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Sonrisas, bromas y mucho trabajo en el Obra post-COVID

El equipo santiagués regresó ayer a Sar tras superar el brote de coronavirus // No se entrenaba desde el pasado 29 de diciembre // Kartal Ozmizrak y Koniaris, con el grupo

Mientras Galicia supera los mil contagios en un día y desde los medios de comunicación recordamos que en sólo una semana el coronavirus se ha llevado por delante la vida de cien personas más -cien familias rotas, cien historias que nadie jamás querría contar-, la plantilla del Monbus Obradoiro saltaba de nuevo a la cancha del Multiusos Fontes do Sar contagiando esperanza, encendiendo luces al final de los túneles, y emprendiendo una etapa post-COVID con el objetivo de dejar atrás los momentos de angustia, incertidumbre y miedo.

Desde que el 29 de diciembre el club confirmase el primer positivo dentro del plantel de la Liga Endesa, dando paso a una semana frenética en la que se fueron encadenando las malas noticias hasta llegar a los 12 afectados, jugadores y miembros del cuerpo técnico han permanecido confinados en sus domicilios, luchando contra la enfermedad o la inquietud de quien se sabía libre pero sufría por el compañero, contando los días para llegar a un escenario como el de ayer. De ahí las risas, las sonrisas, los gestos cómplices y hasta las ganas de trabajar.

Se entrenó el Obra durante casi dos horas a un ritmo impropio de quien venía de estar aislado y afectado por la enfermedad, alternando el repaso táctico con el tiro y las series de cinco contra cinco porque en contra de lo que era de prever, Moncho Fernández contó con 15 jugadores a su disposición, incluidos Roberto Cubero y Guillermo González, del filial de la Liga EBA, un Pepe Pozas que no pareció resentirse de sus problemas en el tobillo, como tampoco lo hizo Kartal Ozmizrak, por fin uno más, además del recién llegado Antonis Koniaris, que evidenció en este primer día de vuelta al cole general que su integración al grupo no se hará esperar.

Sólo Rafa García -al que la mala suerte con las lesiones lo está poniendo de nuevo a prueba- se tenía que conformar con ver el entrenamiento desde la banda mientras aguarda que su doble fractura en los dedos de la mano se cure cuanto antes.

Sin tregua. No fue un día de tregua, en contra de lo que pudiera parecer, ni de trabajo individual, como se había comentado el día anterior. Sobre la pista el cuerpo técnico exigió y corrigió a sus jugadores, aunque fuese evidente en algunos de sus pupilos como Birutis -especialmente delgado tras perder hasta 9 kilos por la COVID- o Álvaro Muñoz -sin la barba se acentuaba aún más su palidez- que no lo habían pasado bien este último mes.

Y como no podría ser de otra forma, hubo broche de oro colosal a una jornada diferente, inolvidable por lo que deja atrás. A Steven Enoch, el jugador más reprendido por Moncho Fernández por su constante manía de tocar el tablón cuando el reglamento lo impide, le pudo su físico, sus ansias y su energía y en un mate destrozó el tablero de Sar entre las risas, los aplausos y la aceptación del entrenador compostelano, que no pudo sino también unirse al momento jocoso.

Hoy toca volver al trabajo. Ojalá sin secuelas físicas aunque seguro que con cansancio acumulado. Lo que sí es seguro que habrá es nueva canasta iniciando la cuenta atrás para también volver a competir: el próximo sábado aguarda ya el Bilbao Basket en una cita que se antoja clave.

Afortunados. “Al volver a entrenar todos juntos hemos tenido una sensación de sentirnos muy afortunados. Cuando falta lo más importante, la salud, le damos importancia a cada pequeño detalle. Esto es un gran logro para nosotros”, confiesa el preparador físico del Obra, Rubén Vieira, quien supervisa cada detalle de esta vuelta al trabajo y no cesa en agradecer a la firma Wonder Nutrición Santiago la cesión de las bicicletas con las que los jugadores se pudieron ejercitar en su casas.

“Debemos ver el vaso medio lleno. Hemos tenido un problema de salud en la gran mayoría de la plantilla y ahora tenemos que pensar en mejorar cada día para llegar lo mejor posible a la competición. Tenemos que ir día a día, sumando cargas progresivamente para ver cómo lo asimila cada jugador. Estoy convencido de que llegaremos en el mejor estado posible a nuestro partido del sábado, el primero después de todo esto”, apunta el ourensano, que no pierde de vista controlar “parámetros muy importantes como la saturación de oxígeno, el ritmo cardíaco, la cantidad de esfuerzos a baja y media intensidad, así como evaluaciones objetivas sobre el estado de forma del que partimos”.

Barea y Nico, cara
y cruz

··· El base José Juan ‘J.J.’ Barea, campeón de la NBA con Dallas Mavericks, jugará en el Movistar Estudiantes hasta final de temporada. A sus 36 años y después de 14 en la liga norteamericana (2006-2020), el puertorriqueño cumple el sueño de jugar en la tierra de sus antepasados, naturales de Ribota de Sajambre (León).

··· El base del Madrid Nico Laprovittola ha dado positivo en coronavirus y será baja en los próximos partidos del equipo blanco.

24 ene 2021 / 01:00
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