Monólogo de De Paul y del Atlético

Rodrigo de Paul ya es un líder en el Atlético de Madrid, iluminado y relanzado por el fútbol, la personalidad y la ambición del internacional argentino, sobre el que construyó una victoria incontestable contra el Real Betis (3-0), derrotado por los goles de Carrasco, Joao Félix y en propia puerta de Pezzella, superado de principio a fin y sin más respuesta que Claudio Bravo frente a la determinación del equipo rojiblanco.

Una reacción esperada y concluyente del bloque de Simeone, que vivió el partido sancionado, desde el palco con la misma tensión -o más- que en el banquillo, consciente de la transcendencia de un partido del que se adueñó De Paul, aclamado cuando fue sustituido al borde del final, y que refuerza al Atlético, contundente en su respuesta a los triunfos de Madrid y Sevilla, en la misma medida que frena al Betis, rota su racha de tres triunfos consecutivos. Porque el Betis amenazó 45 segundos. Se quedó en un grupo insustancial todo el primer acto y casi todo el partido, en cuanto William Carvalho probó a Jan Oblak antes del primer minuto con un tiro desde fuera del área. Salvo Rodri, que transmitió tanto arrojo como calidad en cada contacto con la pelota, aunque luego fue cambiado al descanso, nadie de verdiblanco expresó apenas nada, aplacado primero y rebasado después por el Atlético, hasta el descanso y más allá.

El encuentro siempre transmitió que era sí o sí del Atlético por ocasiones, por fútbol, por ambición y por convicción, porque el VAR invalidó el 2-0 de Hermoso cuando arrancaba la segunda parte, porque Luis Suárez remató fuera, porque Savic no acertó a cabecear un testarazo que fue a las manos de Bravo, porque el portero privó a Luis Suárez del gol...