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Las urnas entregan hoy el poder a Feijóo o a un multipartito

Los gallegos acudirán hoy a las urnas por undécima vez (la primera fue en 1981 en el estreno de las instituciones autonómicas) para elegir a los 75 diputados de la Cámara que tendrán en sus manos, en virtud de las mayorías parlamentarias, la designación del presidente de la Xunta para los próximos cuatro años.

Con la pandemia del coronavirus como protagonista indeseado que ya forzó el aplazamiento de los comicios que el presidente Alberto Núñez Feijóo había adelantado al 5 de abril, todas las miradas están puestas en el nivel de participación ciudadana, teniendo en cuenta lo que apuntan las encuestas y el antecedente de las municipales de Francia en las que apenas rondaron el 40 % del censo los que fueron a votar.

Pero, al margen de la participación, la cuestión clave de este 12 de julio está en resolver la incógnita de quien estará al frente del Gobierno gallego para encarar la difícil etapa de la recuperación económica y social que dejó en su estela la covid-19.

Feijóo busca un resultado histórico para el Partido Popular de Galicia, emulando al fundador de la formación del charrán que cosechó en su día también cuatro mayorías absolutas sucesivas. Si logra el objetivo, Galicia se mantendrá como una isla en el conjunto del panorama político español en el que a nivel autonómico no hay en estos momentos ningún ejecutivo monocolor cuya estabilidad, de la que tanto presume Feijóo como gestor, depende solo de unas siglas.

Su figura con ese resultado se agigantaría tanto en Galicia como dentro del propio Partido Popular a nivel nacional, donde siempre marcó posición como barón con perfil centrado y alejado de las posturas consideradas extremas.

En frente, la alternativa multipartita también trata de abrirse paso para conquistar la Xunta. De logralo sería la segunda vez, tras haberlo conseguido en la séptima legislatura (2005-2009) en las urnas los socialistas de Touriño en alianza con los nacionalistas de Quintana.

En esta ocasión, el PSdeG encabezado por Gonzalo Caballero, que se estrena como candidato, tiene un doble reto por delante: tumbar a Feijóo y mantener la segunda posición en el Hemiciclo. De los resultados dependerá la estabilidad de su formación en el futuro inmediato. Un revés podría dejar trastabillado su liderazgo, que forjó en la estela del PSOE de Pedro Sánchez. A la receta para Galicia de salir de la crisis con medidas progresistas que no dejen a nadie atrás, en línea con las políticas gubernamentales en España, vincula su éxito hoy en las urnas.

Las políticas de izquierdas, pero con anclaje exclusivamente en Galicia, son las que propone la candidata del Bloque, Ana Pontón, para situarse como primera mujer y nacionalista presidenta de la Xunta. Pontón, un valor en alza desde que tomó las riendas del BNG, tal y como recogen las encuestas, podría estar en disposición de dar el sorpasso al PSdeG y liderar el “cambio gallego”.

La tercera de la patas de al alternativa progresista al PPdeG la representa Antón Gómez-Reino, al frente de la coalición Podemos, Anova, EU y Mareas. El cabeza de cartel tiene ante sí la ardua tarea de encarrilar un proyecto que vivió en la décima legislatura su peor crisis, saltando por los aires en varias ocasiones. Al margen, Ciudadanos, Marea Galeguista y Vox, testarán su anclaje social, aunque las encuestas no les dan muchas opciones de éxito.

Un total de 2.697.315 gallegos están llamados a acudir a alguno de los 2.405 colegios electorales para votar en las elecciones de hoy domingo, 12 de julio, y elegir a los 75 diputados que conformarán el Parlamento gallego en la XI legislatura.

Este número de votantes supone 2.190 menos que en la convocatoria frustrada del pasado 5 de abril, cuando las elecciones tuvieron que ser suspendidas por la crisis causada por el coronavirus.

Sin embargo, a pesar de haber menos electores que el pasado 5 de abril, las personas que lo podrán hacer por primera vez, por haber cumplido 18 años desde los últimos comicios autonómicos (2016), se incrementaron en 5.539 electores y suman 78.504, frente a los 72.964 que estaba previsto que pudieran hacerlo por primera vez en el 5-A.

También aumenta ligeramente el número de electores residentes en el extranjero (720 más), que siguen representando uno de cada seis y que suman en total 463.163 gallegos.

El voto exterior, rodeado de polémicas y acusaciones por la dificultad de ejercerlo, fue prácticamente irrelevante en los últimos años dada su escasa participación.

En 2016 apenas llegó al 2 por ciento, un porcentaje similar al de comicios generales y municipales celebrados desde entonces. Y es que la participación y, por consiguiente, la abstención, es una de las mayores incógnitas que presentan las atípicas elecciones de este 12J en Galicia.

En las cuatro últimas elecciones autonómicas, 2005 (que propició el gobierno de coalición PSdeG-BNG) y 2009, 2012 y 2016 (las tres mayorías absolutas de Alberto Núñez Feijóo con el PPdeG) la abstención se movió entre el 35 por ciento aproximado de 2005 y 2009; el 45 por ciento de 2012 y algo más del 46 por ciento en 2016.

El principal factor que hace que estas elecciones sean atípicas y que alimenta la incógnita sobre la participación (y el temor de todos los partidos) es la pandemia del coronavirus, con una situación general estable en Galicia pero con un importante brote en A Mariña (Lugo) que obligó a aislar durante cinco días a unas 70.000 personas y que enturbió la recta final de la campaña.

Otra de las incógnitas sobre la participación es la fecha elegida, ya que será la primera vez que los gallegos voten en verano, acostumbrados a hacerlo habitualmente en otoño, y con un fin de semana en el que los termómetros subirán de 30 grados y habrá una jornada de playa.

Un elemento más de estas atípicas elecciones y que será imagen de la jornada será el uso de mascarillas.

El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, visitó ayer el centro de prensa desde el que se difundirán hoy los resultados Los primeros datos serán a partir de las 21.30 horas..

Plazos en la Cámara autonómica El Parlamento de Galicia se constituirá el próximo día 7 de agosto a las 11 horas, aún con las medidas por determinar, en una sesión en la que los diputados tomarán posesión de su acta, jurarán o prometerán lealtad a la Constitución y al Estatuto de Autonomía y elegirán a los miembros de la Mesa.

A partir de esa fecha, con la constitución formal del Parlamento, comienza a correr un plazo de 30 días máximo, en el que el candidato o candidata a la Presidencia de la Xunta que aspire a ser investido tiene que presentar su programa ante el resto de diputados.

Según el Reglamento del Parlamento, el candidato expondrá su programa y pedirá la confianza de la Cámara autonómica. Cuarenta y ocho horas después, como mínimo, se reanudará la sesión con las intervenciones de los grupos parlamentarios y las réplicas que considere oportunas el candidato a la presidencia del gobierno.

Tras finalizar el debate la votación se celebrará esa misma jornada en el horario que fije la Presidencia.

Si la persona que presenta su candidatura no obtuviese la mayoría absoluta (38 diputados) habría una nueva votación a las 24 horas y bastaría con mayoría simple para que resultase elegida.

Quedaban flecos por despejar ayer a pocas horas de que hoy abriesen los colegios electorales para que los gallegos elijan a quienes regirán sus destinos durante la próxima legislatura. El punto caliente estaba en la Comarca lucense de A Mariña donde un rebrote de la pandemia del coronavirus forzó a la Xunta a adoptar medidas de restricción de derechos dee circulación para evitar la propagación del contagio. Ante esa situación, la coalición Galicia en Común planteó una serie de medidas cautelares para garantizar la salud de los participantes en las votaciones. Y el Tribunal Supremo no dejó duudas.

El Alto Tribunaldesestimó ayer la medida cautelarísima solicitada por la coalición electoral Galicia en Común-Anova Mareas contra la decisión de la Junta Electoral Central de mantener la votación de este domingo en la comarca de A Mariña, afectada por un brote de coronavirus.

El auto de la sección cuarta de la sala de lo contencioso del Supremo responde a una solicitud de la coalición que encabeza Antón Gómez Reino (Podemos) contra la resolución de la JEC que acordó mantener los comicios gallegos de este domingo en la comarca lucense.

Según el Alto Tribunal, “el examen de la cautela solicitada pone de manifiesto su carácter absolutamente genérico e indeterminado” y no hay en su escrito “una verdadera pretensión cautelar”, por lo que la sala cuarta resuelve desestimar la medida cautelarísima solicitada.

El pasado jueves la Junta Electoral Central (JEC) se sumó a la resolución emitida por la Junta Electoral de Galicia para respaldar su decisión de que se pueden celebrar las elecciones en A Mariña.

La Junta Electoral Central desestimó los recursos interpuestos por varias formaciones, entre ellos los de la coalición gallega que recurrió al Tribunal Supremo, al entender que las medidas adoptadas por la administración autonómica para la comarca garantizan “unas condiciones adecuadas de circulación para poder acudir a votar”.

Una resolución que ayer también avaló el Tribunal Supremo al desestimar el recurso de la formación política rupturista que sostiene que “no procede” abrir la pieza de medidas cautelares porque el recurso de Galicia en Común no pide ninguna en concreto y por lo tanto “carece de sentido oír a la Junta Electoral Central al respecto”.

Por otro lado, la Xunta considera que ir a votar habiendo dado positivo por covid-19 o estando a la espera de realizar la prueba o con síntomas sería una infracción de la Lei de Saúde de Galicia por desobediencia a las autoridades sanitarias y causar un riesgo sanitario. Así lo indicó después de que Euskadi advirtiese de que las personas contagiadas cometerán un delito si van a votar y que esto podría penalizarse. El vicepresidente Alfonso Rueda, insistió en que las personas en esta situación (menos de 300) no pueden dejar su cuarentena para acudir a las urnas.

Casi 2,7 millones de gallegos están llamados a votar en cuatro mil mesas

f. lópez

Santiago

Un total de 2.697.315 gallegos están llamados a acudir a alguno de los 2.405 colegios electorales para votar en las elecciones de hoy domingo, 12 de julio, y elegir a los 75 diputados que conformarán el Parlamento gallego en la XI legislatura.

Este número de votantes supone 2.190 menos que en la convocatoria frustrada del pasado 5 de abril, cuando las elecciones tuvieron que ser suspendidas por la crisis causada por el coronavirus.

Sin embargo, a pesar de haber menos electores que el pasado 5 de abril, las personas que lo podrán hacer por primera vez, por haber cumplido 18 años desde los últimos comicios autonómicos (2016), se incrementaron en 5.539 electores y suman 78.504, frente a los 72.964 que estaba previsto que pudieran hacerlo por primera vez en el 5-A.

También aumenta ligeramente el número de electores residentes en el extranjero (720 más), que siguen representando uno de cada seis y que suman en total 463.163 gallegos.

El voto exterior, rodeado de polémicas y acusaciones por la dificultad de ejercerlo, fue prácticamente irrelevante en los últimos años dada su escasa participación.

En 2016 apenas llegó al 2 por ciento, un porcentaje similar al de comicios generales y municipales celebrados desde entonces. Y es que la participación y, por consiguiente, la abstención, es una de las mayores incógnitas que presentan las atípicas elecciones de este 12J en Galicia.

En las cuatro últimas elecciones autonómicas, 2005 (que propició el gobierno de coalición PSdeG-BNG) y 2009, 2012 y 2016 (las tres mayorías absolutas de Alberto Núñez Feijóo con el PPdeG) la abstención se movió entre el 35 por ciento aproximado de 2005 y 2009; el 45 por ciento de 2012 y algo más del 46 por ciento en 2016.

El principal factor que hace que estas elecciones sean atípicas y que alimenta la incógnita sobre la participación (y el temor de todos los partidos) es la pandemia del coronavirus, con una situación general estable en Galicia pero con un importante brote en A Mariña (Lugo) que obligó a aislar durante cinco días a unas 70.000 personas y que enturbió la recta final de la campaña.

Otra de las incógnitas sobre la participación es la fecha elegida, ya que será la primera vez que los gallegos voten en verano, acostumbrados a hacerlo habitualmente en otoño, y con un fin de semana en el que los termómetros subirán de 30 grados y habrá una jornada de playa.

Un elemento más de estas atípicas elecciones y que será imagen de la jornada será el uso de mascarillas.

El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, visitó ayer el centro de prensa desde el que se difundirán hoy los resultados Los primeros datos serán a partir de las 21.30 horas..

Plazos en la Cámara autonómica El Parlamento de Galicia se constituirá el próximo día 7 de agosto a las 11 horas, aún con las medidas por determinar, en una sesión en la que los diputados tomarán posesión de su acta, jurarán o prometerán lealtad a la Constitución y al Estatuto de Autonomía y elegirán a los miembros de la Mesa.

A partir de esa fecha, con la constitución formal del Parlamento, comienza a correr un plazo de 30 días máximo, en el que el candidato o candidata a la Presidencia de la Xunta que aspire a ser investido tiene que presentar su programa ante el resto de diputados.

Según el Reglamento del Parlamento, el candidato expondrá su programa y pedirá la confianza de la Cámara autonómica. Cuarenta y ocho horas después, como mínimo, se reanudará la sesión con las intervenciones de los grupos parlamentarios y las réplicas que considere oportunas el candidato a la presidencia del gobierno.

Tras finalizar el debate la votación se celebrará esa misma jornada en el horario que fije la Presidencia.

Si la persona que presenta su candidatura no obtuviese la mayoría absoluta (38 diputados) habría una nueva votación a las 24 horas y bastaría con mayoría simple para que resultase elegida.

El Supremo avala que haya elecciones en A Mariña

ELENA PIÑÓN

Santiago

Quedaban flecos por despejar ayer a pocas horas de que hoy abriesen los colegios electorales para que los gallegos elijan a quienes regirán sus destinos durante la próxima legislatura. El punto caliente estaba en la Comarca lucense de A Mariña donde un rebrote de la pandemia del coronavirus forzó a la Xunta a adoptar medidas de restricción de derechos dee circulación para evitar la propagación del contagio. Ante esa situación, la coalición Galicia en Común planteó una serie de medidas cautelares para garantizar la salud de los participantes en las votaciones. Y el Tribunal Supremo no dejó duudas.

El Alto Tribunaldesestimó ayer la medida cautelarísima solicitada por la coalición electoral Galicia en Común-Anova Mareas contra la decisión de la Junta Electoral Central de mantener la votación de este domingo en la comarca de A Mariña, afectada por un brote de coronavirus.

El auto de la sección cuarta de la sala de lo contencioso del Supremo responde a una solicitud de la coalición que encabeza Antón Gómez Reino (Podemos) contra la resolución de la JEC que acordó mantener los comicios gallegos de este domingo en la comarca lucense.

Según el Alto Tribunal, “el examen de la cautela solicitada pone de manifiesto su carácter absolutamente genérico e indeterminado” y no hay en su escrito “una verdadera pretensión cautelar”, por lo que la sala cuarta resuelve desestimar la medida cautelarísima solicitada.

El pasado jueves la Junta Electoral Central (JEC) se sumó a la resolución emitida por la Junta Electoral de Galicia para respaldar su decisión de que se pueden celebrar las elecciones en A Mariña.

La Junta Electoral Central desestimó los recursos interpuestos por varias formaciones, entre ellos los de la coalición gallega que recurrió al Tribunal Supremo, al entender que las medidas adoptadas por la administración autonómica para la comarca garantizan “unas condiciones adecuadas de circulación para poder acudir a votar”.

Una resolución que ayer también avaló el Tribunal Supremo al desestimar el recurso de la formación política rupturista que sostiene que “no procede” abrir la pieza de medidas cautelares porque el recurso de Galicia en Común no pide ninguna en concreto y por lo tanto “carece de sentido oír a la Junta Electoral Central al respecto”.

Por otro lado, la Xunta considera que ir a votar habiendo dado positivo por covid-19 o estando a la espera de realizar la prueba o con síntomas sería una infracción de la Lei de Saúde de Galicia por desobediencia a las autoridades sanitarias y causar un riesgo sanitario. Así lo indicó después de que Euskadi advirtiese de que las personas contagiadas cometerán un delito si van a votar y que esto podría penalizarse. El vicepresidente Alfonso Rueda, insistió en que las personas en esta situación (menos de 300) no pueden dejar su cuarentena para acudir a las urnas.

11 jul 2020 / 23:16
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