Pinchazo en Logroño de un Dépor en pleno bache

La grandeza del fútbol permitió que un equipo sometido durante muchos minutos, atrincherado en su campo, y que prácticamente realizó un único remate entre los tres palos se acabara llevando la victoria frente a un Deportivo incapaz de hincar el diente a una SD Logroñés que ya había obtenido un empate en Riazor con un gol en el tiempo añadido. El equipo de Borja Jiménez completó un gran primer tiempo, sin la puntería necesaria para concretar en goles una superioridad manifiesta. Sendos remates de Soriano y Trilli acabaron en los postes y permitieron al rival salir airoso y rearmarse para un segundo tiempo en el que un tanto de Soberón a balón parado condenó a la escuadra coruñesa, que, con el Racing a la vuelta de la esquina, encadena por primera vez dos derrotas en el curso actual.

Salió decidido el Deportivo a por el encuentro. El pinchazo ante el Real Unión y la proximidad del trascendental encuentro del miércoles ante un rival al que aventaja en cinco puntos, aunque con un partido más, invitó al equipo herculino a dar un golpe sobre la mesa para reforzar su autoridad en el grupo 1. Instalado en el campo de una tímida SD, buscó construir con paciencia el equipo de Borja Jiménez y recuperar rápido tras sus pérdidas. Al filo del cuarto de hora llegó la primera opción del conjunto coruñés para marcar con un chut de Soriano que acabó en la cepa del palo derecho. Un par de minutos después, Juergen no halló puerta con su chut. Encontró Sandoval espacio por detrás de Trilli y se presentó solo ante Mackay, aunque cruzó en exceso su tiro.

Volvió a ocupar el cuadro deportivista el campo del equipo rojiblanco. Y llegaron las ocasiones de William, de Trilli, cuyo tiro pegó en el otro poste, y de Lapeña.

Volvió a armarse de paciencia el once herculino tras la reanudación para tratar de desarbolar el entramado defensivo local. Quiles, precipitado, acabó una jugada en la que tenía mejores opciones con sus compañeros. Sandoval replicó.

La SD, justo después de un triple cambio, se encontró con el premio del gol en un saque de esquina. Lo sirvió desde la izquierda Emilio y lo cabeceó a placer Soberón, que acababa de incorporarse al juego. El tanto afianzó al Logroñés, que supo administrar mejor sus posesiones.

Miku, uno de los recambios deportivistas, envió fuera un testarazo ante la mala salida de Vidal en la mejor ocasión del cuadro blanquiazul del segundo acto. Borja Jiménez buscó soluciones para los últimos minutos y apostó también por un triple relevo. La respuesta de Raúl Llona fue incorporar a Xiker como tercer central. Resultó estéril el asedio deportivista, con mucha posesión y circulación de la pelota, pero carente de profundidad y de capacidad de generar verdadero peligro. Un tímido remate de Noel y un córner final al que se incorporó Mackay y que remató alto Miku fueron el canto del cisne de un líder en horas bajas.