Nueva lección de bravura de Adrián Ben, quinto en la final olímpica de 800

El vivariense Adrián Ben completó en quinta posición la final de 800 metros en los Juegos Olímpicos de Tokio, donde se hizo con un diploma olímpico después de volver a dar otra lección de bravura, valentía y competitividad. Emmanuel Korir encabezó el doblete keniata en una carrera lenta (1:45.06).

Era el día esperado por Adrián Ben, el día para celebrar su cumpleaños con toda una final olímpica. Fue una final más lenta de lo esperado, en la que Ben marchó en las últimas posiciones del grupo una vez ocupada la calle libre. Viendo el ritmo ligeramente pausado ni siquiera esperó al primer paso para empezar a moverse. No le importó ser el más joven de los participantes ni tener la segunda peor marca. No fueron impedimentos para empezar a adelantar rivales y coger una mejor posición para cuando llegara el paso por el 400, que se alcanzó en 53.7.

Al sonido de la campana empezaron las primeras hostilidades, el australiano Peter Bol empezó a buscar la línea de meta desde cabeza del pelotón, con Adrián escalando peldaños paulatinamente. A falta de 200 metros llegó su ataque definitivo, con los dientes apretados y nada que perder. Llegó a recta de meta dispuesto a superar a tantos atletas como fuera posible. Su actuación le valió para dejar atrás a auténticas figuras como el estadounidense Clayton Murphy, el botsuano Nijel Amos, el galo Gabriel Tual y el bosnio Amel Tuka. Las medallas estaban cerca, pero los últimos metros se le hicieron un poco largos, hasta cruzar la línea de meta en una histórica quinta posición (1:45.96), mérito de su calidad y afán competitivo y, cómo no, con su exentrenador Mariano Castiñeira echándole una mano desde allá arriba.

El oro y la plata tuvieron color keniata, con Emmanuel Korir firmando la victoria (1:45.06) por delante de su compatriota Ferguson Rotich (1:45.23). Cerró el podio el polaco Ptryk Dobek (1:45.39).

Adrián Ben ya había hecho historia antes de disputar la carrera por las medallas, al convertirse en el primer ochocentista español que alcanzaba la final de unos Juegos Olímpicos, uno más de la lista de récords que va consiguiendo zancada a zancada. No en vano, en Tokio también se convirtió en el participante español que más rápido corre los 800 metros en unos Juegos, al completar la semifinal en 1:44.3, lo que le permitió acceder a la final por tiempos, después de un feroz ataque final que le dio el cuarto lugar en su semifinal. Además, antes de llegar a Japón, Ben ya había sido sexto en el Campeonato del Mundo de Doha, la mejor clasificación de un atleta nacional en un Mundial. Igualar o superar esa sexta posición de Catar era el objetivo del vigente campeón de España en su debut olímpico.