Alianza de Sumar y Podemos

Zapatero trata de convencer a Díaz e Iglesias de que vayan juntos a las elecciones

El espacio progresista se moviliza para intentar un acercamiento y que la división no ponga en peligro la continuidad del Gobierno de coalición

Marisol Hernández

La presión sobre Yolanda Díaz y Pablo Iglesias para que en las próximas elecciones haya una sola lista a la izquierda del PSOE se intensifica. Los dos son destinatarios desde hace meses de continuas reflexiones para poner fin a las hostilidades, primero más silenciosas, ahora, totalmente públicas. Entre quienes tratan de convencerles de la necesidad de un acuerdo se encuentra el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que mantiene una buena relación con los dos.

Distintas fuentes consultadas, cercanas a la vicepresidenta segunda del Gobierno y al ex líder de Podemos, confirman la interlocución de Zapatero con ambos para intentar limar asperezas y que cierren cuanto antes un pacto para que Sumar, la plataforma de Díaz, y la formación morada acudan en coalición a las generales. Un invitación al entendimiento por parte del expresidente socialista, que no es reciente, a pesar de que en las últimas semanas la tensión entre la ministra de Trabajo e Iglesias ha crecido. El exdirigente, que pervive aún como gran referente de Podemos, lanzó duras críticas contra ella por no tener a los morados en cuenta en el diseño de Sumar, en las que ha insistido por la falta de apoyo a la ministra de Igualdad, Irene Montero, en la crisis del 'sí es sí'.

Díaz está siendo apremiada, desde distintos sectores, a cerrar una fórmula electoral con Podemos, que respete la supremacía de esta fuerza en el reparto de puestos en las listas y a hacerlo lo antes posible, sin esperar a las autonómicas y las municipales, donde Sumar ha decidido no concurrir. En este diseño, que sólo podría plasmarse como una coalición, la número dos de Díaz sería Montero. En esta tesis estaría también el expresidente del Gobierno, según fuentes conocedoras consultadas por este diario. Por ahora la vicepresidenta segunda se resiste a aclarar si aceptará las pretensiones de Podemos y en qué momento se sentará a negociar.

Fuentes próximas a Iglesias señalan que "él es amigo de Zapatero" y "obviamente hablan de todo". Aunque evitan dar datos concretos sobre sus conversaciones sí reconocen la gran unanimidad que existe en el espacio progresista para que la izquierda que no es el PSOE concurra junta como premisa para que pueda continuar el Ejecutivo de coalición. Si no lo hace, aritméticamente sería casi imposible reeditarlo porque la fragmentación en dos candidaturas de Sumar y de Podemos penalizaría a las dos fuerzas en el reparto de escaños por la implacable proporcionalidad en cada provincia de la ley d'Hont.

ZAPATERO, GRAN DEFENSOR DE LA COALICIÓN

Frente a otras figuras socialistas, Zapatero ha sido siempre un gran defensor del Gobierno de coalición. Hace sólo unos semanas, en un acto de apoyo de Irene Montero, tras los ataques de Vox en el Congreso, intervino a través de un vídeo con palabras de reconocimiento a su labor. Precisamente, la división entre Díaz y Podemos ha aventado

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Esta opción provoca mucho estrés en el PSOE donde reconocen que

. El propio jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, en un corrillo con periodistas en el Congreso el día de la Constitución, apuntó que las diferencias de sus socios de coalición acercarían un Gobierno del PP, del que formaría parte Vox, y que sólo ese riesgo debería invitar a la reflexión. Aunque Sánchez es muy precavido a la hora de hacer públicamente alguna consideración sobre el enfrentamiento de Díaz con Podemos, ministros tan cercanos al presidente como Félix Bolaños han abandonado la ambigüedad y piden a las claras que vayan juntos a las elecciones.

La preocupación latente en el ámbito progresista augura meses de muchos nervios hasta comprobar si hay una única lista o dos. Un estudio demoscópico publicado en El País el pasado 6 de diciembre apuntaba que si Sumar aglutina a toda la izquierda a la izquierda del PSOE estaría en disposición de conseguir hasta 57 escaños, 19 más de los que tiene ahora Unidas Podemos, y un 18,7% de los votos. En un escenario alternativo de división, con la vicepresidenta por un lado y los morados, Más País o Compromís por otro, su plataforma lograría un 9,1% de apoyo y 23 diputados y Podemos un 5,9% y siete parlamentarios. La primera opción, aunque dañaría electoralmente a los socialistas, facilita una nueva de legislatura de Sánchez, Díaz y Montero.