Galicia. Sus catedrales y Santiago el Mayor
El inicio de un proceso de mejoras en la catedral de Lugo -en el plan que pone en marcha la Xunta de Galicia y que tiene como referente cronológico el Xacobeo de 2027- supone actuar en un conjunto histórico-artístico de enorme interés. En el libro “Galicia. As súas catedrais e Santiago o Maior”, se pretende incidir en la dispar huella que este apóstol dejó impresa en esta basílica a lo largo de los siglos y en los más diferentes lugares de su espacio. Subrayar en esas presencias es, pues, algo que cabe poner en valor en el momento presente, en la plenitud del Xacobeo de 2021 y con la vista puesta, también, en el del próximo 2022.
LA CATEDRAL
Tanto el obispo como el cabildo catedralicio lucense testimonian, desde muy pronto, que los fundamentos de esta sede se asientan en la labor predicadora, y fundadora, del apóstol Santiago el Mayor. Por otra parte la relevancia de su culto en la ciudad de Compostela, así como la singular referencia de su catedral -la metropolitana con respecto a la lucense-, son cuestiones a tener en cuenta; no es asunto menor, en este orden de cosas, el hecho de que el obispo con el que se iniciaron las obras de esta catedral, Pedro III (1114-1133), fuese consagrado en la basílica compostelana el 25 de abril de 1114; esto supone, indirectamente, un vínculo entre ambas iglesias. Será en 1129 cuando este prelado, el cabildo y cuatro ciudadanos nobles lucenses contratan con el maestro Raimundo de Monforte su construcción siguiendo fórmulas románicas. En el siglo XIV se le añadirá su girola gótica en tanto que su fachada principal es obra del siglo XVIII, ya en estilo neoclásico.
LA PARROQUIA DE SANTIAGO EL MAYOR
Ignoramos el momento en que se funda y, también, si nació como inclusa en la catedral lucense. Lo que sí parece ser indudable es que, desde el momento en que se construye la girola, se le dedicó una de sus capillas al culto jacobeo. Y que sea el culto a Santiago el Mayor el principal para los feligreses de la parroquia más importante, en aquel momento, de Lugo no deja de ser una cuestión a valorar.
La venta a particulares que se hizo, en todo caso, de las capillas de la girola, por parte del cabildo catedralicio, vinculará a la de Santiago, ya en el siglo XVI, con los López de Lemos. Iba a contar con una reja que Diego de Lemos, señor del coto de Layosa, contrata el 14 de Julio de 1572 con Pedro de Sobrado. En ella, en un medallón central, puede verse a Santiago el Mayor representado como peregrino. Los apóstoles Pedro y Pablo ocupan, en tanto, espacios laterales.
Todo parece indicar que su altar estaría presidido, originariamente, por una imagen sedente de Santiago al igual que sucedía en la basílica compostelana; dos esculturas que se guardan en el museo catedralicio – una del XV y otra del XVIII- responden a esta forma. Hoy, en cambio, preside su retablo un Santiago peregrino, ya de 1922.
En el siglo XVIII la parroquia de Santiago se trasladó, dentro de la catedral, a la recientemente construida capilla de San Froilán. Esta feligresía dispondrá de un templo propio a partir de 1859.
OTRAS PRESENCIAS JACOBEAS
Santiago el Mayor forma parte, en un lugar preferente, de la Santa Cena que se representa en el capitel pinjante de la portada norte. También se localiza formando parte de lo que hoy queda del apostolado del antiguo retablo mayor, del siglo XVI; se encuentra en la parte que hoy se conserva sobre la puerta de la sacristía. Además se distingue en algunas de las escenas de este mismo retablo y cuenta con presencias a citar tanto en la capilla de la Virgen de los Ojos Grandes -en la Santa Cena de su sagrario-, como en el retablo de la capilla de Nuestra Señora de la O, en una escena de la Ascensión
Igualmente cabe localizar al apóstol de Galicia en el ciclo de pinturas del altar, del siglo XVIII, formando parte del santoral que acompaña a María en su labor intercesora. También se nos muestra en una de las vidrieras del la capilla mayor, como peregrino y presentándose encima una referencia al culto a la Virgen del Pilar, a relacionar con la aparición de María a este apóstol en tierras de Zaragoza, devoción que cuenta, por otra parte, con capilla propia, también, en esta basílica. Así mismo tiene Santiago el Mayor una presencia claramente individualizada en el paso de la Santa Cena, tan relevante en Lugo por la importancia del culto eucarístico en esta ciudad.
En el Museo catedralicio pueden verse, además, obras a relacionar con el culto jacobeo. Es muy interesante, por ejemplo, una pintura, del siglo XVIII, en el que se nos muestra a Santiago el Mayor de una forma tal que cabe entenderlo como evangelizador de estas tierras de Lugo, habida cuenta de que se integra una referencia al río Miño en su representación. Y también aquí ha venido una imagen procedente de la cercana parroquia de Santiago de Meilán, obra del siglo XVI, de condición sedente, quizás remitiéndonos, de esta forma, a la entonces presente en la citada capilla de Santiago de la catedral de Lugo, incidiéndose, por lo tanto, una vez más, en esa idea de su condición de predicador en estas tierras y fundador de su sede.