Partido gris para un Dépor que se aferra al liderato

Un Deportivo gris solventó el primer escollo en su camino para garantizarse una plaza en la Primera RFEF de cara a la próxima temporada y con su victoria ante el Marino de Luanco conserva la primera plaza y la ventaja sobre sus perseguidores más inmediatos.

Un tanto de Miku de penalti, gestado en una inocente pena máxima de Morilla sobre Lara, decantó un duelo en el que el conjunto asturiano, entrenado por el exdeportivista Manel -que fue campeón de liga con el club herculino, aunque su participación durante su paso por A Coruña fue testimonial-, ofreció una buena versión, acorde a la que le ha permitido una extraordinaria resurrección. De estar muerto y abocado al descenso al final de la primera vuelta, a optar, aunque lo tenga lejos, a un puesto en el que será la tercera categoría del fútbol español el próximo curso.

El Marino, que tuvo más llegadas y puso más veces a prueba al portero rival, fue un digno rival que volvió a alimentar las dudas sobre el rendimiento del equipo de Rubén de la Barrera. A diferencia de partidos anteriores, no convenció con su fútbol pese a encadenar la cuarta victoria consecutiva.

A balón parado generó su primera ocasión el conjunto luanquín, en un saque de esquina servido por Guaya y que, tras cabecear Nacho Matador, también remató con la testa Trabanco a las manos de Lucho García.

Pronto el balón pasó a las botas del Deportivo, aunque el equipo de Manel, intenso y aplicado, contuvo las acometidas locales. Un pase de fantasía de Raí para Miku lo desbarató una buena ayuda defensiva y la conexión entre Keko y Bóveda por la derecha, culminada con un remate de Raí, se encontró con el cruce providencial de Morilla.

Camino del ecuador del primer periodo dio un paso adelante el Marino, que se presentó con peligro en un par de ocasiones en el área de Lucho García. En la primera reclamó un posible penalti de Villares sobre Álex Arias, que pareció falta fuera del área, y en la segunda, un chut de Luis Morán lo taponó Bóveda lanzándose al césped. El propio Luis Morán volvió a amenazar, con media hora disputada, en un centro chut que se le complicó al meta deportivista. Y Álex Arias mandó al limbo un libre directo en las proximidades del área grande deportivista.

También protestó un posible penalti el equipo herculino en un saque de esquina en el que Morilla agarró por el brazo a Villares. El colegiado, que vio de cerca la acción, no apreció infracción.

La mejor ocasión del primer periodo llegó en el minuto 44, después de que Lucho García no llegara a atajar un centro pasado de Guaya. La pelota, servida al balcón del área, la remató rasa y con potencia, aunque centrada, Álex Arias. El portero deportivista despejó en corto y Mujaid mandó la pelota a córner ante la amenazante presencia de Lora.

Doble lesión. Se retomó el segundo acto con una nueva llegada del cuadro luanquín, aunque la irrupción de Guaya por la izquierda no se concretó en un centro peligroso. Casi al mismo tiempo, ambos equipos perdieron un efectivo por lesión: Borja Granero y Mendi, quien, lesionado en el aductor, tuvo que dejar su plaza a Chiqui.

Cuando más plano parecía el equipo herculino, que reclamaba algún tipo de solución desde el banquillo, Lara entró en el área por la izquierda y Morilla le trabó. Miku, pese a que Chechu se tiró al lado correcto, anotó la pena máxima y situó el 1-0.

No se amilanó el Marino con el gol y Luis Morán ganó la línea de fondo y puso un centro que Lora cabeceó algo forzado. Rubén de la Barrera buscó atesorar la pelota con Gandoy, relevo de Lara, y el Marino dio entrada a Orviz y Chiqui.

La escuadra coruñesa controlaba la posesión y el ritmo del encuentro, aunque lo exiguo del resultado le dejaba caminando sobre el alambre. Mujaid, al que se le hizo de noche al entrar en el área después de una gran conducción, pudo liquidar el partido antes de que De la Barrera realizara un triple cambio para refrescar ideas y piernas y mantener la presión alta. Manel prescindió de la línea de tres centrales para tratar de disponer de más gente por delante del balón y buscar el empate.

Resistió de pie el Marino, que metió en apuros al Deportivo en el tiempo añadido. Un disparo de Orviz, en el tercer minuto de ampliación, llevó la intranquilidad a la afición blanquiazul. El partido concluyó con una falta lateral de Álex Arias a la que se incorporó, buscando el remate, el meta Chechu, aunque sin consecuencias.