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Desde el Xacobeo 2021 al del 2027 (IV)

La revisión de las memorias, publicadas por la Xunta de Galicia sobre los diferentes Xacobeos acaecidos, dan cuenta de cómo la Administración los ha afrontado con diversidad de logros. Cada uno tuvo sus peculiaridades y, quizás, en un momento como este, convendría que, quien afronte el gobierno de los tiempos venideros, revise lo previamente realizado para sopesar lo hecho y, a partir de ahí, tener una rica información sobre lo que ahora cabe hacer.

LA ORGANIZACIÓN de todo aquello que gira en torno al mundo de la peregrinación jacobea adquirió, en Galicia, un singular peso, en el contexto de su desarrollo, a partir de 1991. La conjunción de una serie de hechos produjo una especie de milagro, susceptible de otorgarle, aún un mayor valor, en un momento como el actual.

Es el nuestro un tiempo en el que es posible, para mejorarlo, valorar lo que ha sido, y debe de seguir siendo, un proyecto colectivo de país, desde la consciencia de que los caminos a andar son siempre nuevos y exigentes en el esfuerzo a realizar.

1991, UN PUNTO DE PARTIDA. Para que el éxito fructifique se precisa una oportunidad a aprovechar, el talento y la creatividad suficiente y, además, trabajo, y más trabajo, para conseguirlo. Pues bien el desarrollo de los Xacobeos y sus tiempos intermedios, a partir de los años 90 del pasado siglo, nació complementando tales imprescindibles ingredientes que se vieron, además, favorecidos por un ejemplar quehacer, en equipo, a nivel local, autonómico y estatal que tuvieron los nombres propios, a la hora de generar oportunidades, de Xerardo Estévez, alcalde de Santiago, Manuel Fraga, presidente de la Xunta, y Felipe González, al frente del gobierno de España. Ellos, los tres, a la altura de sus cometidos, le otorgaron el debido vuelo a una bella empresa. Y, a la larga, y ya desde un primer momento, esa oportunidad rentabilizada fue, qué duda cabe, bien provechosa, para España, Galicia y Santiago de Compostela.

Es en marzo de 1991 cuando se organiza y se pone en marcha el Real Patronato de la Ciudad de Santiago. Ya en octubre de ese mismo año se constituye el Consejo Jacobeo, en el marco del gobierno de España, y habrá que esperar a noviembre, también de esa misma anualidad, para ver como la Xunta de Galicia crea la S. A. de Xestión del Plan Xacobeo y esa sería la coyuntura aprovechada por Víctor Vázquez Portomeñe, entonces conselleiro de Relacións Institucionais e Portavoz do Gobierno (1990-1993). Él supo rodearse de un buen y gran equipo; forjar consensos, desde su portavocía parlamentaria; y poner en marcha una serie de programas   –entre otros, una ambiciosa red de albergues– que contribuyeron, en el sentido literal de la palabra, a hacer caminos.

DE 1993 AL 2010. La revisión de las memorias, publicadas por la Xunta de Galicia sobre los diferentes Xacobeos acaecidos, dan cuenta de cómo la administración los ha afrontado con diversidad de logros. Cada uno tuvo sus peculiaridades y, quizás, en un momento como éste, convendría que, quien afronte el gobierno de los tiempos venideros, revise lo previamente realizado para sopesar lo hecho y, a partir de ahí, tener una rica información sobre lo que ahora cabe hacer. Claro está ha de sumarse a tal experiencia acumulada el criterio de que cualquier tiempo venidero va a tener sus propias claves y que todos los modelos que cabe proponer son susceptibles de mejora. Buscar la excelencia es lo deseable.

Además, en todos esos años, la Xunta de Galicia ha editado un gran número de publicaciones realizadas desde el esfuerzo de la S.A. de Xestión del Plan Xacobeo. Digitalizar todos esos fondos, con un sinfín de aportaciones, generaría una biblioteca virtual digna de ser tenida en cuenta para la conveniente difusión del tema que nos ocupa. Y lo mismo cabe decir de todos aquellos fondos audiovisuales generados en esta etapa.

En estos años la contextualización orgánica de la S. A. de Xestión del Plan Xacobeo pasó por momentos diferentes. Primero estuvo inserta en la Consellería de Cultura; más tarde, en Cultura, Turismo e Comunicación Social; después, en la Dirección Xeral de Turismo; y, por último, en la Consellería de Cultura e Turismo. Fueron tiempos en los que, en ese organismo, se forjaron equipos de profesionales bien formados, comprometidos con la causa y que, en bastantes casos, estuvieron integrados en este proyecto colectivo desde sus mismísimos principios.

Una cuestión más a considerar, en este sentido: Los xacobeos 1993, 1999 y 2004 se organizaron en sucesivos gobiernos de Fraga. En el tiempo presidido por Touriño, entre el 2005 al 2009, no coincidió ningún Xacobeo. Y ya con Núñez Feijóo, al frente de la Xunta, a partir de abril de 2009, se llevó a cabo el Xacobeo 2010.

DE 2011 AL 2020. Esta década ha sido un tiempo sin xacobeos, algo que, al menos en un primer momento, puede explicar que esta temática no se considere una cuestión capital, lo que se visualiza en la minoración de la S. A. de Xestión del Plan Xacobeo, algo que, añadido a la crisis económica del 2008 -con gran incidencia, sobre todo hasta el 2014-, conllevó ajustes económicos, y de organigrama, que repercutieron en el modo de encajar este válido instrumento de gestión en los diseñados llegando a estar incluida en una Consellería de Cultura, Educación e Ordenación Universitaria (2015-2018), con una importancia secundaria, en ese contexto.

La vuelta a la fórmula, a partir de 2018, de una Consellería de Cultura e Turismo le ha devuelto, en cierto modo, parte del rango pasado; en la actualidad “es un organismo público, bajo la tutela funcional de la Axencia de Turismo de Galicia”.

Estamos, una vez más, ante una relación Turismo-Xacobeo que ha tenido, como se ha visto, en el plano organizativo, muy diversas configuraciones en los gobiernos sucesivos. Así pasó de tiempos en los que la organización de lo jacobeo funcionó de manera autónoma, en el marco de una Consellería, a otros en los que se desarrolló en paralelo al mundo del turismo - e incluso encuadrado el turismo, y, con él, esta sociedad, en una Consellería de Innovación e Industria (2005-2009)-. Esto supone, en cada caso, una serie de posibles ventajas y, también, por supuesto, de inconvenientes.

ANTE UNA NUEVA LEGISLATURA. Sería deseable, en los próximos años –si se quiere rentabilizar de forma óptima el patrimonio jacobeo, en el tiempo que nos llevará hasta el 2027–, que quienes gobiernen en la Xunta de Galicia sopesen el mejor modo de organizar no solo los Xacobeos sino también, y sobre todo, los tiempos intermedios.

Cada modelo, incluido el actual, le ha otorgado peculiaridades dignas de analizar. En todo caso, lo que este mundo jacobeo le puede otorgar, en muchos sentidos, a Galicia merece valorarlo adecuadamente y buscar la mejor opción en la rentabilización de un bien tan preciado.

Ese tiempo en el que se organizó desde una Consellería de Relacións Institucionais e Portavoz do Goberno tuvo, más que nada, fortalezas, precisamente, por el perfil concretado. Relaciones institucionales, hacia adentro y hacia afuera de Galicia, muy convenientes en una organización de estas características resultan sumamente productivas, qué duda cabe, a la hora de acometer una empresa de este estilo. Y, en este sentido, el modelo de 1991-1993 sigue siendo la referencia por excelencia. Además añade esta fórmula una ventaja más: la de que quien asume estas cuestiones está en una posición ideal para promover acciones que serán acometidas desde otras áreas de gobierno: Economía, Ordenación del Territorio, Sanidad...

Relacionar al Xacobeo con la Cultura es, también, algo idóneo pero que, para administrarlo bien, ha de hacerse no solo especial hincapié en sus valores culturales sino también, al tiempo, desarrollar otras cuestiones precisas –sobre todo en el mundo de las relaciones institucionales, de la gestión y de la comunicación– para conseguir las mejores metas.

Vincular al Xacobeo con el Turismo tiene, igualmente, sus ventajas pero también sus perjuicios. Enlazar esos dos mundos en exceso puede llevar a confundir a un peregrino, y a ese inmenso patrimonio que son los Caminos de Santiago, con los turistas, las redes de transportes y las cadenas hoteleras. Estamos hablando, en fin, de ámbitos que, tratándolos al tiempo y de parecidas formas, más que beneficiar a una y otra parte perjudica a ambas. Y supeditar el Xacobeo a directrices emanadas desde la perspectiva del Turismo devalúa, qué duda cabe, un valor seguro.

Otro de los maridajes en los que se vio relacionado este mundo jacobeo fue con el de la llamada Comunicación Social (1997-2005). Que una temática de estas características pueda contar con el apoyo de una idónea comunicación social supone, también, una buena relación. No ha de olvidarse que estamos ante el desarrollo de un tipo de actuaciones que conviene difundir del mejor posible y un contexto orgánico de estas características, complementando ambos mundos, tiene mucho de positivo.

LA S.A. DE XESTIÓN DEL PLAN XACOBEO DEL MAÑANA. En la medida en que Galicia cuente con una S.A. de Xestión del Plan Xacobeo, configurada del mejor modo posible, desempeñará con un mayor rendimiento aquellas funciones para las que nació y que fueron adaptándose a nuevas realidades con el paso del tiempo.

También, en tanto esta sociedad cuente con un buen equipo de trabajo, a reforzar, que sea multidisciplinar y diseñado en función de sus cometidos, sus consecuciones podrán acometerse brillantemente. Y más que una tutela, inscrita en una determinada instancia administrativa, se ha de reforzar su personalidad, otorgándole un mayor peso en el conjunto de la Xunta, para que, de este modo, cuente, también, con una posición más fuerte en ese otro trabajo, a realizar de forma sistemática, tanto en el contexto hispano como, también, en el internacional.

Pasamos, pues, de una década sin xacobeos a un tiempo en el que nos espera el del 2021; la posibilidad de su alargamiento en el 2022, en el supuesto de que la iglesia amplíe el tiempo del Año Santo; y el del 2027, con unos tiempos intermedios que han de ser optimizados más que nunca, en un contexto socioeconómico como el que nos encontramos.

Son estos, pues, unos años para reinventar un modelo. En el tiempo inmediatamente pasado han sucedido muchas cosas; comunidades como el Principado de Asturias, por ejemplo, han avanzado mucho en este sentido. Y Cantabria y el País Vasco están ahí, pendientes de fortalecer el Camino del Norte. La relación debe profundizarse, además, con Castilla y León, La Rioja y Navarra, para volver a revitalizar ese Camino Francés, ahora en horas bajas. Y no olvidemos a Portugal, en la que las potencialidades, en este sentido, son inmensas y que bien pueden promoverse a partir de la Comunidade de Traballo Galicia Norte de Portugal...

Estos son algunos de los objetivos posibles, en este ámbito de lo jacobeo, para la próxima legislatura. No han de ser los únicos pero, para llevarlos a cabo, se precisa, como decía al principio, ver, en el futuro, una oportunidad a aprovechar, utilizar el talento y la creatividad precisa, y, ante todo, trabajar, trabajar mucho y bien.

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