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|| La otra jugada ||

Mejorar el espectáculo y la competitividad

LOS LLAMADOS deportes de masas han estado sometidos, a lo largo de la historia, a cambios de sus reglamentos para mejorar la competitividad y el espectáculo, aunque no siempre sus responsables acertaron, teniendo que dar marcha atrás en más de una ocasión. En España el deporte rey por antonomasia es el fútbol que, en esencia, ha evolucionado bastante poco en lo que a cambios sustanciales de las reglas del juego se refiere lo que ha llevado a que en muchas ocasiones partidos a priori atractivos, resulten auténticos peñazos porque uno o los dos contendientes se empeñan en no jugar.

En los últimos años los propios protagonistas, esto es, entrenadores y jugadores, han elevado sus quejas reclamando cambios importantes en la normativa por la que se rigen y es que prácticamente desde que se introdujo la posibilidad de hacer tres cambios -ahora mismo en casi todos los países, debido al covid-19 son cinco- así como la implantación de las tarjetas rojas y amarillas, apenas hubo modificaciones importantes.

Ahora mismo la FIFA parece tomarse más en serio este tema y está por la labor de introducir cambios que mejoren la dinámica del fútbol aunque, de momento, mucho nos tememos que la cosa se quede en un simple maquillaje para presentar otra cara sin entrar en el fondo de la cuestión. Según ha trascendido en los últimos meses, el único gran cambio que a medio plazo propone el organismo que preside Gianni Infantino va encaminado a organizar un Mundial cada dos años, con lo que si ya está sobrecargado el calendario con la celebración de una cita mundialista cada cuatro años, la cosa apunta a peor.

Hace unos tres años la FIFA pareció tomarse en serio el darle un vuelco al fútbol y puso en manos de expertos algunas sugerencias para que las estudiasen. Entre ellas sobresalían cuestiones de capital importancia como el que los partidos se dividiesen en dos tiempos de 30 minutos cada uno pero de juego real como ocurre, por ejemplo, en el baloncesto, además de realizar los saques de banda con el pie o lo que aún es más importante, plantear expulsiones temporales como sucede en rugby o hockey hierba.

Pues de todo esto nada se ha sabido o, cuando menos, nada ha trascendido y ya van allá varios años. Mientras tanto y para envidia de esta parte del Atlántico, en la NBA no paran de innovar planteándose, si les da tiempo, para la próxima temporada o como muy tarde para la 2023/24, un cambio en el formato de la competición entre los 30 equipos participantes. Las negociaciones entre la Patronal y la Asociación de Jugadores llevan tiempo sucediéndose y se centran en un formato que echaría a andar con una fase de grupos, al estilo de la Champions League, que se convertiría en una especie de fase previa de la temporada regular de la que saldrían los ocho mejores equipos que se enfrentarían en un torneo de eliminación simple que concluiría antes de Navidad, acortando la temporada de 82 a 78 partidos.

La NBA espera generar con este cambio un incremento de ingresos a medio y largo plazo tanto por los derechos de televisión como por patrocinios. Además, también están negociando el premiar con un millón de dólares a cada jugador del equipo campeón. El problema ahora mismo está en buscar un punto de equilibrio financiero que resulte rentable tanto a jugadores como a equipos pues al verse reducido el número de partidos, también se reducen los ingresos por televisión y patrocinio. Cada uno de esos partidos, en función de la rentabilidad de cada equipo, está valorado entre 2,7 y 4 millones de dólares.

Esta fórmula ya había sido planteada en el pasado pero con escaso éxito y es ahora cuando ambas partes parece que han llegado a un acuerdo que podría ser refrendado por los jugadores durante el All Star a celebrar en Cleveland. Adam Silver, el comisionado de la NBA, es el gran defensor de este nuevo formato con el que ha conseguido convencer a los propietarios para que den el paso que se negaron a dar en su día y que podría venir a ser tan importante como alguno de los cambios que el deporte de la canasta asumió desde su creación en 1891 y entre los que destacarían, entre otros, el tiro de tres puntos, los límites de tiempo en los ataques (se pasó a ataques de 30 segundos y posteriormente de 24) o la famosa Regla Alcindor que intentó acabar con el dominio del por aquel entonces pívot de la Universidad de UCLA, Lew Alcindor que luego pasaría a llamarse Kareen Abdul-Jabbar, que consistió en impedir los mates lo que obligó al jugador a patentar su no menos famoso gancho del cielo. Una regla que apenas estuvo en vigor diez años. Y es que si hay un deporte en el que no paran de mejorar es en el deporte de la canasta.

|| La cara y...

ÉXITO No era la primera opción de Florentino Pérez para sustituir a Zidane al frente de un equipo que había rematado la temporada sin un solo título, pero al final Carlo Ancelotti aterrizó el pasado verano en el Bernabéu para iniciar su segunda etapa como técnico madridista y lleva camino de reverdecer viejos laureles pues acaba de proclamarse brillante campeón de la Supercopa disputada en Arabia Saudí tras superar en semifinales al Barcelona y al Athletic en la final y, además, marcha destacado en la Liga en la que solo el Sevilla parece en disposición de pelearle el título, sin olvidar que está clasificado para octavos de la Champions donde se las verá con el PSG. Así, pues, su vuelta al equipo blanco no ha podido ser más positiva.

... La cruz ||

POLÉMICA La polémica está servida. El Barcelona no está dispuesto a que Dembélé se marche gratis este verano que es cuando finaliza su contrato y en vista de que el francés se ha negado a renovar, la directiva azulgrana se ha propuesto traspasarlo en este mercado de invierno para recuperar algo de lo invertido en su día en su fichaje -130 millones-, a lo que el jugador francés no está dispuesto, por lo que el club ha tomado la decisión de dejarlo en la grada lo que puede interpretarse como un claro abuso por parte de los dirigentes a los que les cuesta entender que el delantero está en su derecho de negarse a renovar y firmar por el club que quiera, ya que el contrato firmado en su día obligaba a las dos partes y no solo a una.

|| Lo que debería ser y no es ||

UN DISPARATE Lo de Djokovic tiene difícil explicación si lo analizamos tanto desde el punto de vista sanitario como desde el punto de vista deportivo. El genial tenista serbio se convirtió por méritos propios desde el comienzo de la pandemia del covid-19 en un negacionista, tanto del uso de la mascarilla como, posteriormente, de las vacunas. En eso, así hay que reconocerlo, fue coherente hasta las últimas consecuencias.

Lo que no tiene un pase es que intentase forzar las cosas al punto de presentarse en Australia sin vacunarse y pretendiendo echarle un pulso al gobierno del país austral. Un pulso en el que participaron activamente las autoridades serbias, dispuestas a apoyarlo y consentirle al bueno de Nole que hiciese lo que le diese la gana aunque ello implicase saltarse a la torera las leyes de otro país, y para ello también contó con el notable respaldo de su siempre polémico padre al que no dudó en sumársele su hermano con declaraciones desafiantes poniendo al actual número 1 de la ATP como el nuevo Jesucristo sacrificado en el Gólgota.

Pero, una vez que se toparon con la realidad, que no fue otra que la firmeza del Gobierno australiano dispuesto a no dejarse tomar el pelo, decidieron bajar el tono de sus veladas amenazas porque se dieron cuenta que además del Open de Australia, del que Novak tiene más títulos que ningún otro tenista -nueve-, ahora mismo están en juego una buena parte de sus patrocinadores que seguramente no ven con buenos ojos que su apadrinado sea portada de los medios de comunicación de todo el mundo por su negativa a vacunarse y, sobre todo, por las mentiras con las que se presentó en el país de los canguros.

Y como remate, de mantener su actual negativa a vacunarse, no podrá disputar el Open USA y Roland Garros, corriendo serio peligro su estatus como número uno del tenis mundial, además de que está en cuestión su participación en otros torneos de países a los que no se puede acceder sin el pasaporte covid. Con lo que su pretensión de superar los 20 Grand Slam con los que cuenta, no la podría cumplir.

23 ene 2022 / 01:00
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