que tenía cedidos y que estaban llamados a tomar en relevo, en un futuro próximo, de unos titulares que están acusando el paso de los años.

Pero lo que nadie se esperaba es que cayesen eliminados a las primeras de cambio en la Copa del Rey a manos de un Segunda B, el Alcoyano, y mucho menos en una prórroga en la que los locales jugaron los últimos minutos con un hombre menos. Son este tipo de derrotas las que nunca se olvidan y dejan una huella que les perseguirá a todos ellos en el futuro, como ya ocurriera en el caso del Alcorcón que prácticamente le costó el puesto al por entonces técnico blanco, Manuel Pellegrini. No parece que de forma inmediata la vaya a suceder otro tanto de lo mismo a Zidane, pero dada la irregular marcha del equipo en la Liga -ahora mismo a siete puntos del Atlético y con un partido más- y habiendo perdido en apenas una semana dos competiciones, todo parece indicar que el francés se jugará el puesto en la eliminatoria de Champions ante el Atalanta.

Y si al Real Madrid le ha ido mal en la Copa, a punto estuvo de pasarle otro tanto de lo mismo al Barcelona que, tras desperdiciar dos penaltis, tuvo que ir a la prórroga -tercer partido consecutivo en el que los de Koeman se lo juegan todo en el tiempo añadido- para superar a un Cornellá, que ya había dejado en la cuneta a todo un Atlético.

No pintan nada bien las cosas para los azulgranas que a la grave crisis deportiva une una entidad en bancarrota y en manos de una gestora que aplazó la convocatoria de elecciones, con lo que decisiones importantes que tienen que tomar para intentar reflotar el club, se han visto pospuestas hasta que se haga cargo una nueva junta directiva.

24 ene 2021 / 01:00
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