La UCO busca dinero de mordidas en las cuentas de una fundación de Ábalos denunciada por su opacidad

“Pese al transcurso del tiempo suficiente para el cumplimiento voluntario, la parte ejecutada no ha presentado la liquidación de las cuentas de la fundación”, lamenta la Abogacía de la Generalitat Valenciana en una denuncia que desde febrero pasado se ve en los juzgados. La fundación denunciada se llama Fiadelso. El gobierno valenciano recurre al juez tratando de que esa entidad justifique el uso de los fondos que fue recibiendo a lo largo de 15 de sus 25 años de vida... y el pleito se cruza ahora con una instrucción por corrupción en el Tribunal Supremo.

Fiadelso, o Fundación Internacional de Apoyo al Desarrollo Local y Social, es la entidad que en julio de 1992 inscribió ante un notario de Valencia José Luis Ábalos, entonces un pequeño cargo local socialista sin demasiado capital: su oenegé nació con 12.126 euros de fondos, pocos para ejercer, entre sus fines declarados en escritura, “el apoyo a los países en desarrollo mediante el diseño, ejecución y financiación de programas”. El político tenía la carrera en ciernes; hoy, tras haber ocupado uno de los ministerios más importantes, sus cuitas judiciales erosionan a su partido.

Gobiernos sucesivos de la Generalitat valenciana –el del socialista Ximo Puig y el del popular Carlos Mazón- han fracasado hasta hoy en el intento de anotar las cuentas finales de la oenegé. Quizá ahora se sepa algo más, pues a las pesquisas se ha unido la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil investigando el caso Koldo-Ábalos-Cerdán.

Cuentas invisibles

Desde el pasado viernes, la UCO tiene aval judicial para mirar no solo en cuatro cuentas bancarias de Fiadelso, también en los movimientos inmobiliarios, de inversión, donaciones… de los que tenga conocimiento la Agencia Tribuaria. Del mismo modo, las altas y bajas de trabajadores y sus cotizaciones a la Seguridad Social, si las hubo.

La pesquisa se solicita al mismo tiempo que las que se llevan a cabo ante el PSOE y el Congreso tratando de cuadrar las cuentas de Ábalos. La Guardia Civil busca un rastro de colocación de dinero, huellas en la trayectoria que habrían llevado supuestas mordidas a cambio de contratas del Ministerio de Transportes. De cuatro cuentas bancarias que analiza, dos están cerradas, de Caixa Rural y la antigua Bankia, en 2017 y 2019. Las otras dos permanecen activas desde 2007 y 2009 en Caixabank y el BBVA.

Si hubo pagos al fisco o a trabajadores han de figurar ahí; también si hubo donaciones o inyecciones de capital a una entidad cuya su actividad declinó mucho con la marcha de su mentor a Madrid como escudero de Pedro Sánchez en su torneo contra el aparato del PSOE.

Pero mirar ahí es difícil. Para analizar todas las cuentas y datos fiscales y de la Seguridad Social la UCO se pone como punto de partida enero de 2014. Y ese es uno de los ejercicois sin datos contables conocidos por los que ha sido denunciada la opacidad de Fiadelso. “Las cuentas de la fundación de los ejercicios 2011, 2012, 2013, 2014 y 2015 fueron aprobadas por el Patronato de la fundación”, pero “no están depositadas en el Registro de Fundaciones”, dice un expediente abierto por la Agencia Valenciana Antifraude y entregado con escasos resultados de investigación a las Cortes Valencianas en noviembre de 2023.

Monos al suelo

Se repite estos días un “ya decía yo” entre socialistas que en aquellos años de opacidad compitieron con Ábalos en el PSPV-PSOE. “Cuando un árbol cae, los monos que vivían juntos en él van al suelo, y sale corriendo cada uno en una dirección a buscar otro árbol”, explica un viejo colaborador de Ábalos. La zoológica metáfora pinta cómo algunas figuras socialistas que en su día ayudaban a Fiadelso y le abrieron puertas en el ecosistema valenciano de oenegés ahora reniegan de la entidad y de su mentor.

Fiadelso tiene aún su sede en un bajo propiedad de Ábalos en la calle Conchita Piquer de Valencia. Otra de las propiedades de Ábalos está en Chimbote (Perú), ciudad en la que la oenegé llevó a cabo acciones benéficas que le valieron al político un doctorado honoris causa de la Universidad de San Pedro, el alma mater local. El inmueble peruano es de Fiadelso, pero está a nombre de Ábalos en los registros. El exministro tiene explicaado a los medios que lo puso a su nombre porque, cuando lo adquirió Fiadelso, la entidad no tenía aún personalidad jurídica en Perú y no podía tener bienes.

La calle Conchita Piquer ha sido lugar de cita de la directiva de Fiadelso bajo mando del patrón de la fundación, Mario Perles, policía local de Valencia colocado en el patronato por Ábalos. Se trata del padre de la también policía local valenciana Carolina Perles, pareja formal del ministro en su primera etapa en Madrid… hasta una ruptura sentimental próxima, en el calendario, a la caída en desgracia del político.

“Carolina a veces decía que ese Koldo no le iba a traer nada bueno a José Luis”, comenta a este diario uno de sus compañeros de viaje. Está entre los que siguen hoy señalando “cosas buenas que hizo Fiadelso". En una ocasión llevó a una localidad de la periferia valenciana un bus lleno de niños saharauis rescatados de los rigores del verano sahariano. Convenció Ábalos al ayuntamiento de que regalara a los niños un lote de pelotas y balones. Teniendo en cuenta que fue en los primeros años de la fundación, la donación se pierde en las cuentas que no hacía pública la entidad. “No veas lo contentos que iban los nenes”, relata el testigo.

"Cuestión de dejadez"

En 2017 Fiadelso se apagó en las redes sociales, la única vida visible que le quedaba. Cuando Ábalos se fue a hacer carrera en Madrid dejó al frente de la fundación personas de su entorno. Un cercano al último patronato explica a este diario que no inscribían las cuentas “no por afán de ocultar nada, solo es una cuestión de dejadez”. O sea, “no había actividad, no había pendiente nada… y dejas de atender obligaciones…”

Una de esas obligaciones, la de formalizar la extinción de la entidad, la solicita el último presidente, Jaime Gustavo Casal, en diciembre de 2020... pero el Protectorado de Fundaciones de la Generalitat la ve inactiva, sin fuerzas para reunir a su junta y acordar el cierre.

“Las cuentas de la fundación de 2016, 2017, 2018, 2019, 2020 no consta que hubieran sido aprobadas por el Patronato ni por tanto depositadas en el Registro de Fundaciones”, asevera el informe de Antifraude.

Transferencia con retraso

La entidad, pues, estaba burocráticamente en coma en 2018, pero había algo de actividad en sus cuentas. De hecho, si Fiadelso está en la investigación del Supremo es porque la Guardia Civil tiene evidencias de una conversación por whatsapp de Tatiana Ábalos, hija del exministro, con Koldo García, guardada en uno de los teléfonos intervenidos al navarro.

El 26 de junio le pidió Tatiana a Koldo un pago retrasado de 4.472 euros, que debía abonar en transferencia a la cuenta que aún tien activa Fiadelso en el BBVA, y cuyos movimientos lleva siete años desconociendo la Generalitat Valenciana.

Diez días después, el 6 de julio, Koldo enviaba a Tatiana Ábalos el comprobante de una transferencia de 4.500 euros emitida por Servinabar 2000, la empresa de Antxon Alonso, imputado junto con otros miembros de la trama. “Perdón por la tardanza”, se excusaba Koldo a las ocho y cuarto de la mañana de aquel día. Y 30 segundos después prometía: “No volverá a ocurrir ese retraso”.

Eso da pie a los investigadores de la UCO a pensar que los pagos por la vía de Fiadelso tenían continuidad, y esa es la sospecha que han expresado al instructor del Supremo, el juez Leopoldo Puente.

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