Nikolić, Kicanović y Nikcević, impulsores
Que un western gane siete premios Oscar es difícil, muy difícil pero sucedió en 1991. Lo logró Bailando con Lobos, suficiente para no enfadarse jamás con su actor/director, Kevin Costner, y siendo casi lo mismo, un jugador recién retirado convertido en entrenador a los 31 años... , Željko Obradovic,ćcoprotagonizó una película igual de épica donde sucedió lo imposible, lo inimaginable: las flores deportivas de la primavera de 1991 sembradas por el Partizan de Belgrado en Fuenlabrada brotaron un año después... en Turquía.
Septiembre de 1991. Ante la Guerra de los Balcanes, la FIBA hace que los equipos de lo que fue Yugoslavia peregrinen a otras ciudades.
El club croata Slobodna Dalmacija llega a A Coruña y el serbio Partizan de Belgrado a Fuenlabrada. En esa ciudad madrileña viven y entrenan a 2.634 kilómetros de su tierra Obradovic y sus chicos. Entre llamada y llamada de teléfono y conversaciones aquí o allá pendientes de los medios informativos, los jugadores del Partizan encaran la Copa de Europa (hoy Euroliga). Uno de ellos, es el ala Vladimir Dragutinovic.
“Como todo deportista, los pensamientos estaban dirigidos y enfocados hacia la competición, hacia los contrincantes... Pero por lo que pasaba en nuestro país, era difícil no pensar en lo que allí sucedía”, señala a EL CORREO un escolta que entonces tiene 24 abriles en un vestuario que lideran Danilovicć (alero, 20) y Djordjevic (base, 23), con Loncar (escolta, 19) Rebraca (pívot, 19) e Ivo Nakic (ala, 26, único croata del grupo), entre otros. El torneo reparte a 16 franquicias en dos grupos.
En la liguilla del B, el Partizan de Fuenlabrada pierde dos veces con el Estudiantes (95-75 / 75-72) y hace tablas con el Joventut (79-76 / 75-76), siendo cuarto tras seis triunfos en el polideportivo fuenlabreño Fernando Martín. En medio del caos, el equipo aplaca el dolor con mares de trabajo silente. Día tras día.
“Se creó entre nosotros una química y unidad que fue el factor decisivo”, aclara Dragutinovic.
En cuartos de final retan al Virtus de Bolonia, primero del grupo A y entrenado por Messina, con Wennington más Binelli, Coldebella, Morandotti, Brunamonti y el esloveno Jure Zdovc, a quienes vencen pese al factor cancha en contra en un duelo a tres partidos, el primero en Belgrado, tras OK de la FIBA. Y ganan 2-1. Ya en semis, otro peldaño hacia el cielo, tumban al Olimpia Milan de los Johnny Rodgers, Pittis, Antonello Riva y Darryl Dawkins por 82-75. Mientras, La Penya supera al Estu por KO (91-69). Así la vida, el 16 de abril de 1992 corona por 71-70 al Partizan de Belgrado con un mágico triple in extremis de Djordjevic, pirueta convertida en icono del baloncesto de Serbia y llanto badalonés (luego curado), tiro que aunó talento, rabia y orgullo. De Oscar.
DESDE SERBIA Vladimir Dragutinovicć (Vlada) contesta a EL CORREO GALLEGO gracias a la amable mediación de Dusan Zeravica, entrenador afincado en Galicia e hijo del gran y añorado técnico Ranko Zeravia. Y así recuerda este escolta de aquel Partizan de Belgrado la temporada donde, contra pronóstico, lograron ser Campeones de Europa: “Pienso que fue clave para el triunfo el liderazgo de la leyenda de nuestro baloncesto, el profesor Aleksander Nikolic, un joven entrenador Obradovic, y el equipo, ya que éramos todos de la misma quinta. Y con el director deportivo Kicanovic, y presidente del club Nikcevic, se creó una quimica y unidad, que fue el factor decisivo. La juventud y la experiencia adquirida en aquella liga yugoslava había creado un estilo de juego y una relación entre los jugadores única, sin lo cual no hubiéramos conseguido ningún resultado serio. Lo más duro fueron los viajes y la separación de la familia y de nuestras casas. Nada fue fácil, por las constantes presiones de Profesor Nikolic y por la complicada situación en nuestro país”, añade Dragutinovic antes de preguntarle que lograría hoy ese equipo, a lo que responde: “El baloncesto ha progresado mucho hoy en día, creo que nosotros tendríamos problemas de califacarnos para la Eurocup”. Y acaba diciendo quienes le gustan hoy: “Por ser patriota me inclino por Micic y todos nuestros jugadores de Euroliga sin olvidar a las leyendas como Gasol, Mirotic, Larkin, De Colo...”.