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EL CÓDICE CALIXTINO de la Catedral de Santiago de Compostela es el elemento nuclear sobre el que se sustenta la tradición jacobea que llega hasta nuestros días. Actualmente esa tradición está en pleno vigor, como pone de manifiesto el flujo incesante de peregrinos que llegan hasta Compostela para completar un recorrido que, en ocasiones, transciende lo meramente físico y alcanza un valor espiritual al margen de creencias religiosas.
La vitalidad actual de las peregrinaciones a Compostela es heredera del fructífero continuum cultural que surgió en el siglo XII gracias al arzobispo Gelmírez. El primer prelado de la sede catedralicia tuvo la inteligencia política, cultural y emocional de atraer la colaboración de eruditos de su época, como el clérigo francés Aymeric de Picaud. La idea inspiradora de Gelmírez tomó forma más tarde con la revitalización artística del templo al que acudían, maravillados, los peregrinos, pero también con el desarrollo cultual de la creencia de que el cuerpo del apóstol Santiago, el hijo de Zebedeo y hermano de Juan, estaba enterrado en tierras compostelanas.
El documento que sustenta el espectacular desarrollo del fenómeno jacobeo a lo largo de los siglos es precisamente el Códice Calixtino, conservado en el archivo catedralicio de la ciudad. Es así que, si la vitalidad de la peregrinación a Compostela es un hecho único en Europa, todavía lo es más que se conserve intacto el excepcional documento librario del que parte la tradición jacobea que llega hasta nuestros días. Sin miedo en caer en exageraciones, se puede afirmar que, de igual modo que las religiones abrahámicas, es decir, el judaísmo, cristianismo e islamismo, son las religiones del Libro, de igual modo cabe decir que la tradición jacobea es la tradición del Liber Sancti Iacobi, cuya más excelsa manifestación es el Códice Calixtino de Compostela.
Desde mediados del siglo XX tomaron impulso reuniones internacionales en torno a diversos aspectos de los estudios jacobeos. Así, fue en el año 1965 cuando tuvo lugar el primer congreso internacional y desde entonces se han celebrado numerosas reuniones científicas en las que se han abordado los más diversos aspectos sobre el particular, como las rutas de peregrinación, los lugares de peregrinación, los cultos y santos, el patronazgo de Santiago o la relación entre el culto jacobeo y el de Carlomagno. Es más, esos simposios han sido el punto de encuentro de diversas asociaciones europeas, especialmente alemanas, francesas e italianas, que tienen el “Camino” y la peregrinación a Compostela como elemento aglutinador.
El próximo mes de septiembre tendrá lugar un nuevo congreso internacional en Compostela, que va a reunir a los más destacados especialistas gallegos, españoles, europeos y norteamericanos. En esta reunión se trabajará sobre el propio manuscrito del Códice Calixtino, puesto que, como ya se ha señalado anteriormente, es el origen real de la tradición jacobea. No se trata de un interés fetichista en torno a un objeto, sino de la tarea de reunir investigaciones sobre documento literario que da origen a la tradición jacobea desde diferentes perspectivas disciplinares. En este sentido, debemos de recordar que aun cuando se dispone de buenos estudios sobre el Códice Calixtino, como los del Prof. Manuel Díaz y Díaz (1924-2008), todavía quedan muchos aspectos por resolver; de hecho, todavía no ha salido a la luz ninguna edición crítica, ya que solo disponemos de transcripciones. El próximo congreso será un buen momento para que la tradición de los estudios compostelanos sobre el Códice Calixtino marque un hito en la elaboración de esa ansiada edición crítica que, debido a su magnitud y complejidad, se ha revelado como tarea imposible para un solo individuo. La “mina de oro” que, según Klaus Herbers, supone el Códice Calixtino todavía está esperando para revelar sus grandes tesoros.