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Uno contra todos y todos contra uno

Feijóo sale a defender su cargo en las urnas con la experiencia de gestión como aval // Frente a él, tres candidatos jóvenes que no llegan a comerse el mundo pero sí a morder su mayoría absoluta

E.C. GALLEGO. Santiago. Un presidente con once años de gobierno frente a tres candidatos más jóvenes. Un proyecto de estabilidad o una coalición a tres bandas. Gestión ante ilusión, experiencia versus cambio. Galicia encara una cita electoral nueva pero bajo las premias de siempre. O manda el PPdeG o lo hacen todos los demás. Con Vox y C’s apuntando a una presencia testimonial, los gallegos no se enfrentan al dilema de las tres derechas. Más bien al de las tres izquierdas. La socialista, la nacionalista y la rupturista. Tres almas destinadas a ser un sólo cuerpo si los números dan.

En el lado conservador, fieles a su espíritu, dicen que los experimentos hay que hacerlos con gaseosa. Y para el reto de gobernar eligen la fórmula conocida. La de Alberto Núñez Feijóo. Vocación de juez, carácter de político, el de Os Peares, que en 2009 llegó a San Caetano contra pronóstico, no quiere que esta vez haya sorpresas y se presenta como una garantía de sentidiño frente a lo desconocido.

En el otro lado del ring, tres aspirantes al cinturón de presidente. Por el PSdeG, un profesor con poco aprendizaje parlamentario pero muchas ganas de trasladar a las votaciones su éxito en las aulas. Por el BNG, una mujer con años de mili en la Cámara intención de hacer historia en Montepío. Y por En Común, un aficionado a la escalada que debe doblegar unos pronósticos muy cuesta arriba.

Todos contra uno y uno contra todos. Muchos son los candidatos, pero pocos serán los elegidos en una fiesta de la democracia en la que no todos acabarán contentos. Unos sonreirán y otros llorarán. Pero hoy más que nunca, lo importante es participar.

Alberto Núñez Feijóo: Un político al que muchos quieren ver en Madrid mientras él sólo mira a “Galicia, Galicia y Galicia”
Alberto Núñez Feijóo
Candidato del PPdeG a la Presidencia de la Xunta

Santiago. Aunque nació en pleno interior de la comunidad gallega (Os Peares, 1961), en un puzle administrativo que convoca a cuatro concellos de dos provincias, las de Lugo y Ourense, la vida de Alberto Núñez Feijóo estaba predestinada a desarrollarse fuera. Al menos, eso es lo que llevan vaticinando más de una década todos sus rivales políticos y también no pocos de sus afines. Seguramente seguirán haciéndolo.

Licenciado en Derecho por la Universidade de Santiago, el actual presidente de la Xunta y líder de los populares gallegos, que de joven votó a Felipe González, ciertamente tiene pasado lejos de casa. Concretamente en Madrid. Allí, con Aznar en La Moncloa y con Romay Beccaría –su gran descubridor –, como titular de Sanidad, ocupó los cargos de secretario general de Asistencia Sanitaria y Consumo y fue presidente del Insalud entre 1996 y 2000.

También ejerció en la capital de España como consejero-director general de la entidad pública Correos y Telégrafos y, desde junio del 2001 hasta enero de 2003, fue presidente de la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos S.A. Una de sus facetas con las que se ganó el sello de buen gestor que luce en su currículum.

Con vacación de juez, las tertulias del histórico programa La Clave, presentado porJosé Luis Balbín en Televisión Española, pronto despertaron el interés por la política del hijo de Saturnino Núñez y Sira Feijóo. También del nieto de Eladia, su abuela paterna, muy conocida en el pueblo, donde el presidente es sólo Alberto, por regentar un ultramarinos.

Tras aprobar con el número dos las oposiciones a la Xunta en 1985 se convertía en funcionario del Cuerpo Superior de la Administración General. Posiblemente no imaginaba a esas alturas que casi dos décadas después, en enero de 2003, este “rapaz de aldea”, como él se reivindica, regresaría a Galicia desde la gran ciudad para tomar posesión como conselleiro de Política Territorial, Obras Públicas y Vivenda. Un año más tarde prometería el cargo de vicepresidente primero, sólo por detrás en el escalafón de Manuel Fraga, fundador del PP y titular de la institución.

La insuficiente victoria del León de Vilalba en las los comicios de 2005, que al no obtener mayoría absoluta dejó en bandeja el gobierno bipartito, gracias al pacto entre PSdeG-BNG, facilitó a Feijóo su salto definitivo dentro de la formación del charrán. Y tras imponerse en las primarias internas de 2006 se convertía en presidente del PPdeG, correspondiéndole ejercer como líder de la oposición en el Parlamento do Hórreo.

Al más puro estilo James Bond, bajo el lema Feijóo009, el ya referente del centro derecha en Galicia se presentaba con todas las encuestas en contra como candidato a presidente de la Xunta, obteniendo frente a todo pronóstico la mayoría absoluta y devolviendo al PPdeG a lo más alto. Ahí comenzaba un guión inacabado, al menos a día de hoy.

En 2012 volvía a ganar las elecciones por segunda vez y en 2016 se presentaba de nuevo revalidando la mayoría absoluta y conservando el mismo número de escaños. En esa cita duplicó los resultados de En Marea, segunda lista más votada y referencia en la comunidad de la pujante nueva política, convirtiéndose así en el único presidente autonómico que en ese momento disfrutaba de la mitad más uno de los escaños.

Fue durante esta etapa, alcanzada ya su madurez política y después de haber sido padre por primera vez a los 55 años, cuando en 2018, tras anunciar Rajoy que no seguiría al frente del PP, todas las miradas se posaron en el barón gallego del partido. Avalado por sus éxitos en la comunidad, estaba considerado como el sucesor idóneo de Mariano Rajoy, una “tercera vía” frente al enfrentamiento entre Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría.

Sin embargo, tras varias semanas de tensión aguardando el anuncio de que Feijóo cruzaba el Padronelo para tomar las riendas de los populares, golpeados aún por la moción de censura que terminó con Pedro Sánchez en La Moncloa, el de Os Peares optó por cumplir su promesa de agotar mandato en la Xunta y fue Pablo Casado quien acabó encarnando esa solución intermedia en el PP.

Convertido para muchos en un verso suelto dentro del partido, todavía hoy sus rivales políticos siguen agitando el mantra de que su verdadera vocación está más cerca de la calle Génova o de La Moncloa que de Monte Pío. Tampoco algunos de los suyos, aunque no lo digan en público, verían con malos ojos esta posibilidad. Pero Feijóo lo tiene claro y zanja el debate cada vez que tiene ocasión: “No existe mayor honor que servir a Galicia, ninguno”.

Con once años de presidente a sus espaldas y la brújula bien orientada al noroeste, Feijóo pone rumbo ahora hacia una cuarta mayoría absoluta consecutiva, posiblemente la del fin de trayecto, con la que saldría de San Caetanopor la puerta grande y haciendo historia al igualar el récord de Fraga.

En plena pandemia y a las puertas de una crisis económica y de una enorme tensión social, aún queda mucha tela que cortar para 2024. Pase lo que pase este 12-J, después de toda una vida de servicio público Feijóo sabe bien que en política se está de paso. Y si renueva, por muchas quinielas que lo sitúen en Madrid, su mirada estará de nuevo fijada en “ Galicia, Galicia, Galicia”.

Gonzalo Caballero Míguez: El profesor que busca en las urnas el mismo éxito que en las aulas
Gonzalo Caballero Míguez
Candidato del PSdeG a la presidencia

Santiago. Gonzalo Caballero Míguez (Ponteareas, 1975) se estrena hoy como candidato del PSdeG a la presidencia de la Xunta en un salto que le llevó a coger las riendas del partido en octubre de 2017 sin haber ostentado con anterioridad cargo orgánico alguno.

Heredó una organización deshilachada con grupos de poder enfrentados internamente y unas siglas maltratadas en las urnas tras ser superadas en el Parlamento gallego por el grupo de En Marea en los comicios 2016.

Sin embargo, las luchas intestinas surgidas después en el propio rupturismo acabaron fracturando a este partido instrumental y la marcha de algunos de sus diputados al Grupo Mixto acabaron por colocar de nuevo al PSdeG, ya con Gonzalo Caballero en la secretaría general, como segunda fuerza del Hemiciclo.

Ahora, el líder del partido del puño y la rosa se enfrenta al reto de mantener esa posición de segunda fuerza intentando además de manera adicional el asalto al Gobierno gallego, pero con el Bloque acechando cualquier traspiés para tratar de adelantarle en el podio impulsado por el liderazgo de Ana Pontón.

Con el mismo esmero que fue un estudiante aplicado, no en vano acabó la licenciatura de Ciencias Económicas en la Universidade de Vigo con el premio extraordinario de fin de carrera, trató de hacer una oposición a Alberto Núñez Feijóo considerada de libro.

Hoy verá los resultados de ese trabajo y si su labor culmina con el mismo éxito que su etapa de estudiante en la que logró dos doctorados, uno cum laude en Economía por la propia UVigo y otro en Ciencias Políticas por la Universidad de Santiago.

Casado y padre de dos hijos de corta edad (Gonzalo, de ocho años de edad y Rodrigo, de tres), Caballero estuvo siempre volcado en la Universidad y en la familia, y entró en el Parlamento de Galicia a el 31 de julio de 2019, tras resistir la presión durante muchos meses para que dejase su faceta docente como profesor titular de Economía Aplicada en la Universidade de Vigo y se dedicase a tiempo total al partido.

Las urnas marcarán hoy si su forma de hacer una oposición de libro y su manera de entender la política como una actividad a tiempo parcial fueron o no un acierto y sobre las que la sociedad emitirá su veredicto con su voto.

Ana Pontón Mondelo: La joven veterana que devolvió al Bloque su añorada pujanza
Ana Pontón Mondelo
Candidata del BNG a la presidencia

Santiago. Ana Pontón Mondelo nació en el año 1977 en Chorente, en el ayuntamiento lugués de Sarria. Sus inquietudes políticas nacieron en el instituto, donde junto a sus compañeros creó una revista cultural llamada Espellos, publicación desde la que se opusieron a la censura del director que quería retirar el relato homosexual de uno de sus compinches a lo que se negaron de pleno. Con este precoz compromiso no sorprende que con 16 años comenzara su militancia en Galiza Nova, la organización juvenil del BNG. Cuenta que escogió el nacionalismo porque “daba resposta as súas inquedanzas como a discriminación ao galego e a proposta dun modelo de país alternativo”. Sin embargo su trabajo militante no la distrajo de sus obligaciones académicas faceta en la que destacó desde temprana edad.

Con la educación secundaria finalizada, la joven Ana se desplazó a Compostela, de donde ya no se marcharía, para estudiar Ciencias Políticas. En esa facultad ejerció su primer cargo político, como representante del alumnado en la Junta de Gobierno como miembro de los Comités Abertos de Faculdade (CAF). Mientras que entre el 2000 y el 2004 entró a formar parte de la dirección nacional de Galiza Nova.

En ese año –el 2004– comenzaría su carrera parlamentaria al sustituir a la histórica nacionalista Pilar García Negro cuando esta abandonó el hemiciclo de O Hórreo. En esa época ejerció de portavoz nacionalista en temas relacionados con la juventud y con la violencia de género, y tras las elecciones del 2005 que lanzaría al bipartito al poder, Pontón llegó a ser presidenta de la comisión parlamentaria de Agricultura.

Su formación emprendió desde el final de esa legislatura una gran travesía por el desierto aderezada con varios pasos por el diván, hasta que tras los pésimos resultados cosechados en las generales de 2016, la sarriana fue elegida en la XV Asemblea Nacional como portavoz nacional, máximo cargo de la organización. Su tarea no era fácil pues se enfrentaba a unas encuestas que dilucidaban la cuasi desaparición del BNG. No fue así Pontón logró 6 escaños, y hoy con las mismas caras que en aquel entonces tras revitalizar su organización se encuentra en condiciones de intentar dar el sorpasso a los socialistas.

Antón Gómez-Reino Varela: Un “sherpa” para alcanzar la cumbre de San Caetano
Antón Gómez-Reino Varela
Candidato de Galicia en Común-Anova Mareas a la presidencia

Santiago. Antón Gómez-Reino, o Tone como lo conocen en su círculo más cercano, nació en A Coruña y como a tantos otros coruñeses su politización le llegó desde los siempre reivindicativas graderíos de Riazor. Allí conoció a Xulio Ferreiro, alcalde de la ciudad entre 2015 y 2019, precisamente el día que Djukic erró aquel histórico penalti que habría supuesto la primera Liga para el Dépor.

Con la “épica de la derrota” - que siempre caracterizó a los movimientos de la izquierda transformadora - bien aprendida desde aquel día, Gómez-Reino se convirtió en una de las caras conocidas de los movimientos sociales herculinos. Primero en el campo estudiantil, participando de las manifestaciones contra la LOU de finales del 2001 y continuando con las protestas contra la gestión de los “ hilillos de plastilina” del Prestige y la Guerra de Irak.

Como técnico en Salud Ambiental Reino Varela trabajó a lo largo y ancho del territorio gallego sobre todo vinculado al sector lácteo y al sector agrario. Aunque su carrera laboral también decorrió por otras lides, como autónomo con una productora alternativa del ámbito musical.

Como muchos otros de sus compañeros de formación, Tone fue uno de los firmantes del manifiesto ‘Mover ficha’ que cristalizó en la candidatura de Pablo Iglesias a las europeas de 2014. Posteriormente participó activamente en los grupos de trabajo previos a la formación tanto de Podemos como de las Mareas, siendo uno de los impulsores de Marea Atlántica, con la que –cerrando el círculo– Xulio Ferreiro rigió la ciudad herculina entre 2015 y 2019, mientras que él tomó el camino a Madrid para como diputado del Congreso.

Con sus múltiples baños en campaña les parecerá raro que su principal hobby sea el montañismo, pero hoy este padre de dos niñas, tratará de ser un gran sherpa para que una mayoría alternativa de izquierdas alcance la cumbre de San Caetano.

11 jul 2020 / 23:16
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