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reconocimiento

María Esporas, Gallega del Mes

Las redacciones del Grupo Correo Gallego rinden homenaje a esta oficial de Policía ·· Fue una de las mujeres pioneras en la Comisaría de Santiago

La oficial de la Comisaría de la Policía Nacional de Santiago María Esporas ha sido elegida por unanimidad Gallega del Mes de Abril por las redacciones de EL CORREO GALLEGO, Galicia Hoxe, Radio Obradoiro, Tierras de Santiago y Correo Televisión, que han querido reconocer así su valor y trayectoria profesional.

María Esporas fue la primera mujer gallega en acudir a la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en uno de los países más pobres e inestables políticamente del mundo, Haití. Por su labor allí, y su trabajo en favor de la paz, recibió dos condecoraciones de la ONU. Actualmente, desarrolla un valioso trabajo en el Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Comisaría de Compostela.

En la ciudad del Apóstol atiende los casos de las mujeres y niños que han sido maltratados o han sufrido algún tipo de violencia sexual. También lleva los casos de los menores que cometen delitos.

Por su trayectoria profesional, recientemente fue distinguida por la Concejalía de Benestar Social e Muller del Ayuntamiento de Santiago. Y sólo tiene 37 años.

Del 11-M a los niños huérfanos

Su currículum dice que nació en Abegondo (A Coruña), y que empezó la aventura universitaria estudiando Turismo, algo que sólo hizo "porque mi familia me pidió que tuviese una carrera. Yo siempre quise ser policía", dice. Así, con este título, y hablando inglés y francés, ingresó en la Academia de Ávila en el año 1997. Antes tuvo que prepararse duro físicamente para superar las exigentes pruebas de acceso.

Sus primeras prácticas la trajeron a la Comisaría de Compostela, de la que dice que es "la mejor escuela de España". Era la única mujer que había (fue en el año 1998) en estas instalaciones. "Me acogieron muy bien. El trato hacia el alumno por parte de los jefes y compañeros fue asombroso. Siempre trataban de ayudarte y enseñarte. Nunca había ningún problema, y eso que en esa época, la Comisaría no estaba preparada para recibir mujeres. Fue ese mismo año cuando se mejoraron las infraestructuras y se hicieron baños, duchas y taquillas también para nosotras", recuerda.

Tras licenciarse, su primer destino fue San Blas, uno de los barrios de Madrid más conflictivos. De hecho se le conocía en esa época como el mayor supermercado de la droga de Europa. Después, prestó servicio en la Comisaría General de Información de Madrid, en donde vivió el atentado del 11-M.

Ese mismo año, el 2004, y ya convertida en oficial, pidió el traslado para Santiago. Trabajó en la Oficina de Denuncias de esta Comisaría hasta que en septiembre de 2007 envió su currículum a Nueva York, y le concedieron la oportunidad, tras cuatro meses de pruebas físicas, psicológicas y entrevistas, de participar en una misión de la ONU en Haití. Sólo se seleccionó a 3 mujeres frente a 43 hombres españoles en el país caribeño, y ella era la primera gallega en conseguir algo así.

Su labor era formar a los policías de Haití en temas relacionados con el tratamiento de las víctimas de los malos tratos y agresiones sexuales, algo bastante normal en un país como éste, en el que el adulterio de los hombres está visto como algo normal. Pronto, sin embargo, el americano John Lonsway, director de la operación, vio la valía de esta gallega y la nombró responsable de la gestión de personal de la policía, con lo que coordinó a 99 agentes de la ONU. Aún así, siempre le quedó tiempo para visitar los orfanatos de Haití y llevarle regalos y golosinas a los más pequeños.

La ONU la condecoró con dos medallas por su labor en Haití. Y, desde su vuelta en la Comisaría de Santiago trabaja en el Servicio de Atención a la Familia o SAF.

local@elcorreogallego.es

EN EL CARIBE

Quizá el peor país del mundo para residir

A Haití se le considera uno de los lugares más pobres del mundo. "La pista de aterrizaje de la capital, Puerto Príncipe, está llena de baches. Cuando sales del aeródromo, una multitud de gente te rodea e intenta sacarte las maletas", recuerda esta policía. Los residentes tratan, así, de conseguir algo de valor, pues un litro de leche les cuesta 10 euros. Además, desde que Jean Bertrand Aristide fue derrocado, "muchas mafias lo siguen apoyando, y ven a los agentes de la ONU como sus enemigos. Allí nos culpan de todo y nos atacan cuando pueden", señala Esporas. Uno de sus compañeros murió en uno de estos ataques. "Estuvimos a punto de evacuar. Al final nos quedamos, pero sufrimos fuegos, rompieron los cristales de los coches de la ONU, la ciudad quedó desierta, no te puedes imaginar lo que fue", recuerda María. Y es que el 90 por ciento de la población va armada, y "hay zonas rojas que no se pueden pisar". Los francotiradores también se dejan ver con frecuencia .

LAS CLAVES

Un soldado muerto y Cité Solèil

Cité de Solèil es uno de los peores barrios de Haití. "No son casas, sino como cuadras de animales en las que vive gente", dice María. De aquí surgió el grupo radical que disparó a bocajarro a un soldado de la ONU, compañero de María Esporas .

Con Miguel Ángel Moratinos

Durante su trabajo en la Misión de Estabilización de Naciones Unidas en Haití (conocida como la operación Minustah), María Esporas fue condecorada. Este acto contó con la presencia en Haití del ministro Miguel Ángel Moratinos.

07 dic 2020 / 09:28
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