Nerea Barros, cuando Goya pintó dos ojos negros de cine

Tras el Goya por su trabajo en La Isla Mínima, Nerea Barros (1981) entra ahora en el Club de los Gallegos del Año al recibir uno de los galardones que otorga el Grupo Correo Gallego.

Esta actriz compostelana que estudio en el instituto Rosalía de Castro, sabe que un parpadeo puede detener el tiempo. Lo vivió en otras miradas trabajando como enfermera de cuidados intensivos y lo ha sentido en carne propia una noche de este otoño que traza la primavera de su vida.

Cerró los ojos un día de adolescencia y horas después se vio protagonizando Nena, del ourensano Xavier Bermúdez. Y este año, un viernes 6 de febrero, se acostó "a las nueve de la noche para descansar bien", cauta al tener "algo de fiebre por un virus que me baja las defensas desde hace meses", cuenta, y aunque no pudo dormirse "hasta las dos", cuando parpadeó de nuevo estaba delante de cuatro millones de personas con su Goya como Actriz Revelación.

"Creía que lo ganaría Natalia Tena (10.000 Km), muy conocida por Juego de tronos, o Ingrid Garcia-Jonsson (Hermosa juventud) y no tanto Yolanda Ramos (Carmina y amén) porque siendo gran actriz pensé que le pasaba como a mí, que al tener un papel más corto teníamos menos posibilidades. Asumí que no me lo darían pero mantenía vivo el sueño, porque eso es algo humano como cuando echas la quiniela". Soñó y... ganó, no sin antes trabajar años en cine, televisión y teatro. "Tras recibir el Goya vi al gran Pedro Almodóvar entre bambalinas esperando a darle el premio a Banderas y le lloré encima dos minutos... Ahora tengo ganas de abrazar a mis papis, familia y amigos", recalca feliz mientras Goya pinta el negro de sus ojos.