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JOSÉ MARÍA BESTEIRO CABANAS / Productor audiovisual / Periodista. Escritor

Lo único que hice fue sumar talento

Yo acababa de producir Géminis con TVE, un serial de sobremesa que acabó líder de audiencia con casi un 40 por ciento de share y que se vendió en más de 40 países, y José Manuel Rey me había citado a través de un amigo común porque pensaba que debíamos hacer algo juntos en Galicia y para TVG.

La reunión fue en un despacho decorado con mucho gusto por el mismo diseñador que le había hecho el de Amancio Ortega y todavía recuerdo, detrás de la cabeza de Rey y como paisaje de fondo, unas maravillosas reproducciones en miniatura de los principales muebles del siglo XX.

Yo no llevaba nada preparado porque no sabía lo que quería, pero de repente me acordé de que en 1996, mientras disfrutaba en Jávea de una luna de miel que duró un año y escribía la sección de Los reyes catódicos para El País, había empezado a escribir El ángel que se parecía a Errol Flynn, unas memorias noveladas de mi infancia inspiradas en Días de radio, de Woody Allen, que contaban mis años rurales en Miranda, o sea Riotorto, cuando yo quería ser cowboy, veterinario, astronauta, novio de Marisol y Alvarito Cunqueiro. Y con todo eso en mi cabeza le propuse hacer una serie de época.

O sea que sería un Cuéntame a la gallega, me dijo Rey.

No lo había pensado, pero me temo que es un buen argumento de venta. Sería un homenaje a la generación de mis padres, una serie/espejo donde la gente que ve TVG se reconozca.

Hay un hueco para eso en Galicia. Seguro que Paco Campos nos compra la idea.

Y en efecto, fuimos a ver a Paco Campos, que fue el visionario que supo ver que TVG tenía que ser la locomotora que tirase de todo el audiovisual gallego y el responsable de que pasara todo lo que luego pasó, desde Bambú a Vaca Films y Portocabo, y nos compró la idea.

¿Y cómo se titularía ?, preguntó Campos

Celtas sin filtro

Dame alternativas.

Improvisé cinco o seis, y finalmente, con su olfato de aldeano global agudo, eligió Libro de familia.

Al salir de San Marcos, Rey y yo nos dimos la mano para sellar nuestro acuerdo, y así empezó una relación que duró quince años hasta que, finalmente, el año pasado decidí retirarme de mis labores como productor para convertirme en amo de casa y rematar aquellas memorias que quedaron pendientes en 1996. Fueron tres lustros felices, sin una sola discusión ni una sola diferencia, el tipo de negocio que solo se da en sueños, pero que a veces uno tiene la suerte de disfrutar en la realidad. Se emitieron 319 capítulos de Libro de familia (gracias a la ayuda también de Benigno Sánchez , que sustituyó a Paco Campos en TVG, y nos dotó de más medios para aumentar el número de exteriores) y la serie se convirtió en la ficción más longeva y exitosa del prime time de la Televisión de Galicia, con un spin off que se tituló Pazo de familia y que prolongó el sueño ciento y pico capítulos más.

Un equipo de mujeres encabezado por Silvia Carnero al frente de la producción y Rosa Castro como jefa de guionistas fueron las responsables del éxito, junto a más de cien personas que la falta de espacio me impide nombrar, pero a las que siempre les estaré agradecido. Yo lo único que hice fue sumar talento, que es lo más fácil del mundo. Se trata sencillamente de fichar a los mejores. Son mis recuerdos en EL CORREO GALLEGO, un periódico de familia.

16 jun 2020 / 01:19
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