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AQUELLOS MARAVILLOSOS AROS (141) >1997 Para jugar en Barcelona, Baskonia y Real Madrid hay que ser muy bueno y este ala-pívot lo era // Le recordamos con Fernando Vicario, compañero suyo en Cáceres

“Era un tres grandísimo, un gran jugador”

Lees el nombre de Santi Abad y algo te duele. El baloncesto profesional le maltrató, le fallamos. Destacar de modo prematuro contrae riesgos, más si quien sobresale no nació para decir: “¡Si bwana!”.

Se dejó la vida en el parqué pero su transición al mundo adulto se enturbió, empezó a sonar esta canción: ¿Por qué uno de los mayores talentos juveniles de Europa no cuaja?

En los años 80 y 90, el basket de audiencias millonarias atrajo a mucho lobo con piel de cordero y nos avergonzaba hablar de depresión...

“Jamás la Federación ni la ACB ni los clubs salvo Estudiantes y Joventut apostaron por nuestra generación... más o menos hasta la de Pau Gasol”, me dijo hace meses este barcelonés que veranea en Galicia.

Leo del 24 de julio de 1969, aquel Santi de 2,03 m. es acusado a veces de arrogante, quizá por confundir su descaro con otra cosa. Él ha detallado que vivió episodios de depresión. Hubiera necesitado ayuda psicológica en vez de reproches.

En mi barrio admirábamos a Santi con el orgullo de saber que era como nosotros, veía V y miraba pósters de Madonna pero además tenía la bravura de tutear a los americanos desde el Español, que le cede al Barcelona de 1988-1989, dirigido por Aíto. El cielo es su techo, pensamos. Y debió serlo pero algo rodó mal.

El 3 de diciembre de 1989 muere Fernando Martín tras un accidente de tráfico, y poco antes, un Santi dormido al volante salva la vida en un siniestro similar pero sin consecuencias para nadie (dixit al blog Jordanypippen.Es).

Como culé gana la liga pero se va.

De ahí al final de su carrera, juega en doce clubes, siendo más veces internacional júnior (23) que sénior (16). Granollers, Baskonia, Murcia, ligas inferiores, regreso a Vitoria (Mejor Sexto Hombre, 1993-1994), Real Madrid, Baskonia de nuevo (logra la Copa del Rey de 1995, con Rivas, Laso, Nicola, Perasovic) pero él suele destacar su etapa en el Cáceres de 1996-1997, con Paraíso, Ansley, Pablo Martínez y ese extremeño compostelano que es Fernando Vicario, que así lo rememora: “Ya no eran los mejores años del club pero había buen equipo, con Manolo Flores de entrenador. Santi no era un estilista, ni un buen driblador pero tenía tiro aceptable y sabía jugar bien de tres, de cuatro y de cinco. Era un gran jugador, solo le faltó continuidad”.

Parte del Breogán Lugo de la LEB 1998-1999 que sube, Santi brilla en el play-off con medias de 14,5 puntos y 4,4 rebotes y salta al Pieristeri (Grecia). A los meses vuelve y su camiseta de ni arre ni so queda colgada para siempre en 2002, en Cáceres. En 2009, participa en Supervivientes (Tele5), luego trabaja como directivo del Araberri femenino, en Vitoria, allí vive y colabora con la SER. Siempre que le veo, camina una sonrisa.

Web del libro de baloncesto con reportajes de la serie Aquellos Maravillosos Aros

EN SANTIAGO Fernando Vicario, fino escolta cacereño de aquel Ulla Oil Rosalía de Castro (1999-2002/2003-2004) que cubrió bien el hueco del baloncesto de élite en Santiago durante los años de brega judicial del Obradoiro, centra hoy nuestra opinión invitada. Coincidió con Santi Abad en el Cáceres de la ACB durante el ejercicio 1996-1997 (subcampeones de Copa), y recuerda así a su compañero: “En una concentración que se hizo en los primeros días de esa temporada, nos repartieron en mesas de cuatro y me tocó con Santi... Ese era mi primer año entero con ficha ACB y a diferencia de otros veteranos con quienes había coincidido, que era muy herméticos, él era extrovertido y tuve una buena acogida con él. Era un gran jugador, me sorprendió mucho porque era un gran tres grandísimo, no estaba muy musculado pero era ancho de espalda, tenía manos grandes y aunque debía pesar entre 110 y 155 kilos, era una barbaridad verle saltar debajo del aro tres o cuatro veces seguidas con la misma intensidad en busca del rebote. Ese año acabamos décimos en una liga de 18 equipos. Había tres extranjeros por equipo pero en la Copa Korac solo dejaban dos, así que en ese torneo europeo jugué algo más en las primeras eliminatorias porque descartaban a Stanley Jackson, que era escolta como yo”, concluye este extremeño-compostelano, hoy responsable de Fisioterapia y Pilates Fernando Vicario, en Santiago (Severino Riveiro Tomé, 7, bajo), junto al Hipercor.

17 may 2021 / 01:00
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