La escasa savia del medio rural

El despoblamiento del medio rural, que ya preocupaba a Manuel Fraga, será una hemorragia económica dentro de pocas décadas.

El fin de semana pasado estuve en Navia de Suarna, capital de Os Ancares, y me pareció ver un funeral en un garaje por falta de tanatorio. Por lo demás, y salvo el bosque quemado años atrás, sigue siendo un paraíso de naturaleza viva, con Quindós o Balouta a un paso. Os Ancares se salvarán si hay un parque natural, sino quedará un abuelo o dos por vivienda. Eso sí las casas de turismo rural estaban abarrotadas por los indianos,emigrantes y la gracia de la morriña.En Navia tengo dos tíos y cinco primos que viven en Barcelona.

Fue una semana de reencuentros. Visité en Quetesende, O Corgo a mis otros tíos maternos y conocí el ahora de una familia de amigos de Casa Agapito. Eran cinco hijos y está uno, Paco, con la madre. El hombre tiene reconocida una incapacidad del 40% por hernias en la espalda pero le quedaría, si se jubila, una pensión minúscula. Cuida de nueve vacas que les dan para comer con humildad.

Recuerdo ahora los planes Leader para A Montaña de la provincia de Lugo. Fueron las páginas del especial que mejor me pagaron en mi vida, hablando de urogallos y pallozas.

Y es hora de reflexionar sobre los proyectos que se crearon con ese dinero y qué necesita el medio rural de Lugo y Galicia y A Montaña lucense.

En busca de mis raíces también fui en O Corgo a la casa de mi abuela, los Fouz. Dos tiernos perros ladraban al lado de tres ternerillas frisonas, que fue el rayo de luz que me iluminó esa tarde. Los parientes ni me abrieron y, gracias a Dios, los perros eran mansos. Salve la maniobra sin rascazos y llegué a Lugo con la sensación de orfandad multiplicada, envuelto en una triste y cruda soledad contra la que el ser humano pelea toda su vida hasta la muerte.