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Incendio en las Terres de l'Ebre

La UME en Cataluña: 11 despliegues y un vacío durante el procés

Soldados y un vehículo de la UME en Els Ports el pasado martes.

Soldados y un vehículo de la UME en Els Ports el pasado martes. / UME

Juan José Fernández

Juan José Fernández

Madrid

En la Unidad Militar de Emergencias llaman LIC a la operación en que sus especialistas se han implicado en las Terres de l'Ebre. Las siglas aluden a la más común de sus misiones, Lucha contra Incendio Forestal, por la frecuencia e intensidad con que se repiten en España. En esta ocasión, el siniestro iniciado en Paüls ha atraído al tercer despliegue de la UME en Catalunya por número de efectivos y medios empleados: 240 militares y 68 vehículos repartidos por las escarpaduras del Parque Natural de Els Ports.

La UME ha vuelto a echar una mano en Catalunya después de dos años, 2023 y 2024, en los que no fue requerida su aportación, y al cabo de 16 años en los que el mayor periodo de ausencias de la famosa unidad militar coincide con los años del procés. Ninguna llamada en 2015, ni en 2016, ni en 2017, ni en 2018.

Desde 2009, la Unidad Militar de Emergencias ha sido reclamada once veces para ayudar en catástrofes en Catalunya. Y fue el infierno desatado en los montes de La Jonquera entre el 22 y el 26 de julio de 2012 la ocasión del mayor despliegue catalán de sus soldados. La Generalitat de Artur Mas pidió entonces la intervención de la UME, y esta envió 428 militares y 105 vehículos.

Fuegos y procés

Aquel siniestro de La Jonquera atrajo a uno de cada siete miembros de la plantilla total de la unidad, y es descrito por un veterano bombero militar con base en Torrejón como una de "las salidas más demandantes" que han atendido. El incendio se saldó con más de 13.000 hectáreas quemadas, cuatro muertos en dos oleadas encadenadas de fuegos y un lugar propio en la historia de desastres -provocado este por una imprudencia en una cuneta- de Catalunya y de España.

La relación de la UME con Catalunya ha sido diferente a la que tiene la unidad con el resto de comunidades asoladas por incendios forestales. "No es que haya reinado la normalidad", comentaba, sin ocultar su perplejidad, el anterior jefe de la UME, el general Luis Manuel Martínez Meijide, cuando surgía el tema de los cuatro años seguidos sin ninguna llamada de la Generalitat.

Fue bajo gobiernos de Carles Puigdemont y Joaquim Torra, pese a que en el periodo del procés se dio uno de los tres picos estadísticos de incendios forestales registrados en Catalunya desde la creación de la UME, en octubre de 2005: 136 fuegos declarados en 2017. No obstante, el mismo periodo sin llamadas también coincide con una etapa valle en cuanto a hectáreas quemadas: menos de quinientas aquel año 17.

Ha habido una situación de prevengan en la UME por este incendio catalán, con el cuartel general, en la base de Torrejón (Madrid), observando y los BIEM (Batallones de Intervención de Emergencias) 4, de Zaragoza, y 3, de Valencia, en alerta hasta que tuvieron que enviar sus efectivos.

La Generalitat se bastó sola con el fuego. Otra cosa fueron las tormentas litorales de noviembre de 2018, con más de 1.500 llamadas al sistema catalán de emergencias y no poca tensión en esa estructura.

La escasa superficie siniestrada de 2017 se multiplicó por 11 en 2019, cuando el Govern de Quim Torra volvió a activar el mecanismo de petición de ayuda estatal. La UME reapareció en territorio administrado por un president independentista con su segundo despliegue en tamaño en Catalunya: 275 militares por día y 89 vehículos entre el 26 y el 29 de junio de 2019, en el siniestro de la Ribera d'Ebre, iniciado en el término de La Torre de l'Espanyol (Tarragona).

Observando a Catalunya

El president cuya administración más veces ha requerido a la UME ha sido Artur Mas: cuatro siniestros entre mayo de 2012 y octubre de 2014, de los que dos no fueron por fuego, sino por agua: inundaciones en Vielha, la capital de Arán, y Girona.

MIlitares de la UME y efectivos de Bombers catalanes en una escarpadura del área siniestrada en Paüls

MIlitares de la UME y efectivos de Bombers catalanes en una escarpadura del área siniestrada en Paüls / UME

La UME aparece en una comunidad autónoma, según las normas del Sistema Nacional de Protección Civil, cuando el gobierno de ese territorio declara la "situación de emergencia 2", que es aquella en la que se requieren medios del Estado. Hay tres niveles. La situación 3, de emergencia nacional, no ha sido declarada nunca por un incendio.

Ha habido una situación de prevengan en el caso de este incendio catalán, con el cuartel general, en la base de Torrejón (Madrid), observando y los BIEM (Batallones de Intervención de Emergencias) 4, de Zaragoza, y 3, de Valencia en alerta hasta que han tenido que enviar sus efectivos.

Antes de que un nivel 2 se active, la UME tiene sus vías de adquisición de inteligencia sobre desastres, y más en verano, "la época del año sin vacaciones ni conciliación", cuentan fuentes de la unidad militar: el estío y las nevadas de invierno son las etapas de mayores requerimientos de la UME. De 708 misiones cumplidas por la unidad, 505 han sido ya en incendios forestales veraniegos.

En la fase previa al despliegue, la UME envía una avanzadilla de reconocimiento e información -como ocurrió el 29 de octubre con la dana en Valencia- o bien recibe datos sobre la evolución del caso, "de manera que, si nos llaman, no tengamos que perder tiempo en hacer preparativos en ese momento, sino tener plan y responder rápidamente".

Por las características del material del que ya disponían los Bombers de Catalunya y por la orografía, esta vez la UME ha aportado sobre todo vehículos ligeros y ágiles, autobombas para caminos escarpados más que pesados camiones nodriza, así como sus drones con capacidad de visión nocturna.

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