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Galicia, sus catedrales y Santiago el Mayor

Así pues, el edículo y un cuerpo, que se entendió como entero, con cabeza incluida - el reconocido como de Santiago el Mayor-, al que acompañan otros dos -los de sus discípulos, Teodoro y Atanasio-, suponen, como singular conjunto de reliquias, el punto de partida de una historia de la que ya se hace eco una miniatura del Tumbo A (ca. 1129-1134). En ella se contempla el descubrimiento de la tumba de Santiago Apóstol; un obispo, Teodomiro, señala, con su diestra un enterramiento, de forma más relevante, sito entre otras dos, todo ello en un espacio cubierto; un ángel turiferario contempla una escena. En el libro, en prensa, “Galicia. Sus catedrales y Santiago el Mayor” se aborda, detenidamente, esta cuestión.

DESDE 1075 AL 1211. EL ROMÁNICO Y EL PROTOGÓTICO

El modo de presentar a su patrono, Santiago el Mayor -desde la puesta en marcha de la obra catedralicia, en su configuración románica, allá por 1075, hasta el momento en que se consagra, en 1211- va a variar aproximándonos, primero, a disposiciones que nos lo presentan, usualmente, de un modo principal, entre los apóstoles, a mostrarlo, más tarde, como aquel que fue enviado, ya en el Pórtico de la Gloria, y con formulaciones próximas tanto en el coro pétreo como en la imagen de bulto que, con tal devoción, se dispone en una posición elevada, sobre el altar mayor. Por otra parte va a ser la escenificación del pasaje de la Transfiguración, en el Monte Tabor, una temática en la que su presencia va a tener una singular importancia.

Con la capilla del Salvador, en el centro de la cabecera románica, se principia una construcción que, teniendo en cuenta su ubicación en una pendiente, va ganando altura a medida que se avanza hacia sus pies, en donde se levantará el Pórtico de la Gloria. Las tres naves que tiene el templo, también en el crucero, generará un espacio muy idóneo para recibir a quien peregrina y que culmina su andadura abrazando al santo, sobre su tumba, en el presbiterio.

A Santiago, como apóstol, se le encuentra ya al penetrar en el templo por el lado de la Azabachería ; nos recibe desde un capitel y también lo hace, en este caso en el exterior, en la portada de Platerías, formando parte del apostolado que cubre -de dos en dos y en tres alturas- las dos columnas marmóreas que hay en los laterales. En este caso a Santiago el Mayor lo encontramos al lado de quien ha sido reconocido como Santiago el Menor, en la parte inferior de la columna dispuesta hacia el lado oeste. Ambos se presentan con una indumentaria de carácter episcopal; así a Santiago el Mayor se le reconoce como el primero en el episcopado en Compostela en tanto que el Menor tiene la misma condición en Jerusalén.

El Códice Calixtino, a datar hacia 1140, ha de entenderse, en todo caso, como testimonio y testigo de su tiempo; desde ese contexto cabe valorar mensajes como el de las portadas del crucero así como el modo en que se engalana, por entonces, el presbiterio, con su retablo, frontal y ciborio.

DESDE 1212 A 1507. POR SENDAS GÓTICAS

En estos años se le añaden a la catedral una serie de capillas; es el momento en el que se le incorpora el cimborrio. En lo demás la construcción mantiene, en sus líneas generales, su estado anterior. En todo este tiempo se consolidarán formas de visualizar a Santiago el Mayor. Así, poco a poco, se irá difundiendo y haciéndose usual su presentación como peregrino, forma que ha de relacionarse, básicamente, con ese mundo de la peregrinación y de los caminos. Es más, alguno de los relicarios que se donan en este momento a esta basílica adquieren la forma del apóstol como peregrino.

La historia de Santiago el Mayor ha sido, en todo caso, objeto de una rica iconografía. Temas como el de la Elección de Santiago y su hermano Juan, la predicación de Santiago, su martirio y traslación son cuestiones que se explicitan, por ejemplo, en el retablo donado por John Goodyear, en el siglo XV, configurado por una serie de alabastros y que hoy se guarda en el museo catedralicio.

¿Cuándo nació la imagen de Santiago ecuestre? En la catedral compostelana se halla el conocido como “tímpano de Clavijo”, en donde se puede ver a Santiago a caballo; se suele datar entre 1240 y 1250 – también, antes, hacia 1220- pero, obviamente, tal modo de representarlo ha de contar con antecedentes, al menos literarios, a tener en cuenta. Se le reconoce en la toma de Coimbra, 1064, como “stenuissimus miles”. Y, en 1115, en la Historia Silense, en relación con ese episodio, se alude a una aparición suya, nocturna: “al mismo tiempo que un caballo blanco ilumina intensamente la iglesia y, montándolo, le muestra las llaves que entregara a la mañana siguiente, a la hora tercia, la ciudad de Coimbra al rey Fernando”. Y el Códice Calixtino dice: “Este es en verdad Santiago/ El tan amado de Nuestro Señor por ser su soldado/ y su abaderado egregio”. Se ha destacado, en este caso, su relación formal con los talleres mateanos.

José Manuel García Iglesias

Fotos: Rodri Cruz-Lúdica 7 / Forman parte del libro, en prensa: ‘Galicia. As súas catedrais e Santiago o Maior’, Santiago de Compostela, Secretaría de Política Lingüística-Lúdica 7

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