El magistrado Villagómez, Gallego del Mes de Agosto

Nacido en A Rúa de Valdedorras (Ourense), en 1932, Alfonso Villagómez Rodil ingresó muy joven en la carrera judicial, en el año 1955, con 22 años de edad, perteneciendo a la sexta promoción de la Escuela Judicial y convirtiéndose así en el juez más joven en llegar a la judicatura en España. Por la extensa y fructífera trayectoria de este magistrado del Tribunal Supremo y autor del Mapa Judicial de Galicia, las redacciones de EL CORREO GALLEGO, Galicia Hoxe, Radio Obradoiro, Tierras de Santiago y Correo Televisión lo han elegido Gallego del Mes de Agosto.

Villagómez Rodil ejerció como juez de Primera Instancia e Instrucción en Poboa de Trives y Verín (Ourense), además de en Quiroga (Lugo). En este tiempo diseñaría el primer Mapa Judicial de Galicia para trasladarse seguidamente a Andalucía, en concreto a Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), ascendiendo en 1970 a la categoría de magistrado con destino en Lérida; para volver enseguida al sur como magistrado y presidente de la Audiencia Provincial de Huelva, hasta septiembre de 1977, que es nombrado juez decano de los Juzgados de Santiago.

En la capital de Galicia desarrolló una intensa actividad jurisdiccional, docente y literaria.

Fue uno de los jueces en dictar las primeras sentencias de divorcio que se producían con arreglo a la Ley de 1981, y el primer jefe de Inspección del Consejo General del Poder Judicial para Galicia, profesor de Derecho Procesal en las aulas de la Facultad compostelana, y como presidente de la Junta Electoral de Zona de Santiago supervisó el desarrollo de las primeras elecciones al Parlamento de Galicia.

A pesar de esta meteórica trayectoria tuvo tiempo para escribir varios libros de poesía. (Con as rosas ao peito, Los de Abajo y El principio y las zarzas). Además, está incluido en la Antología de Narradores Españoles Contemporáneos y en la Enciclopedia Gallega.

TALANTE PROGRESISTA.Villagómez Rodil es miembro numerario del Seminario de Estudios Gallegos (área de Ciencias Jurídicas), y ha sido Premio Montero Ríos, otorgado en 2005 por la Asociación de Juristas Gallegos en Madrid.

De talante y trayectoria progresistas, Alfonso Villagómez estuvo vinculado al movimiento Justicia Democrática integrado por jueces, magistrados, fiscales que intentaron durante el franquismo abrir espacios de libertad en el hermético mundo de la Justicia.

En 1985, es nombrado magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid, en donde presidió el primer ensayo de juicio con Tribunal del Jurado que se celebraba en España desde la Segunda República. Al año siguiente, es elegido por el Consejo General del Poder Judicial presidente de la Sala Penal de la Audiencia Nacional, con categoría de magistrado del Tribunal Supremo. En la Audiencia Nacional contribuyó a poner en marcha este importantísimo organismo de la justicia española.

En abril de 1989, Alfonso Villagómez fue destinado a la sala Primera del Supremo y, en enero de 1990, fue nombrado magistrado de la Sala Especial de Conflictos del Alto Tribunal, y de la Sala Especial del Supremo que decidió, en su día, la ilegalización de Batasuna.

En el Supremo destacó por su capacidad de trabajo y de análisis, repuntando como uno de los mayores especialistas del Derecho Civil español y foral gallego, siendo en esta materia y en Derecho Procesal, miembro de la Comisión General de Codificación.

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