Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h

En Navidad

Corría el año de 1964, en mi barrio el día de Navidad, después de la cena del día anterior, Cena de Nochebuena, todos los niños y ya no tan niños, salíamos a la calle a jugar y distraernos. Los juegos de la infancia y juventud, nos trasmitían frescura e inocencia. Hoy en día, ese universo esta casi desaparecido.

La vida en esa época era sufrida y más austera que hoy en día, pero tenía un brillo y color que la hacía más sabrosa. La amistad, la unión, el vecindario, los vecinos éramos mucho más unidos, no había nadie, que un día tal como ayer, fecha señalada, cena de noche buena, lo pasara solo, si esa persona no tenía posibles, si no tenía familia, ese día cenaba en casa de algún vecino amigo, pero no estaba solo.

Por desgracia esta unión, amistad o llamémosla como queramos está desapareciendo, salvo en unas muy contadas ocasiones, es un, rara avis.

Ayer en la mañana, paseábamos mi esposa, mi nieta pequeña y yo y, al pasar por la plaza Mayor, se me acerco un señor, de unos 45 años, afeitado de tres días, pelo rapado y con un leve acento extranjero yo diría, del norte de Europa. ¿Señor por favor, me podría dar algo o comprarme algo de comer? Yo continúe unos pasos, volví la cabeza y lo vi allí de pie mirando al infinito con mirada perdida, me di la vuelta y le dije. Oiga, ¿qué le pasa? El buen señor me contesto, mire usted, levantándose la camiseta, me han recién operado de peritonitis, al parecer tengo un problema con algo llamado Crohn y la verdad me dijeron que ya no podían tenerme más en el hospital, no tengo trabajo, ni familia, ni nada. Me dio tanta pena y más, el día de noche buena, saqué dinero y le di lo que buenamente pude y le hice unas observaciones sobre dónde y cómo debía de dirigirse para que le dispensasen las medicinas gratis y una ayuda para sobrevivir. Esto en ese 1964 no sucedía, hemos avanzado en según qué cosas, pero en otras, hemos ido hacia atrás, hoy la humanidad brilla por su ausencia, hoy ya no hay vecinos y, amigos pocos quedan, amigos de verdad, no compañeros de café o de copas.

En esta nuestra pequeña ciudad, aun quedamos muchos que nos conocemos y se, me consta que, si saben que estas mal, una mano se te da, pero esto en 20 o 30 años ha desaparecido por completo. ¿A dónde vamos? ¿Qué futuro les espera a nuestros hijos, nietos y demás familia y amigos?

La vida es como un viaje en un tren, con sus estaciones, sus cambios de vías, ¡¡¡sus accidentes!!! Al nacer nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres, y creemos que siempre viajaran a nuestro lado, pero en alguna estación ellos se bajaran dejándonos en el viaje solos. De la misma forma se subirán otras personas, serán significativas: nuestros hermanos, amigos, hijos y hasta el amor de nuestra vida. Muchos bajaran y dejaran un vacío permanente. Otros pasan tan desapercibidos que ni nos damos cuenta que desocuparon sus asientos!! Este viaje estará lleno de alegrías, tristezas, fantasías, esperas y despedidas. El éxito consiste en tener una buena relación con todos los pasajeros, en dar lo mejor de nosotros. El gran misterio para todos, es que no sabemos en qué estación nos bajaremos, por eso, debemos vivir de la mejor manera, amar, perdonar, ofrecer lo mejor de nosotros... Así, cuando llegue el momento de desembarcar y quede nuestro asiento vacío, ¡¡¡¡dejemos bonitos recuerdos a los que continúan viajando en el tren de la vida!!!! Os deseo que el viaje en vuestro tren para el año que viene, sea mejor cada día, cosechando éxitos y dando mucho amor. ¡Ah! Les doy las gracias por ser pasajeros de mi tren.

También le deseo a todos los que componen la plantilla y los colaboradores de este maravilloso medio de comunicación, como es, EL CORREO GALLEGO, donde cada 15 días aparece un artículo mío, espero que este nuevo año sea más continua y semanal, muchas felicidades y un buen año nuevo.

Feliz 2021.

17 ene 2021 / 00:45
  • Ver comentarios
Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
Tema marcado como favorito