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El silencio del corazón

Vivimos en un momento en que nos ha gustado etiquetar todo aquello que realizamos y todas las personas sin excepción tenemos o tienen un título que llevan a gala en un momento o en otro. La vida de una persona surge como una distinción que hacemos entre la Vida y la Muerte. Nos apoyamos en escritores o en científicos que de alguna manera nos sirven o han servido para llevar mejor esa vida que realmente dentro de nosotros pensamos que estamos viviendo. ¿Es cierto?

Es como si a través de unos viejos prismáticos viéramos pasar el mundo pero sin estar en él. Esos mismos filósofos que hemos denominado de Oriente y de Occidente acaban dando lugar a esas distinciones aunque los mismos piensen exactamente lo mismo y no lo digan claramente. En un momento en que vivimos una pandemia y las calles de Madrid se encuentran llenas de nieve por todas partes parece que hemos retrocedido en el tiempo y vivimos enclaustrados en nuestras casas. Ahora ¿Qué sucede cuando nos encontramos en una habitación totalmente solos, como decimos no aislados, y nos vemos con esa televisión que encendemos todos los días o esa radio que nos «ilumina» con nuestro locutor favorito?. Estamos totalmente en silencio en esa pequeña habitación la cual tiene un pequeño rincón que sin darnos cuenta nos hace observar sin ver (por los ojos) todo lo que sucede a nuestro alrededor...

Si dejamos a un lado esa «vida» llegamos al corazón de cada uno de nosotros. Desde muy joven nuestro «protagonista» sintió algo en su interior que acabaría dando lugar a frecuentes viajes para más tarde instalarse en una zona en donde se reunia una y otra vez con distintas personas y hasta recibía llamadas telefónicas.

Robert Adams. Nació un 21 de Enero de 1928 concretamente en el Bronx (Nueva York). Su madre era judía y su padre católico. Adams dejó su cuerpo un 2 de Marzo de 1997. Se marchó de casa a los dieciséis años, haciéndose con el tiempo discípulo de Paramahansa Yogananda (1893-1952). Vio físicamente a aquel sabio que en sus años de niño aparecía acompañandolo en todos los sentidos. Su nombre era Sri Ramana Maharshi conocido por su «¿Quién soy Yo?» El resultado de esos encuentros acabó tomando la forma de libro que ahora bajo el título de «El silencio del Corazón. Diálogos con Robert Adams» acaba de ser traducido al castellano.

El libro nos acerca a una selección de las charlas semanales que Adams ofrecía. Al pasar sus páginas nos vienen muchos nombres a la cabeza que son como un hilo conductor invisible. Son nombres que como Adams al ir poco a poco sumergiéndose en este mar de la Conciencia, del Ego o del Yo como una ola forman parte de nuestras lecturas. Algunos no han firmado sus trabajos y otros no se han movido de los distintos lugares en donde han nacido pero su Mensaje algo tendrá... No sabemos si es bueno o no el método Sedona o tal cual artículo sobre Yoga o Sufismo. Lo que sí está claro es que su Mensaje llega a nosotros. Yendo a estas páginas, la esencia del ser humano es la misma aunque hayamos nacido en lugares geográficamente distintos y aunque abracemos otras creencias, otros credos. Esas charlas dialécticas se convierten en algo intelectual lo cual hace que en vez de juntarnos nos separemos unos de otros hasta llegar al final siendo algo muy personal.

Es importante sobre todo descubrir a cada uno de sus protagonistas en estos encuentros, que es el Yo y cuales son las diferencias si las hay entre el Ego y el propio Yo. Todo es un producto de la mente y de sus enfrentamientos con ella. ¿Que hay más allá de la mente? Pero aún así en este libro más que hablar de las experiencias de los demás o dar nombres - sólo utilizados como ejemplos de un lado y de otro, no hace distinciones entre Occidente y Oriente. Palabras como apego o nombres como Ramana Maharshi o Nisargatta Maharaj son utilizados en este texto pero siendo en todas y cada una de sus páginas un encuentro entre seres humanos con las sonrisas utilizadas para llegar al interior de cada una de estas personas que estuvieron y se reunieron con él. Hasta un desconocido para muchos Maurice Frydman siendo uno de los responsables de haber dado a conocer «I Am That»,de Nisargadatta Maharaj, quién conoció a Robert Adams en su largo peregrinar.

Frydman dió a conocer a estos Sabios pasando su figura totalmente desapercibida e incluso en algunos de sus distintos artículos y empresas no llegó a utilizar su nombre. Falleció un 9 de Marzo de 1976. Robert Adams se basa -como decimos- en ejemplos para explicar algo a otros que estos no entienden e incluso utiliza un lenguaje no para todos los públicos. «Pero, Robert, ¿debo quedarme en un matrimonio en que mi hijo y yo somos víctimas del maltrato?» Robert: «Obviamente eso no es de lo que estoy hablando. Debes salirte de esas condiciones tan horribles. A lo que me refiero es al ciclo de pasar de una cosa a la siguiente sin haber cambiado uno mismo internamente». Interpretamos las cosas de una forma intectual y nos olvidamos, no queremos introducirnos en lo interno. Al verlo de esa manera (cada uno lo ve a su forma) lo interno nos hace dejar el sujeto y objeto a un lado y a conectar con el Todo y de hecho se cuentan las diversas historias en donde tenemos (todas y todos) muchas preguntas pero al llegar al Silencio al Corazón ya no existen preguntas que realizar.

14 feb 2021 / 01:00
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