“Fue el último día y por un punto, pero hay que verlo con perspectiva”

El regatista de Portosín Iago López Marra se quedó a las puertas de las medallas en los Juegos Olímpicos de Tokio en la clase 49er junto a Diego Botín y, con el luto todavía por acabar de pasar porque las expectativas eran muy altas, confiesa que, en su opinión, deberían “intentar” ir a por el metal dentro de tres años, en la cita de París 2024.

El Ayuntamiento de Porto do Son y el Real Club Náutico de esa localidad coruñesa le brindaron una recepción este miércoles en la que participaron los niños de la escuela de vela del club y decenas de aficionados que le dieron ese cariño que le había llegado durante los días de competición en Japón, donde se sintió como “si estuviera mucha a gente a bordo” del barco.

Reflexivo. “Hasta hace tres días estaba con un poco de bajón porque tener la miel en los labios y perderla es fastidiado, pero siendo realistas el trabajo fue la hostia, es difícil superarlo, nunca llegamos a una regata con tanto nivel como el que tuvimos esta vez, estábamos coordinados, súper bien y logramos el objetivo de llegar al último día con opción de medalla”, explicó el gallego arropado por los suyos.

Al final rozaron el metal que se les escapó en los instantes finales de la medal race después de haber estado toda la competición en el podio. “Fue el último día y por un punto, pero hay que verlo con perspectiva y pensar que es punto que nos faltó podría haber llegado en cualquier otro día. Tenemos que ser meticulosos con lo hecho todos los días de competición”, dijo Iago López Marra, acostumbrado a sumar infinitos éxitos junto a su compañero Diego Botín.

Aunque no ha hablado “todavía” con su compañero de embarcación sobre el futuro, López Marra se mostró convencido de la revancha después del diploma olímpico de Tokio. “Es muy pronto para tomar decisiones pero creo que lo deberíamos intentar en 2024”, declaró el regatista gallego, quien recordó que “en cuanto a rendimiento” hicieron la mejor regata “en cinco años” y precisó que “estar toda la semana en el top 3 es muy difícil”.

campeonísimo. Su casa deportiva, el Real Club Náutico de Portosín, donde sus familiares, amigos y autoridades sufrieron en la madrugada del 2 de agosto la definitiva medal race de Tokio en la que, pese a optar como firme candidato al podio, amarró el diploma olímpico merced a su cuarto puesto, le recibió este miércoles como un “campeonísimo” tras la que consideraron una “brillantísima actuación” en los Juegos.