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Ascetismo, poesía y misticismo en el Islam

El sufismo es considerado por sus seguidores como el corazón del Islam y representa su vertiente más mística. La experiencia sufí es el encuentro con la verdad absoluta, y esa verdad no puede convertirse en feudo ni monopolio de nadie y para nadie, y tampoco está limitada a una cultura, raza o creencia concreta

Es posible condensar en un solo volumen como parece preguntarse el estudioso Halil Bárcena (Renedo, Cantabría, 1962) lo que entendemos por sufismo? Se dice puntualiza Bárcena que «hay más de mil maneras distintas de definir a los sufíes y, por extensión, al sufismo. Quizás la más concisa de todas -y ¿por qué no?, la más bella y aguijoneadora fruto del rico legado sufí, de sabiduría anónima sea un viejo adagio sufí persa que dice así: ‹¿Sufí chist? Sufí... ¡es un sufí!› O un sufí no pregunta jamás que es un sufí como respondió con cierta socarronería en el siglo X cuando alguien le preguntó al Maestro de Nishabûr Abû Hafs al -Haddâd»

Los árabes gobernaron España desde la primera parte del siglo VIII, y ya en el siglo IX se habla de florecientes escuelas sufíes. La Gramática árabe fue el modelo de la Gramática hebrea y la primera Gramática hebrea se debe al judío Saadi (muerto en 942). Creen los sufíes que en el seno de la Humanidad existe un elemento, activado por el amor, que ofrece los medios para alcanzar la verdadera Realidad, llamada «significado místico». Dentro del sufismo han figurado antiguos sacerdotes zoroástricos, cristianos o budistas en donde «Lo nuestro no es una religión. Es la Religión o bien el sufismo es la esencia de todas las religiones»

Una de las primeras escuelas fue fundada en España hace más de mil años y Yalal ad- Din Muhámmad Rumi citaba una frase del propio Mohámmad: «El peor de los sabios es el que visita a un príncipe, el mejor príncipe es el que visita a un sabio» Al sufi se le conoce como el buscador, el hombre embriagado, el iluminado, el bueno, el fakir, el derviche. Ahora al hablar de sufismo no lo hacemos de un sufi teórico o intelectual sino de una comunidad de sufies con la práctica de su culto.

Han producido grandes Teólogos, Poetas o Científicos. Han formulado una ciencia de la evolución unos seiscientos años antes de Darwin y la teoría de los arquetipos de Carl G. Jung no tuvo su origen en el profesor sino que fue expuesta por el profesor Ibn el -Arabi (Macmillan. Nueva York, 1959 P. 40ss). Creen los sufíes que la Humanidad esta evolucionando hacia un Destino determinado. Todos tomamos parte en esa evolución. Dos son los personajes considerados los precursores del sufismo: Hassan Basri (728) nacido probablemente en la Medina (Arabia) llegó a ser oficial del Ejército de la guerra de Afganistán y Rabia Al Adwayya (801) vendida cuando era una niña como esclava por sus padres debido a su extrema pobreza. Fue puesta posteriormente en libertad por su amo y compuso los más apasionados cantos a su Señor: «¡Oh Dios mío! cuntos bienes terrestres me hayas reservado dáselos a tus enemigos; y todo lo que en el otro mundo me hayas reservado dáselo a tus amigos; porque a mí Tú me bastas»

Fue sin duda una de las primeras mujeres sufíes que compusieron maravillosas poesías al Amado y en vida fueron veneradas y reverenciadas después de muertas por los maestros sufies.

Al hablar de Dios. No se refiere a la Deidad en el sentido en que la comprende un hombre educado por un Teólogo. La Deidad es aceptada por algunos; los piadosos y rechazada por otros; los ateos. El Dios de los sufíes no esta implicado en esta controversia porque, para el sufí, la Divinidad es una cuestión de experiencia personal. Yalal ad- Din Muhammad Rumi nació un 30 de Septiembre de 1207 en la entonces ciudad de Balji capital de la antigua Bactria (hoy un pequeño pueblo de Afganistán) Fue en Konia (Turquía) donde llegó tras su peregrinación a la Meca iniciando la fundación de la orden de los cofrades místicos sunnitas del sufismo mawalawiyya (mevlevi, en turco) Su libro Masnaví-e- Manavi esta formado por casi 30.000 dísticos y es un gran compendio de sabiduría sufi.

Consideraba la poesía como un reflejo de la enorme realidad interior que es la Verdad y que él denominaba Amor. Según él cuando hablamos de amor lo hacemos de algo silencioso y no puede expresarse con palabras y en 1164 cuando hacia más de cuatrocientos años que España era una país árabe nació Ibn el-Arabi, el murciano. Se habla de que no existe mejor poesia amorosa que la suya.

Ramón Llull, poeta, teólogo y filósofo por el contrario, tomó material literario de Ibn el-Arabi y puso de relieve la importancia de los ejercicios sufies necesarios para completar las experiencias súficas. Ibn Árabí, que estudió bajo la égida de la española Fátima B. Waliya experimentó sin duda estados psíquicos especiales. Parte de su trabajo fue escrito en trance y su significado no se reveló con claridad hasta un tiempo después de haberlo escrito. Cuando tenía 37 años, estando en Ceuta, donde se hallaba la Escuela del Renacimiento Ibn Salain (consejero del Emperador Federico, del Sacro Imperio Romano) tuvo allí una extraña visión o sueño que fue interpretado por un famoso erudito como «Inconmensurable ...si este individuo está en Ceuta, no puede ser otro que el Español recién llegado»

Comprendió Ibn Árabi que la belleza humana estaba conectada con la realidad divina y por esta razón fue capaz de componer poemas que, a la vez que celebraban la perfección de la doncella, se referían en correcta perspectiva a una realidad más profunda. El Islam ortodoxo se oponía al sufismo al que acusaba de intentar ignorar la Ley y sustituirla por una experiencia personal de lo que realmente significaba la religión. Quizás haya sido ese el motivo por el que el estudioso español Fernando Mora ha desarrollado en dos de sus obras la figura del murciano. Bajo el titulo de «Ibn Árabi: vida y enseñanzas del gran místico andalusí» En donde el «murciano es uno de los autores pensadores, visionarios, y contemplativos de mayor altura y probablemente, de más proyección universal que ha alumbrado este país, por más que su ingente e importante obra haya sido ignorada, hasta hace muy poco en su tierra natal» y «El perfume de la existencia. Sufismo y No- Dualidad en Ibn Árabi de Murcia» que es una obra que introduce al lector en la Vida de Ibn Árabi amén de trazar el significado de sus obras que en ocasiones no han sido comprendidas.

A unas preguntas realizadas por el periodista Alfredo Asensí Cordoba para el Día de Murcia Mora afirmaba: «realmente todos los autores islámicos han estado olvidados desde Al Ándalus. Fue a partir del siglo XIX con Asín Palacios cuando empezaron a recuperarse. Este olvido es incomprensible cuando hablamos de figuras como Ibn Árabi que tiene 300 libros y que debería de ser estudiado en todas las Facultades» A lo que añade «Si observamos el ámbito oriental no ha dejado de estar de moda desde su época. Hay mucho más publicado sobre él en inglés o en francés que en español» Y el estudioso Juan Arnau puntualiza «Los estudiosos consideran que los contactos de Ibn Árabi con Aristotélicos (Aljarabi, Averroes) y Neoplatónicos (Ibn Hazm) fueron más bien escasos y que su obra es en general de carácter gnóstico- religioso (la experimentación interior como requisito para el conocimiento divino) y crítica con el ejercicio meramente externo de la religión o la filosofía»

Y es también Ibn Jaldún (1332-1406) en su conocida «Mugaddima» (Discursos sobre la Historia Universal) quien escribe: «El sufismo (tasawwuf) es una de las formas de conocimiento de la ley religiosa (chari’a) que nacieron en el Islam» Como ha dicho un sufíe contemporáneo: «No soy yo quien ha abandonado el Mundo, es el Mundo el que me ha abandonado a mí» El desapego interior puede, de hecho, combinarse con una intensa actividad exterior. La ciencia sufí logra la unión de la vida activa y contemplativa en consonancia con la naturaleza unificadora del Islam. Los sufíes se identifican con la azora 24, aleya 37. «Hombres a quienes no les distrae ni el negocio, ni el comercio de Dios, de la permanencia en la oración y del dar limosna, hombres que temen el día en que los corazones y las miradas se trastornarán». En el mundo musulmán hay mas de 200 cofradías sufíes de las que tan sólo 100 son activas. Muchos cristianos místicos «han bebido en fuentes sufíes». En la obra de San Juan de la Cruz, religioso y místico español (1542- 1591), canonizado el 27 de diciembre de 1726 y proclamado Doctor de la Iglesia en 1926, los reflejos sufíes son palpables. Sobre este tema, Maria Teresa de la Cuadra en su estudio titulado «Ibn ‘Arabí, español universal» señala «Al leer a Ibn ‘Arabí, después de conocidos nuestros otros místicos del siglo XVI, notamos una especíe de denominador común, unas invisibles similitudes que trascienden al Más Allá»

Musulmanes sirios bajo la influencia de... Místicos cristianos procedieron a la fundación de conventos en el siglo VII. Ahí parece haber comenzado el movimiento de los sufíes. A pesar de una viva resistencia ofrecida por los tradicionalistas, los sufíes introdujeron en el Islam una jerarquía de santos con un riguroso ascetismo y una fehaciente poesía cuyas ideas filosóficas estaban revestidas con un apasionado lenguaje terrenal. Quien se entrega a las mismas y a la Voluntad Divina ganaba la Paz. El significado de musulmán es aquel que aceptó por libre elección conformar su voluntad a la voluntad divina. Y en un sentido particular el Islam se refiere a la religión revelada a través del Corán.

Es a finales del siglo XVIII cuando se produce un resurgimiento del sufismo en donde las Órdenes de Egipto y Sudán alcanzan grandes cimas renaciendo con fuerza en el Magreb, y el retorno desde la India del Maestro de la orden Nematollahí genera la renovación de todas las órdenes persas. Llegando así a un siglo XX complejo para el mundo islámico marcado con un enfrentamiento con el colonialismo occidental y culminando con el gran salto por parte de las órdenes sufíes al mundo occidental.

Ahora musulmán quiere decir «aquel ser humano que usando su inteligencia y su libre voluntad acepta una ley revelada de origen divino»

Según el Corán, Mahámnad tuvo sus revelaciones en el mes de Ramadán, el noveno del año musulmán. Más tarde proclamó mes de ayuno todo el Ramadán. Para muchos musulmanes el deber del Ramadán es el deber religioso más estricto. Todos los fieles deben de abstenerse desde que anochece hasta que se pone el sol, de comer, de fumar y de tener relaciones sexuales. El ayuno de una jornada puede malograrse con una sola mentira o con una sóla mirada concupisciente. Aunque en realidad debiera de dedicarse el día a la meditación y a la oración...

Allah Akbar. En su boca un musulmán tiene la expresión «Allah Akbar» Allah es el más grande. Cinco veces al día, al menos, orienta todo su ser hacia Allah armonizando su cuerpo, su lengua y su corazón, integrándolo todo en esa dirección única: es el Salat . Durante un mes al año, en Ramadán, ayunará... Y en quinto lugar, peregrinará una vez en su vida, si puede, a la Meca, centro del Universo y símbolo del Corazón. Pocos años después de la muerte de Mahoma, en el año 632 de nuestra Era, abarcaba todo el Oriente Medio. Las palabras muslim y musulmán derivan de la misma raíz designan aquella persona que se somete a la voluntad de Dios. El Islam no sólo niega la naturaleza divina de Cristo sino que ha rechazado todo intento de divinizar a Mahoma. El mismo Profeta insistió constantemente en que él no era más que un hombre escogido por Dios para ser su mensajero.

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