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XXVII edición

Los Gallegos del Año abren la puerta a la excelencia del chef Manuel Domínguez

Natural de O Carballiño, destaca que “la cocina gallega tiene un gran presente y mayor futuro”// Dirige en Madrid, con éxito y humildad, su restaurante Lúa, todo un referente en la capital

El selecto club de los Gallegos del Año da la bienvenida, una vez más, a la excelencia. En esta ocasión, las redacciones del Grupo Correo Gallego han decidido, por unanimidad, que el chef Manuel Domínguez sea digno y justo merecedor de esta distinción.

Que los gallegos suelen tener el empuje, las ganas y por lo general, el talento necesario para sacar adelante sus proyectos y alcanzar sus sueños, no es ningún secreto. Tampoco lo es el que los productos que dan la tierra y el mar de Galicia merezcan el calificativo de pluscuamperfectos.

Con todos esos mimbres y la labor colectiva de un equipo del que presume, Manuel Domínguez Carrete (O Carballiño, Ourense, 1975) dirige en Madrid su restaurante Lúa, referente de la nueva cocina gallega en la capital.

El pasado jueves, este chef gallego recibió con satisfacción la noticia de su entrada en el distinguido club de Gallegos del Año, cuya vigésima séptima edición se celebrará en 2016. "Es el mayor reconocimiento que he tenido en la vida", manifestó.

No hay duda de que su vocación le viene de familia. De la paterna, feriantes carballineses, aprendió el arte de trabajar el pulpo y valores fundamentales en el trabajo; de la materna, heredó el genio culinario de su abuela a la que, por más que lo ha intentado, "no ha conseguido imitar".

Manuel Domínguez tiene como activo su doble formación empresarial y hostelera, soporte de un modelo al que le gusta llamar gastroeconómico. Muchos fueron sus maestros, desde los pulpeiros de O Carballiño, hasta los equipos de cocina de los restaurantes en los que trabajó antes de que decidiera montar el suyo propio, y de los que reconoce "haber aprendido siempre algo valioso"; en Galicia, A Carballeira de Santa Cruz y el Parador de Verín, y luego en Madrid, Goizeko Kabi y El Comité, entre otros.

orígenes de lúa.

El pequeño Lúa nació en 2005 con apenas ocho mesas, en un local de la calle Zurbano del madrileño barrio de Chamberí. Tres años después el libro Lúa y sus amigos, en el que Manuel presenta ya, de forma muy clara, su modo de entender la cocina, le valió el Prix de la Littérature Gastronomique a la mejor publicación novel, que otorga la Académie Internationale de la Gastronomie, una verdadera joya de libro que dedicó a la memoria de su padre, quien le enseñara, sin pretenderlo expresamente, lo más importante en la vida: "la honestidad y el ser feliz haciendo felices a los demás".

Hoy, Lúa ha crecido; elegante y coqueto, permanece en el barrio de Chamberí, pero ahora en el número cinco del Paseo de Eduardo Dato, adonde Manuel llevó sus fogones en el año 2012. Su propuesta gastronómica es cada vez más sugerente y valiente; hay ciencia, arte y diseño en cada uno de los platos que integran su singular menú degustación, aunque estas bondades también adornan la carta que ofrece a sus clientes en la zona de barra.

El talento innovador, el esfuerzo personal y su capacidad para cohesionar un equipo muy profesional, han sido las herramientas con las que Manuel Domínguez ha sabido construir este magnífico y sorprendente restaurante. Para él, la fórmula es sencilla, "hacer bien su trabajo", y como el trabajo bien hecho tiende a ser recompensado, los reconocimientos poco a poco han ido llegando.

PRIMERA ESTRELLA MICHELIN.

Recomendado desde hace algún tiempo por la Guía Michelin y otras publicaciones especializadas, como la Guía Repsol, que le otorga dos soles, Lúa acaba de hacer cumbre en su escalada natural hacia el estrellato Michelin; su primera estrella le ha sido concedida el pasado 25 de noviembre en la gala que la prestigiosa publicación francesa organizó en el Hostal dos Reis Católicos. El hecho tiene mayor significación, si cabe, por ser la primera otorgada a un restaurador gallego que realiza su actividad fuera de Galicia.

Para Domínguez, "la estrella es el reconocimiento al esfuerzo de un equipo ilusionado y motivado por seguir innovando y creciendo" y le compromete a continuar aportando su granito de arena a la cocina gallega, a la que ve "con un gran presente y mayor futuro". Y afirmó convencido que "seguir trabajando con humildad y dedicación, confiar en sí mismo y en definitiva, ser gallego, es el mejor modo de contribuir a que la cocina de Galicia alcance el lugar que verdaderamente merece".

07 dic 2020 / 07:24
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