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Aquellos maravillos aros (102) >1973. Madrileño que jugó en A Coruña, Lugo y Vigo, fue el máximo anotador de Primera División dos veces // Afincado aquí, bien haría el básquet gallego en homenajearle

“Nunca fue llamado para el equipo nacional sénior”

En los primeros años 70, el baloncesto es un arte de fintas y contras donde siempre vence el mismo.

En la liga de Primera División del curso 1972-1973, el Real Madrid concluye con 30 partidos jugados y otros tantos ganados. Los Ramos, Cabrera, Cristobal, Emiliano, Brabender y Luyk son un escándalo, anotan 91 puntos por día en una liga con 16 clubes, entre ellos el Breogán de Lugo, donde Alfredo Pérez asalta al cielo estadístico.

Acaba líder anotador, con 23,2 puntos de los 70 que promedia ese Breo que retiene la máxima categoría. Dos temporadas antes, ya fue el killer del torneo ayudando a que la afición lucense siguiera disfrutando de la élite con esa camiseta breoganista que, de otra talla, vestiría años después su hijo Borja Pérez, con menos eco.

Alfredo Pérez Gómez, madrileño del 12 de junio de 1949, géminis de 1,91 m. (1,89 m., según algunas fuentes) nace para encestar en todo aro, hasta el punto de que un compañero suyo pone la elegancia al servicio del máximo grafismo para decirnos que... “las metía hasta con el culo” (con perdón).

En ese época juega también Luis Apesteguia y resume para EL CORREO el estilo del primer anotador del Breogán, predecesor de Manel Sánchez, cada quién con su estilo y estilete, ambos con carácter y más puntos en la mano que agua en el mar. Por cierto, el Manel de 17 primaveras y el Alfredo de 27 comparten vestuario en la temporada 1976-1977, junto a Lete, Fullarton, Miol, Sevilla, Llobet, Aguado, Elíes, Conde, Redondo y Salinas, entrenados por Juan Quiñoa, con una talla media de 1,90 m., según el periódico El Mundo Deportivo.

“Alfredo anotaba normalmente cerca del aro, tenía buena técnica y el tiro corto lo dominaba bien... y con los años mejoró su tiro”, apunta Luis, canterano del Estudiantes que jugó en O Barco en 1981/82.

Junior del Vallehermoso Madrid (1967/68) de Primera, Alfredo vino a Galicia en barco, con el costero equipo coruñés Bosco Revoltosa (68/69), que no se sostiene arriba así que él viaja al Mataró y a los pocos meses lo incorpora el Breo dirigido por Manolo Jato, donde Alfredo mete canastas a paladas durante siete temporadas.

Tras el descenso lugués de 1977, antes de guardar las zapatillas, quizá unas All-Star, la despedida le allega a otras aguas gallegas para defender al Bosco Vigo de 1978 silente adiós en Segunda cuando en Primera, tras diez años de monopolio blanco, logra la liga el Joventut. El mundo cambiaba

Y en 1979, se retira un grande.

Alfredo vive en A Coruña y el baloncesto gallego haría bien en homenajearle. El parqué tras el covid-19 precisará más memoria.

análisis. Luis Apesteguia Díaz, navarro afincado en Madrid que jugó en los años 70 en el EMT de Madrid y el Estudiantes, define así a Alfredo Pérez. “Fue un jugador importante a nivel nacional, con buena técnica y muy buen juego cerca del aro y al tablero manejando ambas manos, cosa que no era muy común en esa época todavía. Fue máximo encestador de la liga dos temporadas, y a pesar de ello nunca fue seleccionado para el equipo nacional sénior. Esa es una de las deudas que el baloncesto español tiene con él. Jugaba en el Breogán de Lugo, club que debía luchar por no descender pero su calidad, su altura para aquella época y su trayectoria anotadora eran suficientes motivos para que Díaz-Miguel le hubiera seleccionado”.

“Nunca fue llamado para el equipo nacional sénior”

Análisis. Luis Apesteguia Díaz, navarro afincado en Madrid que jugó en los años 70 en el EMT de Madrid y el Estudiantes, define así a Alfredo Pérez. “Fue un jugador importante a nivel nacional, con buena técnica y muy buen juego cerca del aro y al tablero manejando ambas manos, cosa que no era muy común en esa época todavía. Fue máximo encestador de la liga dos temporadas, y a pesar de ello nunca fue seleccionado para el equipo nacional sénior. Esa es una de las deudas que el baloncesto español tiene con él. Jugaba en el Breogán de Lugo, club que debía luchar por no descender pero su calidad, su altura para aquella época y su trayectoria anotadora eran suficientes motivos para que Díaz-Miguel le hubiera seleccionado”.

24 may 2020 / 21:44
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