Murillo sale al rescate del Celta en el último suspiro

Un gol del colombiano Murillo en la prolongación evitó la derrota del Celta. Los locales, en un partido equilibrado, aunque habiendo llevado la iniciativa en el segundo tiempo, se vieron por debajo tras un tanto del excéltico Orellana. Antes, también en el segundo acto, Iago Aspas había lanzado un golpe franco a la cruceta.

El Real Valladolid tuvo la primera opción al cuarto de hora de partido. Lo hizo ante un infrecuente error de Tapia en la salida. Guardiola robó el cuero de los mismos pies del peruano, que consiguió dificultar la finalización del rival, aunque la pelota llegó a Weissman, cuyo disparo por el centro lo desvió Rubén. Poco después, desde dentro de la media luna, Alcaraz chutó alto un pase de Olaza. No había apuntado mucho mejor el Celta, que hasta el momento contabilizaba un intento de remate de Brais, tras una jugada embarullada en el área visitante, y a continuación de la de Alcaraz, un disparo de Denís que desvió Olaza con el cuerpo.

El conjunto vallisoletano se mostraba más activo por la banda de los excélticos Olaza y Orellana, mientras los locales, limitados por la presión adelantada del cuadro de Pucela, lo hacían por la de Mallo y Denís, que había permutado el ala con Solari.

En el minuto 38, Hugo Mallo no acertó a dirigir entre los tres palos un remate a pase, precisamente, del argentino, que había vuelto a su ubicación inicial.

Primer varapalo. La segunda parte, sin perder intensidad, no vio la primera ocasión clara hasta que Coudet movió el banco. Sin embargo, no fue por una acción combinada, sino a balón parado. Iago Aspas tomó la pelota para un golpe franco y la estrelló en la escuadra a punto de cumplirse la hora de juego. El Valladolid respondió en el minuto 65 con una jugada de Guardiola. Su acción individual benefició a Óscar Plano, que perpendicular al palo derecho y en la frontal del área pequeña, disparó fuera.

Comenzaba el calvario olívico, que veía un minuto después como Araujo, lesionado, debía abandonar su puesto siendo sustituido por Aidoo.

El Valladolid se adelantó gracias a una contra letal iniciada por Roque Mesa en el minuto 69. El centrocampista canario prolongó para Weissman, cuyo disparo fue sacado a una mano por Rubén, pero el chileno Orellana, que seguía la acción, no perdonó y su disparo cómodo y raso acabó en las mallas. El conjunto pucelano sacaba un gran rendimiento a un juego en el que había cedido la iniciativa a su rival para cobrarla en el marcador.

Sergio González comenzó su carrusel de cambios hasta el final para recuperar la intensidad de la presión del principio del choque. Sin embargo, con el Celta a la desesperada, en la prolongación, una falta en tres cuartos fue sacada por Iago Aspas a la cabeza de Murillo para que el colombiano pusiese el esférico lejos del alcance de Roberto. El gol alivió la mala digestión del mediodía, pero no consiguió evitar las dudas sobre un juego, el del equipo vigués, al que le faltaron soluciones ofensivas.