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Suertes dispares en el estreno de una nueva temporada de pesca

Pocas capturas en la jornada de ayer comparado con lo que se vivió justo hace un año // Pese al buen tiempo, en Fervenzas no se llegó a los 250 pescadores

La tónica general del comienzo de la temporada de pesca ha sido la influencia de un invierno muy bajo a niveles pluviométricos y salvo en el Miño o en el Tambre, ríos caudalosos, los niveles de gran parte de los ríos gallegos eran más los propios de mayo-junio que los de marzo. Al no haberse producido episodios de lluvias fuertes, no hubo las crecidas tan necesarias para la limpieza natural de los cauces y la masiva presencia de la Oenanthe crocata, más conocidos como perejiles en el argot pescantil, dificultan mucho la pesca con cucharilla o con peces artificiales en las zonas de corrientes. Sin duda la proliferación de estos perejiles es consecuencia directa de los purines que en forma de nitratos disueltos en el agua le sirven de abono. La jornada comenzó muy bien a nivel climatológico, muy buena temperatura y ausencia de aire a primera hora, que hizo que los más madrugadores fuesen los más beneficiados en cuanto a capturas. A media mañana, se levantó un airecillo fresquito que hizo que la actividad de la truchería se redujese y al mediodía apenas hubo actividad para pescar con buldo y la mosca ahogada tradicional. En muchos ríos hubo presencia significativa de cormoranes, que es preocupante a estas alturas de la temporada, y también de visones. Concretamente en el coto de Chaián en el Tambre, he visto sobre las 13,30 de la tarde, más cormoranes que pescadores, 4-3. Una curiosidad, en el Ulla, área recreativa de Monterroso, un mapache campaba a sus anchas. Se pescó bien en el Miño sin duda por el buen caudal que ofrecía, destacando el coto de Ombreiro. En el Lor los que madrugaron consiguieron el cupo con facilidad y en el Parga también se pescó bien. En el Lambre trucha bastante pequeña y muy poca agua. En la zona alta del Ulla hubo suertes dispares y menos presencia de pescadores que en otros años. Muchísimo perejil al igual que en Santa Comba y Bayo, dónde no se pescó bien. En La Coruña, en el Anllóns sólo se pescó bien a ninfa, y en el Tambre, en Ponte Castro, Sigueiro, Chaián, Pontemaceira y las zonas libres, los madrugadores alguna picada y a los que se le pegaron las sábanas, capotes. En general, pocas capturas comparando con el inicio de la pasada temporada. En el Furelos, río muy cuidado, buenas capturas y en el Toxa también suertes desiguales.

En los embalses también hubo disparidad. En Fervenzas, donde no se llegó a los 250 pescadores en sus más de 60 kms. de orillas, hubo capotes y otros más afortunados con buenas capturas, sin duda influidos por las zonas de pesca. Cuando al mediodía se levantó ese aire que en general es molesto en el río y reduce la actividad, en los embalses es todo lo contrario, el aire salvo que sea excesivo y del nordeste, siempre es bienvenido.

En resumen, poca presencia de pescadores en tramos libres y embalses para ser el primer día de la temporada, y la buena noticia para las sociedades y el trabajo que realizan, fue que en la mayoría de los acotados se agotaron los permisos.

En el 2022 parece ser que somos más de 41.000 los pescadores, aunque en la web de la Consellería de Medio Ambiente la última actualización del histórico de licencias es del año 2020. A ver si algún día se molestan en actualizarlo. La novedad ha sido que en muchas sociedades y tiendas de pesca de Lugo, Orense y La Coruña se ha comenzado a recoger firmas en contra de la política del incremento de los tramos libres de pesca sin muerte y vedados, bajo el lema de que la pesca tradicional bien gestionada es sostenible en el tiempo. Para muestra, el incremento de 4.000 permisos vendidos para los acotados respecto al año pasado.

21 mar 2022 / 00:15
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