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OCTUBRE 2005

EL CORREO premia al Cottolengo santiagués por su entrega a los pobres

Las redacciones de EL CORREO GALLEGO, Galicia Hoxe y Radio Obradoiro han acordado elegir como Gallego del Mes de Octubre al Cottolengo del Padre Alegre de Santiago.

Esta institución religiosa ha recibido la votación unámime del Grupo Correo Gallego “por su abnegada labor social en beneficio de los más desfavorecidos y por su ejemplo de solidaridad”.

El Cottolengo se fundó en Santiago el 22 de julio de 1951 con el objetivo de atender a los enfermos incurables, tanto físicos como psíquicos que, “por las características de su dolencia y por la problemática social o económica de sus familiares, no tienen otro sitio a dónde ir”, como explica la madre superiora.

La grandiosidad de su labor no es, únicamente, que le den un techo, atención médica y calor humano a estas personas que, sin ellas, no tendrían a nadie. Su grandeza reside en que, además, consiguen integrarlas en un auténtico hogar.

Actualmente viven en el Cottolengo de Santiago 57 enfermos. “Cada uno diferente, con su particularidad. Pero todos son personas felices que nos enseñan a valorar lo que tenemos y que nos muestran que por encima del tener o el poder está el ser”, abogan las religiosas.

‘Ejército’ de voluntarios

Las monjas son Servidoras de Jesús del Cottolengo del Padre Alegre, una congregación religosa de derecho pontificio fundada para servicio de los enfermos más pobres.

Su magia reside en que no les está permitido pedir limosna alguna. Sólo viven de la “divina providencia”. Es decir, de lo que deciden dar las personas. Aún así, nunca les ha faltado de nada. ¿La razón? Su fe y voluntad inquebrantables para salir adelante en cualquier situación.

Un ejército de hombres y mujeres de todas las edades colaboran con ellas cada día. Bien proporcionándole al centro comida, ropa, muebles, etcétera; o bien trabajando en su interior de distintas maneras: unos como cocineros, otros como costureros adaptando la ropa que otras personas donan a las tallas de los cuerpos de los enfermos, o bien ayudando a éstos a comer o a cuidar su higiene.

Estos voluntarios son una ayuda, pero no todo. Los enfermos necesitan cuidados las veinticuatro horas del día, y las monjas del Cottolengo deben multiplicarse para atender a todos.

El Grupo Correo Gallego fundó hace 16 años los premios Gallegos del Año para premiar a las personas, asociaciones o instituciones que, por su labor, promocionan de alguna manera Galicia y sus valores. El Gallego del Mes de octubre de 2005 es para el Cottolengo del Padre Alegre por su merecimiento indiscutible, y su grandísima generosidad.

Sólo seis centros en España

Hace unos días, las hermanas revelaban una triste verdad: “Tenemos todas las plazas cubiertas. Hay lista de espera para entrar aquí”, dijeron.

En pleno siglo XXI, Santiago (y Galicia) registra una carencia notable de centros para atender gratuitamente a los enfermos incurables, que precisan cuidados específicos. Y es que, pese a los adelantos de la sociedad, muchas familias se ven incapacitadas para hacerse cargo de ellos, por lo que sólo cuentan con el recurso del Cottolengo.

Esta congregación, que se mueve contrarriente, tiene el lema de hacer “con amor de obras, y no de palabras”, tal y como les enseñó su fundador, el sacerdote de la Compañía de Jesús Jacinto Alegre Pujals allá por 1932. Hoy en día existen sólo seis Cottolengos en España. Están ubicados en Barcelona, Madrid, Valencia, Las Hurdes, Alicante y en Compostela.

Una institución que nació en la vieja Italia

La congregación del Cottolengo nació en 1932, gracias a la labor del jesuita Jacinto Alegre Pujals.

Este religioso frecuentaba los hospitales de Barcelona y se preocupaba por la manera de ayudar a los más pobres, cuando conoció la obra de San José Benito Cottolengo en Turín, otro religioso que vivió en el siglo XIX.

El padre Cottolengo recogía a toda clase de personas abandonadas que no encontraban cobijo en ninguna otra parte, sin importarle la escasez de medios, pues confiaba plenamente en que la divina providencia les proporcionaría todo lo que necesitasen.

A su semejanza, el jesuita Jacinto Alegre Pujals creó el Cottolengo en España. Actualmente hay seis centros. Al frente de todos ellos hay monjas entregadas a la generosa labor de atender a los enfermos incurables más pobres que no tienen quien les acoja. A ellos les ofrecen “amor por de obra, no de palabra”, como les había dejado escrito el padre Alegre.

07 dic 2020 / 22:40
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