BANCA PRIVADA

Condenado el 'lobo de Wall Street' que falsificó inversiones de clientes e hizo perder 50 millones de euros al BBVA

Se saltó todos los controles internos para utilizar el dinero de clientes en inversiones de alto riesgo no autorizadas | Ha sido condenado a seis años de prisión y a pagar una indemnización de 50 millones de euros

BBVA.

BBVA. / EP

Alberto Muñoz

En su papel de 'lobo de Wall Street', debía gestionar el dinero de 181 clientes de banca privada del BBVA. Por sus manos pasaban, por tanto, millones de euros a los que debía sacar rentabilidad, pero nunca arriesgándose más de lo que los dueños de los fondos le permitieran. Sin embargo, y según señala la Justicia en una sentencia a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, el asesor decidió falsificar las firmas de tres clientes, saltarse todos los protocolos de seguridad del banco y, con los 6,1 millones de euros que tenían ahorrados, generó al BBVA un agujero de 50 millones de euros.

Por ello, la Audiencia Provincial de Madrid le ha condenado ahora a seis años de cárcel, a pagar una multa de 3.800 euros y a indemnizar con 50,7 millones más intereses a la entidad para la que trabajó durante una década por un delito continuado de administración desleal. Contra la sentencia, dictada el pasado 22 de febrero de 2023, todavía cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

El asesor, según relata la documentación judicial, habría entrado en contacto por primera vez con los tres clientes gestionando sus cuentas en Suiza, donde el BBVA tiene una sede en Zúrich. En mayo de 2013, cuando fue reubicado en el Centro de Patrimonios de la Dirección Territorial Centro de BBVA en Madrid, un lugar que el propio BBVA define como "el área más exclusiva y especializada de la banca privada de BBVA". "Una unidad que se dedica a la gestión integral del patrimonio personal, familiar y empresarial de clientes o grupos que poseen un elevado nivel patrimonial (por encima de los 2 millones de euros en BBVA) y que requieren de un asesoramiento más sofisticado".

Desde allí, desde el corazón de la banca privada de una de las entidades financieras más importantes del mundo, siguió gestionando las carteras de las víctimas, que buscaban un riesgo entre bajo y medio para sus ahorros.

Sin embargo, entre noviembre de 2016 y mediados de 2017, antes de que saltasen definitivamente las alarmas, la forma en que gestionaba el dinero de estas tres personas cambió. "Sin su autorización ni conocimiento, sin informarles y burlando los sistemas y filtros de control de la entidad bancaria", explica la sentencia, el asesor, que no había "conseguido la firma de los clientes, decidió cambiar el perfil de riesgo de bajo a muy alto".

Productos de alto riesgo y altísima complejidad

Así, el empleado de banca privada llegó a hacer 1.394 operaciones de compra de "productos financieros de alto riesgo y altísima complejidad que, durante el año 2017, tuvieron una evolución muy negativa". Sus clientes, que alegaron tener una "baja formación" financiera, ni dieron su consentimiento para que se invirtiera allí su dinero ni entendieron qué era cuando se descubrió todo.

Los clientes recibieron información falsa sobre el estado de sus inversiones

De hecho, según relatan sus testimonios y ha podido comprobar la Justicia, el asesor, intentando "ocultar" lo que estaba haciendo, llegó a enviar a esos tres clientes información falsa sobre el estado de sus inversiones, aunque la Audiencia Provincial no ha observado delito de falsedad documental por no ser documentos mercantiles.

El engaño era tal que dos de los clientes afectados, que eran, además, socios, se enteraron de lo sucedido cuando fueron al Banco Popular y, al pedir un crédito para comprar maquinaria, se les informó de que figuraban como deudores de 30 millones de euros.

De las alrededor de 1.400 operaciones de compra que se habían realizado a nombre de las tres víctimas, una auditoría demostró después que el 98% de ellas se habían hecho sin la firma del cliente. Sin embargo, el perito aseguró que "era complicado haberle detectado antes porque había que profundizar mucho en la cartera del cliente" y porque "manipulaba la documentación", por lo que no creía que los protocolos de seguridad del BBVA fueran deficientes.

Con 6 millones de inversión perdió más de 44 millones

Según detalla la documentación judicial a la que ha tenido acceso EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, esas casi 1.400 operaciones de compra provocaron la "pérdida total del saldo de las cuentas de los clientes", pero para financiarlas el empleado no se quedó ahí. Utilizando fondos del BBVA sin su consentimiento, continuó operando para intentar recuperar los fondos. Sin embargo, su gestión convirtió los 6,1 millones de euros iniciales de los tres clientes en un agujero de decenas de millones de euros.

En el momento en que los controles internos de la entidad bancaria fueron conscientes de lo que estaba pasando, se vendieron todos esos "productos financieros de alto riesgo y altísima complejidad", y, aun así, el saldo resultante fue de 44,6 millones de euros de pérdidas. A eso, además, había que sumarle los 6,1 millones que el banco reintegró a los clientes. Un dinero del que, además, la aseguradora Zurich Insurance no se ha hecho responsable en el momento de la sentencia. A preguntas de este periódico, BBVA ha preferido no hacer declaraciones.