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Carlos Arévalo y Rodrigo Germade conquistan la plata con el K4

Craviotto, Cooper Walz y los gallegos Arévalo y Germade fueron superados por Alemania

El K4 español, con el catalán Saúl Craviotto, el balear Marcus Cooper Walz y los gallegos Carlos Arévalo y Rodrigo Germade se proclamaron subcampeones olímpicos en la final sobre 500 metros, en la que Alemania, gran favorita al oro, cumplió los pronósticos llevándose el título (1:22.219) con una remontada en la segunda parte de la carrera. Con la presea de plata Craviotto iguala a David Cal como el deportista español con más medallas olímpicas.

La pista de agua salada del Canal Sea Forest Waterway de Tokio no deparó sorpresas, presentando un mano a mano entre españoles y alemanes. El barco de Craviotto, Cooper Walz, Arévalo y Germade salía decidido a desafiar el casi incuestionable favoritismo germano. Y así fue, con la final convertida en un mano a mano entre los dos máximos aspirantes. Lideraba el K4 español en el primer parcial, aventajándose mínimamente al paso por el ecuador, el cual superaba con una diferencia de 0.29 sobre Alemania.

Solo quedaba aguantar, gestionar esa ventaja en los últimos 250 metros y el tan ansiado oro tendría color español. Era una oportunidad única para derrotar al imperio alemán. Pero los germanos, con Max Lemke, Tom Liebscher, Ronald Rauhe y Max Rendschmidt no se dejaron sorprender. Lanzaron su ataque final, y el cambio, que iba ganando centímetros al K4 español, acabó permitiéndoles tomar la primera plaza en su camino a la meta. Al barco de Craviotto, Cooper Walz, Arévalo y Germade no le quedaba un cambio que pudiera volver a dar la vuelta a la cabeza de carrera, y acabaría cruzando la meta en segunda posición, consiguiendo la medalla de plata (1:22.445). En la carrera paralela por decidir el bronce triunfó Eslovaquia (1:23.534).

Apenas dos horas antes el K4 español había logrado con comodidad su pase a la final, imponiéndose en su serie, al igual que Alemania en la suya.

El K4 llegaba a Tokio como una de las principales opciones de medalla de la delegación española y claro aspirante a disputarle el oro a Alemania. El barco germano se presentaba como el rival a batir después de haberse proclamado campeón en todos los Mundiales del último ciclo olímpico y como campeón en Río, aunque sobre la distancia de mil metros. En sus filas, nada más y nada menos que tres campeones olímpicos, como Max Rendschmidt y Tom Liebscher, supervivientes de la cita de 2016, a los que se unen el legendario Ronald Rauhe, campeón en el K2 500 de Atenas y cuádruple medallista, y el más joven de los cuatro, Max Lemke, novato en unos Juegos.

El K4 español se presentó con una formación a la altura, con poco que envidiar a los alemanes, con dos campeones olímpicos como Saúl Craviotto y Marcus Cooper Walz, un diploma olímpico en Río como Rodrigo Germade, y también un novato, Carlos Arévalo.

El palista betanceiro se subió al barco después de la renuncia de Cristian Toro, campeón olímpico en Río, en el verano de 2019. La primera competición internacional del nuevo cuarteto se saldó con una plata mundialista, idéntico resultado al conseguido en todos los Mundiales del ciclo olímpico, y el billete a los Juegos.

A pesar de obtener la clasificación olímpica para España aún faltaba por decidir el nombre de los representantes en Tokio. La Real Federación Española de Piragüismo (RFEP) diseñó entonces unos selectivos en los que participaban los cuatro integrantes actuales del K4, Cristian Toro y Carlos Garrote, dando cabida a los seis palistas que se habían subido al barco consiguiendo medallas en los tres años anteriores a los Juegos. Durante las pruebas de selección se alzaron voces que denunciaban un amaño para favorecer mejores resultados de la formación actual y perjudicar los tiempos de las combinaciones con Toro y Garrote. Rodrigo Germade, junto a Cooper Walz los dos únicos palistas presentes en todas las formaciones del último ciclo, zanjaba la polémica de raíz en la sección Camino a Tokio de EL CORREO GALLEGO: “Sacarle medio barco a Alemania en 300 metros es más que suficiente”. Esa es la ventaja que sacaba el K4 español a los alemanes al paso por esa distancia en la final de la Copa del Mundo de Szeged, la última prueba disputada antes de los Juegos y la primera vez que se imponían a Alemania. El mejor motivo para soñar en Tokio.

07 ago 2021 / 05:28
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