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VICTORIA DE ROJAS SILVA // Directora médica / Instituto Oftalmológico Victoria de Rojas

Consideraciones sobre la telemedicina en tiempos de Covid

COMO EN OTRAS TANTAS DISCIPLINAS, la pandemia provocada por el coronavirus está acelerando cambios en la forma de enfocar la relación médico-paciente.

La telemedicina ya estaba sobre la mesa antes de la crisis sanitaria. Desde hace tiempo, existen unidades en nuestros hospitales que la vienen aprovechando para prestar asistencia médica cuando no es posible realizar una consulta presencial o bien cuando, aun siendo posible, es más eficiente hacerlo telemáticamente (recetas electrónicas, telediagnóstico basado en imágenes, monitorización de pacientes en ingreso domiciliario, etc.).

La pandemia provocada por el COVID hace inevitable que los hospitales se vuelquen en implementar medidas de asistencia remotas que les permitan atender a pacientes que no pueden o no desean acudir a los hospitales y que minimicen el riesgo de contagio tanto de pacientes como de profesionales.

Existen cuatro formas de realizar la telemedicina :

-Comunicación directa entre médico y paciente empleando una videoconsulta

-Telemedicina híbrida: el paciente acude a un centro para realizar determinadas exploraciones que luego son evaluadas en diferido por el médico, quien le comunica el resultado y plan terapéutico.

-Monitorización remota del paciente, que se refiere el registro de datos del paciente durante las actividades de su vida diaria. En oftalmología, existe ya alguna aplicación para móviles que permite monitorizar la distorsión de las imágenes, exploración de ayuda en el seguimiento de la DMAE (degeneración macular asociada a la edad).

-“Salud móvil”, que posibilita que el paciente utilice plataformas móviles como teléfonos o tablets para comunicarse con un portal donde tiene sus datos, tratamientos o realizar consultas sobre alguna duda.

Así, la telemedicina es una herramienta tanto más potente cuanto mejor se integra con los procesos de asistencia tradicionales, sin sustituirlos, si no complementándolos.

Además, está demostrado que, contrariamente a lo que pueda parecer, la telemedicina puede atraer un mayor número de pacientes al sistema asistencial. identificando personas afectadas por una patología que requieren asistencia, y cuyo problema no se habría identificado antes debido a la saturación del sistema tradicional.

Ahora bien, lo importante es asegurarnos de que la telemedicina cumple los estándares propios de los tiempos de normalidad, siendo fundamental el desarrollo de una normativa legal que ampare este tipo de actividad sanitaria así como la regulación de los sistemas relacionados con la protección de datos y el consentimiento informado de los pacientes.

Por último, me parece muy importante señalar que corresponde al médico la responsabilidad de decidir si la consulta ha de ser presencial o telemática, no al paciente, ni a la compañía aseguradora. Además, la humanización de la relación médico-paciente deberá seguir siendo un pilar básico del acto médico, puesto que corremos el riesgo de que los procedimientos telemáticos acaben siendo un medio para buscar solo la eficiencia y el puro ahorro de costes, de forma que los pacientes acaben teniendo un servicio más parecido al de un centro de atención telefónica que no al de una consulta médica tradicional.

24 jul 2020 / 18:25
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