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JAVIER HERNÁNDEZ PASÍN / Exconsejero

Un ronsel de amistades y emociones

Después de más de ciento cuarenta y dos años, EL CORREO GALLEGO celebra su largo y exitoso periplo con la publicación de este número extraordinario en el que se aúna el esfuerzo fraternal y solidario de toda la estirpe de tan exitosa publicación.

Las dificultades que surgen en la diacronía cotidiana de los diversos medios de comunicación siempre han sido, son y serán de superación muy difícil. Tampoco EL CORREO se ha visto libre de inconvenientes que se han superado y se resuelven cada día con inteligente y generosa dedicación. En todo caso, lo que nos anega el corazón en este momento son los gozosos recuerdos y la presencia de la amistad generada en el ámbito de la fraternal publicación. En esta ocasión, inmerso en todo el colectivo que ha coadyuvado en tan brillante trayectoria y con todo el personal que continúa en la brecha, quiero dejar constancia de compromiso, de afecto, de simpatía y agradecimiento en la condición de exconsejero en el Consejo de Administración de la Editorial Compostela.

En el año 2000 se produjo mi mutación de asiduo lector por consejero de la empresa productora de esta publicación, exactamente como miembro del Consejo de Administración de la Editorial Compostela, cargo que he desempeñado hasta octubre de 2015. Casi nada, quince años de ilusión y de entrega a los intereses de un excepcional proyecto al servicio de la información, de la opinión, del análisis y de la cultura en Galicia.

Mi presencia fue propiciada por don Feliciano Barrera y sus hijos Fernando, José Luis y Pilar, sin olvidar que en todo el ágil proceso está presente la imprescindible figura de José Manuel Rey, con quien ya tenía una muy cordial relación que se consolidaría como uno de mis mejores y muy seleccionados grandes amigos, profesional en quién he observado siempre entrega, honestidad y criterio a favor de la empresa editora como publicación bien asentada en su cimentación y raíces así como con la clara firmeza en su larga trayectoria de línea editorial.

En una tan señalada fecha para mí, la de la inclusión en el mencionado Consejo de Administración, comenzó un nuevo proceso de aprendizajes, tales como: conocimientos sobre los entresijos de la empresa privada, conocimientos desde muy cerca sobre los medios de comunicación, tanto escritos como audiovisuales, campo abierto a muy diversas y, en muchas ocasiones, interesantísimas relaciones sociales. Con todo, no quiero dejar en olvido algún momento de dificultades que me llevó a responsabilizarme de gestiones con resultados, al fin, muy positivos, con la participación de otro de mis más grandes amigos, el fundador del diario El Mundo, Balbino Fraga, y siempre en relación estrecha con el director del diario compostelano.

Para terminar este breve e íntimo recordatorio de gozo y melancolía, quiero aún referirme con cariño y admiración a todas las personas –con muchas de las cuales aún mantengo destacada relación personal– que fueron y a las que siguen siendo fundamentales baluartes en esta empresa editorial, lo que viene a ser la plantilla de profesionales en general: técnicos, plumillas, analistas, colaboradores, publicistas, ejecutivos y todo el personal auxiliar.

Como recuerdo muy especial, evoco aquel viaje en el que todo el Consejo de Administración nos desplazamos a Madrid, al Palacio de la Zarzuela, para una audiencia con el Rey Juan Carlos I en la que disfrutamos de momentos de simpatía y muy agradables.

16 jun 2020 / 01:21
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