Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Coyuntura

El Banco de España eleva en dos décimas, hasta el 2,6%, la previsión de crecimiento de la economía española en 2025

La fortaleza del consumo y de la inversión llevan al organismo a mejorar su proyección para este año una vez que se empieza a disipar el miedo a una guerra comercial

Fachada del Banco de España.

Fachada del Banco de España. / EFE / Emilio Naranjo / Archivo

Rosa María Sánchez

Rosa María Sánchez

Madrid

Antes del verano, todo eran correcciones a la baja en las previsiones de crecimiento de la economía mundial, de la zona euro y de la española. A la vuelta del verano, se está abriendo paso una tendencia inversa, con revisiones al alza de las proyecciones. Y en ello tienen mucho que ver los últimos acuerdos arancelarios sellados por EEUU con algunos de sus principales socios comerciales (la UE, Reino Unido o Japón) y las conversaciones en marcha con China, que han contribuido a disipar el temor a una guerra comercial global que dominó la primera parte del año.

En este contexto, el Banco de España ha elevado en dos décimas su previsión de crecimiento de la economía española para 2025 y la sitúa en el 2,6%, según figura en su informe trimestral publicado este martes. La Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) también ha subido en dos décimas su previsión para este año (hasta el 2,6%) y el Gobierno se dispone a mejorar la suya (desde el 2,6% que proyectó en abril).

El Banco Central Europeo (BCE) también acaba de revisar al alza su proyección de crecimiento para la zona euro en 2025, hasta el 1,2% (tres décimas más respecto a ejercicio de junio), si bien recorta en una décima la de 2026 (hasta el 1%) y mantiene en el 1,3% la previsión para 2027.

Argumentos detrás de la revisión

En sus previsiones de junio, el Banco de España recortó en tres décimas su previsión (hasta el 2,4%) por la elevada incertidumbre internacional y el temor a una guerra comercial azuzada por los anuncios arancelarios de Donald Trump. Ahora ese escenario se ha alejado. En el mes de julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó al alza su previsión de crecimiento global para el conjunto de 2025, hasta el 3% (dos décimas por encima de su estimación de abril). Y, con una menor incertidumbre internacional, el Banco de España prevé que el tirón del consumo y de la inversión permitirán a la economía española desacelerarse de una forma más suave: desde el crecimiento del 3,2% anotado en 2024 al 2,6% previsto para 2025, al tiempo que mantiene en el 1,8% y el 1,7% sus previsiones para el PIB de 2026 y 2027.

"Esta revisión obedece a dos factores de signo opuesto", explica el Banco de España, en alusión a la mejora proyectada para 2025. "Por un lado, el destacado comportamiento de la actividad económica en los últimos meses, junto a la fortaleza que muestran los indicadores coyunturales más recientes, implica un ajuste al alza de tres décimas en la tasa de crecimiento del PIB del conjunto del año", sostiene el informe trimestral. "Por otro lado, la incorporación de los nuevos supuestos —en particular en lo referente a los precios de la energía y al tipo de cambio— dibuja un escenario ligeramente más adverso que en junio, y resta una décima a la actividad de 2025", añade.

El escenario macroeconómico que ahora dibuja el Banco de España incluye un mayor tirón del consumo privado y de la formación bruta de capital fijo (con crecimientos estimados del 3,1% y del 5% respectivamente, para el conjunto de 2025) y un frenazo más acusado del gasto público (que crecería el 1,9%, en lugar del 2,5% que se estimaba en junio).

Con este perfil, la demanda nacional aportaría 3,1 puntos al crecimiento del PIB en 2025 mientras que el sector exterior restaría 0,5 puntos (por el auge de las importaciones).

El mayor crecimiento de la economía irá acompañado de un mayor avance del empleo (del 2,6%, en lugar del 2,2% que se apuntaba en junio), si bien la tasa de paro se situará en el 10,5% de la población activa, antes de bajar al 10,2% y al 9,7% en 2026 y 2027 (sin cambios respecto al escenario de junio).

El Banco de España calcula que la inflación media se situará en el 2,5% este año (una décima por encima de lo que anticipaba en junio) y prevé una mayor reducción del déficit público (desde el 3,2% del PIB anotado en 2024 al 2,5%) gracias al intenso crecimiento de la recaudación de impuestos.

Temor a un repunte de costes laborales

Sobre este escenario central que ahora se apunta, el organismo que gobierna José Luis Escrivá aprecia riesgos a la baja, que podrían entorpecerlo. El primer riesgo a la baja citado por el Banco de España tiene que ver con un empeoramiento del "complejo entorno internacional", con tensiones comerciales aún sin resolver y con graves conflictos geopolíticos, como la amenaza de Rusia o la guerra en Gaza.

El segundo riesgo a la baja citado tiene que ver con un posible repunte de los costes laborales. Aunque el escenario central de estas proyecciones contempla una senda de desaceleración de los costes laborales, el Banco de España advierte indicios de "tensionamiento" en el mercado laboral, en particular, "en lo relativo a la disponibilidad de mano de obra", por las dificultades que afloran en determinados sectores.

El organismo monetario también señala incertidumbres que tienen que ver con la ejecución íntegra de las transferencias asignadas a España en el marco de los fondos europeos 'Next Generation EU' y con el gasto en defensaque se ejecutará en la economía española en los próximos años.

Tercer trimestre: una tasa entre el 0,6% y el 0,7%

De momento, para el tercer trimestre, el Banco de España anticipa "un ritmo de crecimiento robusto", con una tasa estimada entre el 0,6% y el 0,7% (después de haber crecido un 0,7% en el segundo trimestre). "De cara a los próximos trimestres, se proyecta una senda de desaceleración de la tasa de crecimiento del PIB", se apunta en el informe trimestral.

El organismo prevé que el consumo de los hogares puede mantener un ritmo de avance elevado -aunque algo inferior al del segundo trimestre-, favorecido por la confianza de los consumidores, especialmente en el caso de los bienes duraderos, por la mejoría de las condiciones financieras y el recorte de los tipos de interés.

"La inversión productiva mantendrá el buen tono reciente, mientras que la inversión en vivienda se desacelerará en los próximos meses", apunta el Banco de España. Tras el elevado dinamismo mostrado por la inversión en vivienda en la primera mitad del año, el indicador de ejecución de obra y las compraventas escrituradas de vivienda hacen prever al organismo una cierta desaceleración en el tercer trimestre.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents