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El misterio de los Rollos de Qumran

Fue en el año 1946 cuando, por casualidad, se encontraron en las Cuevas de Qumran, en Cisjordania, más de 900 manuscritos. Escritos por una antigua secta judía conocida como los Esenios, estos pergaminos han sido estudiados cuidadosamente durante más de setenta años para descubrir qué tipo de información contenían

En Junio de 1954 los días 1, 2, y 3 e Junio en el Wall Street Journal se insertaba el siguiente anuncio:

«Se venden manuscritos biblicos provenientes al menos del 200 a de C. el lote podría ser un regalo ideal, de un individuo o de un grupo para una institución científica o religiosa. P.O. Box 206»

Estos manuscritos han llegado a nosotros directamente sin intermediarios de diversos copistas y múltiples manos que hubieran podido alterarlos con el correr de los siglos como es normal en la transmisión de textos antiguos. Son un testimonio directo para nosotros de quienes los escribieron hace dos mil años o más desde el siglo III a de C. hasta la mitad del siglo I de C. El estudio paleográfico de su escritura y la prueba de carbono 14 ha determinado que todos los manuscritos hallados en las cuevas de Qumrán han sido copiados en ese lapso de tiempo. Son un testimonio de primera mano. Nos enseñan muchisimo sobre el Nuevo Testamento y su entorno: sus personajes, sus ideas religiosas, su manera de expresarlas. Estos pergaminos nos plantean múltiples interrogantes y afectan a todos los estratos en los que solemos dividir los estudios del Nuevo Testamento, la lengua, las cuestiones literarias, sociológicas, históricas, y teológicas.

Fueron descubiertos en Diciembre de 1946 por unos beduinos de la tribu Ta’amireh (hasta 1956 se han ido descubriendo otros rollos) De entre unos 800 recuperados en las cuevas en torno a Qumrán solamente se han publicado unos 200. Quedan todavía algunos que aguardan la mano erudita que los lleve a la prensa. Y también en la página 4 de su edición del Lunes 12 de abril de 1948 The Times se hacía eco de la noticia: «Encuentran manuscrito antiguo en Palestina» Nueva York, 12 de abril

«Yale University anunció ayer el descubrimiento en Palestina del manuscrito más antiguo del Libro de Isaías. Fue encontrado en el monasterio Sirio de San Marcos en Jerusalén donde había sido conservado en un rollo de pergamino que data aproximadamente del siglo I a de C. El manuscrito acaba de ser identificado por especialistas de la American Shool Of Oriental Research (el Albright Institute) de Jerusalén»

También han sido examinados en el mismo Instituto otros tres manuscritos antiguos en hebreo. Uno era parte de un comentario del libro de Habacuc, otro parecia ser un manual de disciplina de alguna secta u orden monástica comparativamente poco conocida, probablemente la de los esenios y el tercer manuscrito no fue identificado. La polémica hace acto de presencia: en una conferencia organizada en 1985 por la New York University el profesor Morton Smith (1915-1991) quién fue autor en su momento de un controvertido libro sobre Jesús de Nazaret y uno de los nombres mas distinguidos en el campo de los estudios biblicos contemporáneos abrió su intevención con estas palabras «Pensaba hablar de los escándalos de los documentos del Mar Muerto pero esos escándalos resultan ser demasiado numerosos, demasiado conocidos y demasiado desagradables»

Los estudiosos tienden a exponer teorias basadas en premisas de diversa validez, y por lo general en el peor de los casos se les desatiende, pero no se les desacredita en público; lo que convirtio a «The Sacred Mushroom and the Cross» en un escándalo fueron las declaraciones de Jhon Marco Allegro filólogo británico (1923-1988) sobre Jesús quien ya desde 1952 fue llamado a formar parte de la comisión de investigación puesto que era considerado uno de los más grandes y conocido experto en dialectos hebreos. «Este sostenía que Jesús no había existido nunca en la realidad histórica, que no era más que una imagen evocada en la psique bajo la influencia de una droga alucinante, la psilocilina que es el componente activo de los hongos alucinógenos»

Pero los manuscritos revelan la vida de una comunidad religiosa muy bien estructurada, jerárquica, con cultos, comidas, purificaciones, y una disciplina religiosa. Para entrar en ella exigian una especie de noviciado, terminado el cual y con el voto de la asamblea eran admitidos en la comunidad, prometiendo obediencia y poniendo todos sus bienes en común. Provenían de un grupo religioso o «secta» básicamente esenia que formaba una comunidad separada tanto del grupo general de los esenios como del resto de judaísmo. Vivían alrededor de Qumrán y se reunían allí para oficiar los actos religiosos. Se creían los «elegidos» o los hombres de la «nueva alianza» así como «los hijos de la luz» los únicos predestinados para ser salvados en la catástrofe que se avecinaba. En tiempos de Jesús eran unos 4000 que se habían separado del resto del grupo esenio general de Israel.

¿Cuándo ocurrió esta separación? Probablemente durante el reinado de uno de los descendientes de los macabeos Juan Hircano (134-104 a de C) No presentan ahora los rollos Qumránicos muchas variantes con una antigüedad de 1000 años sobre los manuscritos medievales en los que se basan nuestras ediciones, sólo esto ya es una revolución. Quizás haya sido ese uno de los motivos por los que muchos investigadores hayan realizado las siguientes preguntas: ¿No habrá vivido el Bautista con los esenios? o ¿La primitiva comunidad cristiana de Jerusalén se habrá inspirado en las experiencias de Qumrán?

En un pequeño artículo publicado en 1972 en las páginas de una revista biblíca el profesor del Instituto de Papirología de Barcelona, José O’ Callaghan anunciaba al mundo cientifico la posibilidad de que en la cueva número siete de Qumrán se hubieran encontrado restos de copias de diversos libros del Nuevo Testamento.

Han ayudado los textos de Qumrán a comprender puntos oscuros del Nuevo Testamento. Muchos investigadores han señalado que la comunidad cristiana más primitiva y su organización jerusalemita contenía muchos puntos de contacto con el tipo de vida que se llevaba en Qumrán. Tal y como aparece en el Libro de los Hechos la Comunidad de Bienes o las comidas comunitarias de los primeros cristianos o la práctica del Baustismo. Todo ello queda mucho más claro y se sitúa mejor en la época si se leen los textos correpondientes de la comunidad de Qumrán y se considera que tales concepciones y practicas formaban un elemento básico y común de la religiosidad del momento en los grupos apocalípticos de Palestina.

Componian los esenios una de las tres sectas mas importantes del mundo judio de la época. El Nuevo Testamento habla abundantemente de dos de ellos- Fariseos y Saduceos- pero no habla de los Esenios. Se hacen alusiones indirectas dentro del Nuevo Testamento (en el Evangelio de Lucas y en la Epístola a los Hebreos) Cuando en los Hechos de los Apóstoles dicen los seguidores de Santiago, el «hermano del Señor» que «son miles y miles de judíos que han alcanzado la fe cristiana y todos son celosos partidarios de la Ley»

Los esenios y Juan el Bautista. Se ha repetido muchas veces la posibilidad de que Juan el Bautista fuera un esenio. Sí en Qumrán habitaban realmente esenios, el Bautista pudo haberlos conocido pues predicaba y bautizaba a muy pocos kilómetros de distancia. Según los textos del Nuevo Testamento, en su niñez Juan había vivido y se había formado espiritualmente en el desierto. Las correspondencias entre las enseñanzas de la comunidad Qumranita y las prédicas de Juan son extraordinarias. Quizá fue educado en la tradición esenia y pudo vivir algún tiempo en Qumrán antes de llevar su mensaje a un público más amplio.

Pero el Juan que nos pintan los Evangelios no era un qumranita estricto. En Jesús observamos el mismo sentido escatológico del desierto y la necesidad de retirarse a él a fin de prepararse para su vida pública. Y entre la figura de Jesús y la del fundador de la escisión qumránica «El Maestro de Justicia» hay ciertas similitudes. Ambos poseían una cierta conciencia profética que les llevaba a imponer su peculiar visión de su relación con Dios. Los textos de Qumrán no representan otra cosa que el cristianismo judío más primitivo.

«Entre Jerusalén, Jericó y el Mar Muerto, allí vemos la tierra santa tal y como era en los tiempos de Cristo pues nada ha cambiado desde entonces» escribe Hans Einsle -, autor de varios libros sobre Arqueología en torno a la Biblia. En el Museo Arqueológico de Jerusalén uno de los mayores y mas importantes de Oriente, es el lugar donde se halla el puesto central y oficial desde donde se coordinan todos los trabajos de investigación en el espacio de dominio cultural árabe. Un museo que ha sido financiado por John D. Rockefeller. Con su descubrimiento los investigadores disponen de un considerable número de fragmentos de libros sobre la Historia Antigua relacionada con el Antiguo y el Nuevo Testamento.

A finales del siglo XIX. Se descubrió el manuscrito hebreo mas antiguo conocido hasta entonces y relacionado con el Antiguo Testamento, el denominado Codex Petropditanus, del año 916 d de C. Gracias a este ejemplar y a algunos hallazgos hechos en el Cairo y Alepo se dispone en la actualidad de una imagen clara sobre el desarrollo y la concepción masorética de la Biblia. Entre los siglos VIII y IX d. C. los sabios de la «Masora» llevaron a cabo una transmisión correcta, es decir, una determinada concepción de los textos del Antiguo Testamento. Crearon una concepcion que desde entonces es conocida como el texto masorético que fue durante los siglos siguientes la única forma válida conocida.

Los esenios representaban una especie de élite. Podemos reconocer a partir de los Rollos una atmósfera religioso- espiritual de la época en que vivieron Juan el Bautista, los partidarios de Jesús y el propio Jesús. Nos encontramos una vez más con tres partidos o grupos judios. Hablamos de un material- los manuscritos de Qumrán- que se pueden calificar de sensacionales para la investigación religiosa e histórica. Los monjes de Qumrán elaboraron sus textos con gran exactitud ya que apenas se desvían del texto masorético de la Biblia y además son muy importantes para la comprensión e interpretación del Nuevo Testamento. Muestra el Evangelio de Juan una utilización del lenguaje muy similar a los manuscritos del Mar Muerto. Las Epístolas de Pablo también muestran la influencia que ejerció la literatura de los esenios de esta época, de la que se pueden encontrar paralelismos en todos los libros del Nuevo Testamento.

Aparecen en el Nuevo Testamento de vez en cuando opiniones defendidas por la Comunidad de Qumrán. No se extinguieron las enseñanzas de los esenios por completo tras la destrucción del monasterio a manos de los romanos. Hubo conexiones con el movimiento de los Zelotes y al igual que muchos monjes medievales, muchos de ellos participaban en diversos tipos de actividades, aunque se dedicaban prácticamente a la enseñanza. Una de las preguntas importantes que nos podemos plantear es quién era el dirigente de esta comunidad del desierto y en que creía la misma.

Solo tres autores antiguos todos ellos del siglo I. d C. habían dejado información sobre los esenios: el griego Filón de Alejandría, el judeoromano Flavio Josefo y el romano Plinio el Viejo. Muchos estudiosos compararon sus estudios con los de Qumrán y los esenios seguían la doctrina de la predestinación como ha manifestado el ya mencionado historiador Flavio Josefo en sus escritos «Los esenios consideraban que todo debe dejarse en manos de Dios» (Antigüedades judías XVIII i,5) Se creía en Qumrán en esa predestinación según la cual Dios creó el destino de todos los seres vivientes en los comienzos mismos de la Creación habiendo para cada caso establecido su perdición o salvación (Regla de la comunidad III 15-21)

Maestro de Virtud. Se habla a menudo en los manuscritos de un «Morch Hasredeg» un «maestro de Virtud» cuya interpretacion de las leyes se considera obligatoria. Conocía muy bien el «Maestro de Virtud» el Antiguo Testamento y muchos de los textos están basados en esa parte de las Sagradas Escrituras. Ahora también existe un paralelismo con el Nuevo Testamento especialmente con Juan y han surgido duras discusiones en torno a si Jesús fue o no fue este «Maestro de Virtud» En ocasiones resulta tan difícil leer los fragmentos que parece imposible. Se encontraron muy pocos documentos de papiro. El nombre de Yahveh aparecía escrito en Hebreo antiguo y los Escribas habían utilizado a menudo la escritura hebrea cuadrangular. El estudio paleográfico da como resultado la existencia de tres períodos: Premacabeo, Macabeo, (Asmoneo) y Herodiano.

20 dic 2020 / 01:08
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