Un Monbus Obradoiro lanzado a por la permanencia

El Monbus Obradoiro acaricia la permanencia con la punta de los dedos tras imponerse este sábado al Morabanc Andorra en un encuentro que dominó de inicio a fin (79-51). Solamente una descomunal carambola evitaría la undécima temporada consecutiva en la Liga Endesa, gracias a que el conjunto de Moncho Fernández logró precisamente su undécima victoria del curso en la que la defensa le permitió mandar en todo momento y el ataque posibilitó que se despegase definitivamente en la segunda parte.

Con este triunfo el Obra sitúa un muro de cuatro respecto al Bilbao, sumido en pleno confinamiento por un brote de COVID y al que le restarán cinco partidos una vez lo supere. A la misma distancia se ubica el Gipuzkoa, pero en este caso con cuatro jornadas en su calendario y un averaje que hace ya imposible que pueda cazar al Obra.

En un choque en el que Enoch, Beliauskas o Birutis tuvieron sus momentos, el liderazgo lo puso Chris Czerapowicz con el mejor encuentro de su carrera en la Liga Endesa: 24 créditos de valoración con un doble-doble de 17 puntos y 10 rebotes, y sobre todo la jerarquía y la garra que no reflejan los números.

Desde el principio demostró el Obradoiro que no estaba dispuesto a depender de los demás en su camino hacia la salvación y que quería dar un paso casi definitivo hacia su objetivo ganando en Sar. Como anticipo de lo que pasaría a continuación, Czerapowicz abrió el marcador aunque pronto respondió el Andorra para lograr su última ventaja en el encuentro (5-6, min. 3). Los locales exhibieron actividad, intensidad, esfuerzo y paciencia, ingredientes importantes ante una cita clave como esta.

En ese contexto brilló Czerapowicz, que guio a los suyos en el primer cuarto anotando (ocho puntos) y vaciándose donde hiciese falta, como a la hora de capturar un rebote ofensivo que se escapaba por la banda. Apareció también Beliauskas para aportar cuatro puntos seguidos y disparar al Obra, lo que obligó a Ibon Navarro a pedir tiempo (13-6, min. 6). Reapareció Robertson aunque menos protagonista que de costumbre, y la entrada de jugadores como Parakhouski o Senglin dio otro aire al Andorra para acercarse al final del primer cuarto (19-15, min. 10). Al equipo santiagués tan solo le faltaba una pizca de acierto en el tiro exterior para dominar con más claridad.

Pese a todo, el segundo cuarto se endureció un punto más y eso no ayudó a que la puntería se incrementase. Perdió fluidez ofensiva el Obra y el Andorra, también desacertado en sus intentos exteriores, apenas pudo aprovecharlo para situarse a dos puntos con una canasta de Hannah (21-19, min. 14). Los contactos en la pintura se multiplicaron y por unos instantes pareció que el encuentro se descontrolaría, pero emergió la figura de Enoch para que el marcador volviese a inclinarse hacia el bando local. El juego entre interiores también dio sus frutos y una asistencia del pívot de Connecticut a Daum tras capturar el rebote ofensivo culminó otro parcial positivo con el que se llegó al descanso (34-26, min. 20). El Obradoiro no pagaba su 1/9 en triples en la primera mitad porque su defensa le permitía sobrevivir y tampoco el Andorra demostraba mucha más puntería desde lejos (2/12). La batalla se libraba en la pintura y ahí el equipo santiagués ganaba con claridad.

Esa realidad cambió tras el descanso, pues en un minuto ambos contendientes sumaron tantos triples como llevaban hasta entonces, y con sendos aciertos de Beliauskas y Ozmizrak el Obra alcanzó los dos dígitos de renta (42-31, min. 23). Enfrente solamente Jelínek parecía tener respuesta, pero resultaba insuficiente para frenar el vendaval local, sumando ahora de tres en tres: Czerapowicz, Beliauskas, Daum y de nuevo Beliauskas para llegar al +15 (54-39, min. 29). Así se mantuvo durante el carrusel de tiros libres hasta que Paulí cerró el cuarto con una canasta en penetración que daba algo de aire al Andorra (58-45, min. 30).

FESTIVAL. Ya no hubo reacción visitante porque los de Moncho Fernández se encargaron de evitarla. Es más, si la hubo fue suya porque iniciaron el último periodo con un 12-0 en cinco minutos que aseguró la victoria, con Birutis dominando la zona y Robertson exhibiendo destellos de su calidad tras pasar inadvertido hasta entonces (70-45, min. 35). El epílogo apenas sirvió para que el banquillo santiagués festejase cada canasta ante un Andorra todavía castigado físicamente tras su reciente brote de COVID.