‘Rebote’, y canasta de Justo Conde
Rebote... solamente baloncesto. Esa frase resume la fe de Justo Conde Esteve. Ya le dijeran setenta veces siete que lanzar una revista de baloncesto era un naufragio seguro, él optó por dar railes impresos a su pasión. En 1960, este periodista catalán lanzó Rebote, publicación quijotesca ante los molinos del fútbol, que permitió que los ateridos seguidores del basket se sacudiesen el frío en aquella España ajena al mundo.
Nacido en Barcelona el 18 de agosto de 1928, su biografía confirma que de leo tiene mucho más que el signo zodiacal, por rugir cuando lo ha creído oportuno. Criado ante los micrófonos de válvulas de los años 50 en Ràdio Joventut, llega a la prensa escrita con la redacción fundacional de Dicen, diario barcelonés donde echa 34 años, muchos de ellos en tiempos donde cada vez que se cuenta algo canta la censura un sí, un no o un... depende, que diría el añorado Pau Donés.
Dicen arranca en 1952, año de estreno de Solo ante el peligro, y un abandono similar al de Gary Cooper pudo sentir Justo Conde al hacer cada mes Rebote. Aparte de escribir en su máquina Adler, maqueta y coordina el debut en enero de 1960, al precio de cinco pesetas, con una “entrevista tripartita con don Raimundo Saporta” (sic). Descontando las Copas de Europa del Real Madrid y la plata del Eurobasket de Barcelona en 1973, nuestro deporte apenas brillaba fuera. En casa, Rebote ejerce de faro informativo del baloncesto y mesa de debate (a veces agrio).
En abril 1977, cuesta cincuenta pesetas y en 40 páginas trae un balance de la liga, un artículo sobre defensas alternativas, otro sobre Cosic, uno de la NCAA, entrevistas, estadísticas y hasta un anuncio de las zapatillas Rucanor. Entonces se define como Revista mensual ilustrada del baloncesto español, en un curso 1977-1978 con las federaciones gallegas presididas por José López Membiela (coruñesa), José María Pérez Cortés (viguesa), Antonio Feas Esteban (lucense) y Benigno Varela Barreiros (ourensana), con Ernesto Segura de Luna al frente de la Federación Española (FEB).
Pionero y contumaz, Justo gana sitio para el baloncesto, y abre ventanas gracias a una agenda de contactos como las Páginas Amarillas pero en el número 188, al final de 1977, llega el último editorial. Después de “cuatro años”, Rebote pierde la subvención de la FEB, así que las arcas tiemblan (aún) más. Tras sumar firmas invitadas de tronío (Díaz-Miguel o Pedro Ferrándiz), colaboradores como Aíto y redactores emergentes como José Joaquín Brotóns... la revista cierra.
Entre el bum de los años 80 y el de los Juniors de Oro, a pesar de publicar varios libros, a Justo se lo traga el viento pero algunos no olvidamos que este perico irredento, anotó alguna canasta que, tras Rebote, aún ayuda a ganar partidos.
OPINIÓN INVITADA Jordi Rovirosa, compañero periodista de TV-3, uno de los grandes informadores de baloncesto, retrata para EL CORREO a Justo Conde Esteve, con quien coincidió en el diario Dicen. “Lo que logró con Rebote en los años 60 y 70 tenía gran mérito porque en esa época había muy pocas fuentes de información. En los años setenta, cuando a los periódicos llegaban teletipos de un partido entre Clippers y Boston eso no lo publicaba nadie, interesaba más la liga yugoslava que la NBA pero Justo aprovechaba esos teletipos y publicaba en la revista reportajes sobre Kareen Abdul Jabbar cuando todavía se llamaba Lew Alcindor, sobre la liga universitaria estadounidense, e incluía fotos que no podías ver en otra parte y crónicas que nadie más publicaba.... Ves hoy aquellos ejemplares y te das cuenta de que es algo maravilloso. Lo que ha hecho Justo por el baloncesto es un escándalo. Cuando viajas a los pabellones de la NBA, ves que uno tiene un micrófono de un narrador histórico colgado en una pared, otro una placa dedicada a un periodista... y si esto fuera Estados Unidos Justo tendría un monumento porque allí se respeta a los pioneros pero aquí olvidamos rápido. Epi me dijo una vez... “tu te retiras y al día siguiente el conserje no te deja ni entrar al pabellón”, concluye gráfico Jordi, antes de aludir a dos grandes del periodismo deportivo en TVG, Sergio Delpont y Ovidio González. “Coincidí con ellos, Sergio era merengón y Ovidio culé, buena gente”, añade.