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{ REFLEXIONES }

Los futbolistas no son ciudadanos comunes

NO ENCUENTRO NADA que pueda sustituir al fútbol, es un medio de transporte de relaciones, de entendimiento y de diplomacia con otros países. Hemos evolucionado y pasamos del transistor al big data que nos tiene al día y al momento de todos los acontecimientos. Se controla equipos, jugadores y juego.

Los futbolistas son estrellas que irrumpen en nuestras vidas, no son ciudadanos comunes, pero poseen las debilidades de los mortales. Les exigimos victorias, atención y disponibilidad cuando son humanos y están condicionados por las emociones. Como todos nosotros.

En el mundo del fútbol no tenemos paciencia y en este juego no existen los atajos. Hay que seguir los caminos que marcan los tiempos, la evolución, la progresión y la madurez biológica y emocional. Otorgamos estatus de figura al momento, le suponemos mucho talento sin respetar el binomio madurez y evolución cognitiva para que aparezca el talento y la maduración.

La heterogeneidad de los jugadores, sus culturas, su formación, su motivación por el juego, obligan a trabajar hábitos relacionados con el esfuerzo, la dedicación, el sacrificio, la voluntad y las competencias de tipo emocional, que condiciona el estatus de figura del fútbol, figura pública. El futbolista es un deportista joven y tenemos poca paciencia. Tienen privilegios de deportista de élite, sueldos de peso, viven en casonas (algunos), viajan con los gastos pagados, son admirados, pero pagan el precio de jugar los fines de semana, una vida laboral corta, estar mucho tiempo lejos de los suyos, con vacaciones a destiempo, una vida ligada a un club y no son dueños de su destino. Así son unos pocos, otros muchos viven en pisos, con dificultades económicas (hoy en día menos gracias al convenio y al sindicato), llevan a sus hijos al colegio y se mezclan con el pueblo.

La figura de futbolista también hay que entrenarla y prepararlos para las emociones y enseñarle los caminos que deben transitar. El camino tiene llanos, cuestas, curvas, baches, señales y reglamento que hay que conocer y respetar.

El mundo del fútbol no tiene paciencia y ante la ausencia de resultados, tanto para jugadores como para equipos, se monta la marimorena. Dicen que el fútbol lo empiezas a aprender cuando te vas haciendo mayor. A medida que se te acaban las piernas tienes que equivocarte menos. Los jóvenes ilusionan, son aire fresco, vienen con ganas, pero hay que darles tiempo para formarse. El ejemplo perfecto es el Barcelona, se quiere sustentar a base de jugadores promesa y a coste cero y no hay resultados.

El morbo se ha apoderado del fútbol. Se mueve la silla de los entrenadores, se zarandean, se despiden en aviones y se cuestiona el rendimiento, aun habiendo sido una estrella. Getafe y Levante también mudaron al director y esperan resultados. No hay entrenadores milagro. Por eso el mundo del entrenador es un aprendizaje constante, así que debe ajustar la metodología de trabajo, la tecnología, la gestión de grupo y la dirección a los tiempos hoy. Todo o nada ha cambiado, por la evolución del juego y por el momento social que nos ha tocado vivir. Valorar lo que tengo y lo que soy, para sacar lo máximo de cada uno, sin perder la esencia y mantener ese gusanillo ante cada partido.

03 nov 2021 / 01:00
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