Galicia acelera en la carrera para abastecer a Europa de minerales estratégicos

Tierras raras, cobalto, cobre, níquel, feldespato, antimonio, arsénico, wolframio, litio, berilio, antimonio, barita... La lista de minerales fundamentales con indicios de potencial explotación en el suelo de Galicia es larga. De hecho, algunos ya se extrajeron en el pasado, durante la efervescencia minera de los años 70 y 80, hasta que la descomposición de la antigua Unión Soviética inundó el mercado de materias primas y tiró los precios en los 90. El sector entró en barrena y, desde entonces, en Galicia cerraron muchas más minas de las que abrieron. Pero ahora, el contexto geopolítico ha dado otro giro. Europa no quiere quedar en fuera de juego y fija para ello unos objetivos claros que reduzcan la dependencia de terceros países: antes de 2030, el continente debe producir el 10% de sus materias primas. Una estrategia ambiciosa en la que Galicia quiere jugar un papel «referente».

Esa es la principal conclusión de la jornada Galicia, clave na autonomía europea de minerais, organizada en Santiago por la Cámara Oficial Mineira de Galicia (COMG). Con todos los actores de la cadena de valor del sector minero reunidos en el hotel Quinta da Auga, el mensaje fue claro y común: como hacen falta recursos y Galicia tiene «un potencial tremendo», lo que toca es «descubrir yacimientos y abrir minas». Pero no como las de antaño, sino adaptadas a las nuevas exigencias ambientales y sociales. «El gran desafío es ese: pasar de la minería como imagen de destrucción a la de construcción, a la de una minería aliada para nuestro progreso», afirmó la presidenta de la Cámara, Cecilia Trancón.

“Entre 700 y 800 personas van a vivir de la mina de Touro-O Pino a diario”

"Galicia tiene indicios de materiales críticos"

La radiografía más nítida de ese potencial gallego la ofrecieron desde el ámbito universitario Javier Taboada, catedrático de la Escuela de Ingeniería de Minas y Energía de la UVigo; y Jordi Delgado, catedrático de la Escuela Técnica Superior de Enxeñaría de Camiños de la UDC, Jordi Delgado. El primero animó a recuperar en Galicia el «empuje minero» perdido en los 90 porque así lo exige el contexto actual. «Galicia tiene muchos indicios de materiales fundamentales», dijo, además de conservar una actividad minera importante, la segunda mayor de España tras Andalucía, superando ya a Cataluña o Castilla y León.

Puso como ejemplo de explotaciones en marcha o en estudio yacimientos de oro en Corcoesto, Santa Comba, Pontedeume y Tomiño; de plomo y cinc en Pedrafita; de cobre en Moeche y Touro; de Estaño en Monterrei, Verín y Laza, además de Penouta, donde tamén se aprovechó el coltán; el wolframio de San Finx o Casaio; el hierro de Viveiro; el antimonio en Vilarbacú; las tierras raras por evaluar en O Galiñeiro; los platínidos en Ortegal y Ordes....

Su colega de la UDC Jordi Delgado llamó a «empezar a prestarle atención a esos elementos críticos» y puso el foco en los pasivos mineros, los restos de antiguas explotaciones «que pueden ser objetivo de investigación y de reintroducción en algún proyecto», ya que muchos contienen sustancias estratégicas. Eso sí, alertó de la relevancia de cambiar el modus operandi para vencer la oposición social que existe a la minería, fruto de décadas de cierta barra libre en la explotación. «Eso alimentó la percepción social sobre la minería».

Burocracia y rechazo social, principales problemas

De hecho, la oposición social y el exceso de burocracia, que alarga los plazos para abrir una explotación, son los dos principales hándicaps a los que se enfrenta la minería gallega para poder explotar todo su potencial, por lo que piden «agilidad».

Del rechazo social habló la presidenta de la Cámara Oficial Mineira de Galicia. Cecilia Trancón animó a las empresas a "demostrar que la minería moderna es diferente" y considera que la clave pasar por "ser transparentes" y "promover prácticas que beneficien a las comunidades locales y a los ecosistemas". También apeló a que se reconozca el "rol social y económico" de la minería.

Sobre las trabas burocráticas y la necesidad de agilizar la legislación hubo varias apreciaciones, aunque la más ilustrativa fue la de Fernando Riopa, de Cobre San Rafael. "Muchas veces pienso que en diez años puse en marcha tres minas, y ahora llevo diez años y no logré abrir una", bromeó en referencia a la mina de Touro. Por ello, demandó "una legislación clara, que se respete, y que no permita que la presión social tire abajo un proyecto o le ponga trabas". Porque en ese contexto, "las empresas no invierten". Y la minería es algo más que extraer materiales: "Es todo lo que nos rodea". "Los móviles, pantallas, ordenadores, vehículos... hasta una bicicleta. Todo lo que usamos es gracias a la minería y sin ella, no hay Estado de bienestar".

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Nueva línea de ayudas de la Xunta

Diego Casal, subdirector xeral de Recursos Minerais, moderó una de las mesas de debate, mientras que la otra corrió a cargo de Jennifer González Silva, directora de Relaciones Institucionales y Comercio Exterior de Asime.

En ellas participaron, en nombre de empresas del sector, Fernando Riopa, director general de Cobre San Rafael; María Couto, CEO de Xeal; Juan José Álvarez, director de minería de Pasek Minerales; y Juan Ricoy, técnico de Áridos do Mendo. Todos defendieron la importancia de la minería moderna y respetuosa como pieza clave para la transición ecológica. También participó Eduardo Rivero, director de la División de Vehículo Eléctrico en el CTAG, que recordó que no hay coche eléctrico sin minerales fundamentales como litio, níquel, cobalto o manganeso. "Solo en cobre, un vehículo normal usa 20 kilogramos y uno eléctrico, 80".

El encargado de clausurar las jornadas fue el director xeral de Planificación Enerxética e Minas de la Xunta, Pablo Fernández Vila, clausuró la jornada destacando la importancia de la minería gallega en España (9,5% de la producción) y avanzó ayudas por 2,4 millones de euros, publicadas ayer, para modernizar la cadena de valor de la minería gallega, líder nacional en granito o pizarra.