Roger Federer ha elevado el tenis a la categoría de arte

roger federer acaba de anunciar su retirada, una lesión de rodilla –operado tres veces– le ha obligado a retirarse a los 41 años, tras 24 en el circuito profesional, con 1.251 triunfos en 1.526 partidos disputados, ha ganado 103 trofeos (20 Grand Slam, con 369 victorias frente a las 334 de Djokovic), ha estado 310 semanas como número 1 del mundo (237 consecutivas, en cinco ocasiones finalizó el año como número 1).

Roger dirá adiós a su carrera en Londres, del 23 al 25 de septiembre, con motivo de la celebración de la quinta edición de la Laver Cup que enfrentará a Europa y el Resto del Mundo. El equipo de Europa estará integrado por Roger Federer, Rafa Nadal, Novak Djokovic, Stefanos Tsitsipas, Casper Ruud, Andy Murray, y Björn Borg como capitán; y el equipo del Resto del Mundo estará formado por Felix Auger-Aliassime, Taylor Fritz, Diego Schwartzman, Alex de Minaur, Frances Tiafoe, Jack Sock, y John McEnroe como capitán. Vislumbro que Roger tendrá una despedida muy emotiva, con sus compañeros de profesión apoyándole y el público del estadio O2 totalmente entregado por todo lo que le ha dado a este deporte.

Roger, de adolescente rebelde y contestatario, con un carácter fuerte, muy competitivo y mal perder en la pista, se lo hizo pasar fatal a sus padres, que no fueron capaces de revertir la situación; hasta que cuando llegó a los 19 años maduró, cambió radicalmente su comportamiento, aprendió a mantener la calma en los partidos de tenis y en su vida, hasta convertirse en un gran caballero de la raqueta.

Ha sido el jugador con más talento y clase en la historia del tenis, con un estilo que es único e inconfundible, además de destacar por su velocidad, resistencia, mayor coordinación del circuito, su gran efectividad y una estética envidiable.

Los que le seguimos desde sus inicios, echaremos mucho de menos su colocación –su cuerpo siempre erguido y sus piernas flexionadas– y su perfección de movimientos en la pista, su depurada técnica al golpear la bola –siempre delante en el momento preciso– y con una naturalidad asombrosa, su derecha impecable, su revés a una mano, su saque, su volea, su dejada, es el modelo a seguir para las nuevas generaciones de tenistas.

Roger ha sido el gran dominador en hierba (Wimbledon, su jardín particular) y en pistas duras, con 71 títulos conseguidos en estas superficies (frente a los 62 de Djokovic). Todo lo que hace Roger en pista es para enseñar a los que quieran aprender y seguir sus pasos. Su purismo técnico tiene además un registro mágico nunca visto, da la sensación de que está flotando o levitando sobre la pista.

Federer se ha divertido jugando y ha sabido competir al máximo nivel, jugando al ataque e imponiendo su propio estilo, con la idea de construir la jugada, buscando la belleza plástica en todos sus golpes para ganar el punto –elevando el tenis a la categoría de arte– para que el público disfrutara.

Su carisma le ha servido para ganarse el respeto, la admiración y el cariño desus compañeros de profesión y de los aficionados al tenis de todo el mundo; lo cual solo es capaz de conseguirlo un genio, un auténtico fenómeno de masas.

El jugador suizo se lo ha dado todo al tenis, y el tenis se lo ha devuelto con creces; ha alcanzado la gloria y estará en la cima con los más grandes de la historia del tenis: Nadal, Djokovic, Laver, Connors, Borg, Sampras, Agassi, y un largo etcétera. Si bien Nadal y Djokovic lo han superado en número de Grand Slam ganados, Federer será el gran referente del tenis, a la altura de los más prestigiosos deportistas de todos los tiempos.

Querido Roger, te podrás retirar del tenis profesional, pero estarás siempre en el corazón de tus fieles seguidores que te admiramos, por tu tenis y tu saber estar en la pista y en la vida. ¡Que Dios te bendiga!