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CARMEN LENCE / CEO DE LECHE RÍO

“Esta empresa es importante para muchos, y el trabajo de mi padre merece respeto y aprecio”

Carmen, ¿qué se siente cuando se recibe un reconocimiento que proviene de su tierra?

Es un gran orgullo. Siento que recibo el reconocimiento no solo por el trabajo realizado desde que estoy al frente del grupo familiar, sino también por el trabajo realizado antes por mi padre y la gente que le ayudó a llevar a Grupo Leche Río a ser la única empresa gallega entre las 10 más grandes del sector lácteo en España.

Por lo que he leído sobre usted, da la impresión de ser la directiva perfecta (con talento, amor por la empresa, espíritu de sacrificio y muy empática). ¿Me equivoco?

El talento, en mi caso, es el resultado de rodearme de gente excelente que me ayuda a ser mejor, curiosidad por aprender, humildad para escuchar y mucho trabajo.

El amor por la empresa y el espíritu de sacrificio van unidos. Esta empresa es el resultado del trabajo de toda una vida, a la que mis hermanos y yo también hemos contribuido desde pequeños. Hemos crecido en la responsabilidad de pensar en lo que es bueno no solo para nosotros, pero también para las personas que dependen de esta empresa y la diferencia que hace para mucha gente. Mi padre sabía que cuando él no estuviera yo iba a dejar Boston y ponerme al frente de la empresa, sabía que no escogería el camino fácil.

La empatía es una parte fundamental de mi personalidad. A veces es confundida con debilidad y algunos han intentado aprovecharse, ahí es cuando sale otra característica de mi personalidad, la asertividad y la falta de vergüenza a la hora de decir lo que pienso.

“Invertimos en empleados y líderes que sientan la empresa como suya”. Esa es su máxima. Está claro que a los (buenos) empleados hay que cuidarlos...

Los empleados son el corazón de la empresa. Si están motivados y creen en lo que hacen, esa energía se trasmite en los productos y servicios que ponen en el mercado. El tener gente así empieza por saber contratar no solo por experiencia y conocimiento, pero también por actitud. Esa actitud de querer hacer una diferencia no solo para uno mismo sino también para los demás. Cuando tienes colaboradores así hay que valorarlos, formarlos, y motivarlos no solo con dinero, también con un propósito claro y que vean la diferencia que pueden hacer a través de una empresa. Nuestra empresa hace una diferencia para el rural, para el deporte, para las personas que están sufriendo necesidades económicas y tienen que proveerse en el banco de alimentos y para muchos más. La contribución que hacen a través de una empresa es mucho mayor de la que pueden hacer como individuos. Esa gente que se siente orgullosa no solo de lo que hace, pero de contribuir a un mundo mejor a través de su trabajo es lo que queremos para nuestro grupo.

Aunque podría pensarse que tenía la vida resuelta con la empresa de su padre, eso no era cierto. Fuera le iba muy bien.

Sí, se puede decir que nos iba muy bien sin necesidad de la empresa familiar. Este es el resultado de muchos años de trabajo y de sacrificio de todos los miembros de la familia, incluido mis hijos. Hemos construido una vida exitosa a través de tomar diferentes riesgos como cambiarnos de país y empresa pensando en lo que era mejor para nosotros como familia. Eso ha hecho que tengamos una vida rica en experiencias diversas, pero al mismo tiempo no ha sido siempre un camino de rosas. Pero la vida es así, como dice el refrán; “El que algo quiere, algo le cuesta”.

¿Por afecto sentía que no podía decir que no?

Más que por afecto, por responsabilidad. Esta empresa es muy importante para mucha gente y el trabajo de mi padre merece un respeto y un aprecio. Tampoco me considero una mártir. Me encanta lo que hago, es creativo, variado, un reto diario que me mantiene siempre aprendiendo y mejorando. Es muy estimulante. Esta es una gran oportunidad. Estoy muy agradecida por la confianza y convencida de que vamos a llevar a esta empresa al siguiente nivel.

La suya es una empresa familiar... ¿con pros y contras?

Nada en esta vida es perfecto, la empresa familiar tampoco. Ser miembro de una empresa familiar es un privilegio y una responsabilidad. Hay que saber cuándo dejarlo si ya no eres la persona adecuada para estar al frente y ponerla en manos de quien pueda liderarla mejor, aunque no sea un miembro de la familia. La responsabilidad del líder es defender la empresa, a veces incluso de la propia familia, sin olvidarse de defender el bienestar de la familia. Es importante educar a la siguiente generación en ser unos dueños responsables y olvidarse de que la empresa familiar tiene que estar en manos de directivos de la familia si no son los adecuados. El líder de la empresa familiar tiene la responsabilidad de cuidar la empresa y pasarla a la siguiente generación en mejores condiciones de como la encontró. Es un ejercicio de responsabilidad y generosidad.

Su objetivo es liderar el cambio de la empresa familiar hacia una cultura de meritocracia y mentalidad emprendedora. ¡Cuánta falta hace que el poder lo ejerzan los más capacitados!

Desde luego. Contratar gente excelente, pagarles un buen sueldo y después caer en el micromanagement es tirar el dinero desaprovechando el talento e inteligencia de los demás. El trabajo es también un medio de expresión de quién somos y qué diferencia podemos hacer. No hay nada más frustrante que trabajar para alguien que no aprecia o simplemente no está interesado en saber hasta dónde puedes llegar, ese tipo de gerente que solo sabe dar órdenes y espera que las ejecutes sin pensar. Es un error. Creemos que la persona más cercana al problema es la que tiene la solución. Excepto cuando la persona es el problema, claro.

¿Es posible (mejor dicho, compatible) aplicar a la mentalidad gallega lo que ha aprendido en otras partes del mundo?

El gallego es muy emprendedor, creativo, trabajador y valiente, no hay más que ver todos los gallegos que hay por el mundo que tuvieron el coraje de dejar lo conocido y triunfaron como empresarios o como profesionales en otros países. También tenemos ejemplos de empresas líderes en España y el mundo en nuestra comunidad. No tenemos nada que envidiarle a nadie, actitud no nos falta. Sí que me gustaría ver menos complejo de provincias, más confianza en nuestra capacidad, más querernos y apoyarnos y más tolerancia con el fracaso. El criticar al que le va mal no hace bien a nadie. El no hacer algo por miedo a lo que digan de ti tampoco te lleva a ninguna parte. Tenemos que ser conscientes de que no hay éxito sin fracaso y celebrar los que se arriesgan a emprender y seguir sus sueños.

“La gente que trabaja conmigo me define como alguien justa, llena de energía y entusiasmo por lo que hace, auténtica, valiente, exigente y que no se conforma con mediocridad. Creo que es una definición bastante acertada”.

Trabajó en Asia, Europa y EEUU, por lo que “tengo una visión global del mundo empresarial”. Como coach “he trabajado con altos ejecutivos de diferentes sectores. Esto me ha dado una idea clara de qué hace que un CEO consiga resultados extraordinarios”. Ha contribido como voluntaria en diferentes países al apoyo de la empresa familiar.

Cómo se define Carmen Lence

“La gente que trabaja conmigo me define como alguien justa, llena de energía y entusiasmo por lo que hace, auténtica, valiente, exigente y que no se conforma con mediocridad. Creo que es una definición bastante acertada”.

Trabajó en Asia, Europa y EEUU, por lo que “tengo una visión global del mundo empresarial”. Como coach “he trabajado con altos ejecutivos de diferentes sectores. Esto me ha dado una idea clara de qué hace que un CEO consiga resultados extraordinarios”. Ha contribido como voluntaria en diferentes países al apoyo de la empresa familiar.

04 ene 2021 / 13:18
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