Uno de cada cuatro menores gallegos está en riesgo de pobreza y exclusión social

La falta de inversión en infancia y familias en relación al conjunto de países europeos, la inexistencia de un plan de ayudas a la crianza y el poco efecto que las transferencias sociales tienen en la reducción de la tasa de pobreza han llevado a España a situarse de manera estructural como uno de los países con una mayor tasa de población infantil en riesgo de pobreza y exclusión social en la Unión Europea. Con un 34% de los menores en esta situación durante el pasado año, el dato español es el segundo más elevado de todos los estados miembros.

En este contexto, las cifras gallegas reflejan una situación bastante más favorable que la media estatal según el Análisis de la encuesta de condiciones de vida con enfoque de infancia que presentó durante la jornada de ayer la Plataforma de Organizacións de Infancia de Galicia (POIG). Sin embargo, queda aún trabajo por hacer, y es que uno de cada cuatro gallegos menores de edad se encontró durante el pasado año en una situación de pobreza y exclusión social, lo que en términos absolutos supone que 93.400 niños y adolescentes estaban en esta tesitura.

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Así lo refleja la tasa Arope (de las siglas en inglés de en riesgo de pobreza y exclusión) que se sitúa en la comunidad en el 25,8%. Este índice dibuja un mapa a nivel estatal bien diferenciado, en el que las comunidades del norte peninsular se sitúan por debajo de la media nacional –con la única excepción de Asturias–, mientras que son las del sur, con Canarias y Andalucía a la cabeza, las que registran un mayor porcentaje de su población infantil en riesgo de pobreza y exclusión social.

Este índice analiza, además del apartado exclusivamente económico, diferentes indicadores que pueden denotar una carencia material severa para los infantes en los que Galicia se sitúa muy por debajo del conjunto de España, con un 7% con respecto al 11% estatal. En este sentido, los infantes gallegos únicamente se sitúan por encima de la media nacional en la incapacidad de irse de vacaciones al menos una semana al año, una vicisitud que sufrieron el 40% de los menores en la comunidad, mientras que el promedio nacional se situó en el 34%.

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Teniendo en cuenta únicamente el apartado de ingresos, la comunidad es la cuarta región con una menor tasa de pobreza infantil, con el 21%. Sin embargo, tal y como resaltó Ricardo Ibarra, presidente de la Plataforma de Infancia, la comunidad “fue la región de España en la que más creció la pobreza infantil severa” durante el pasado año. Concretamente el 10,3% de los niños y adolescentes gallegos reside en hogares con un ingreso menor al 40% de la renta mediana disponible equivalente –un 1,7% más que en 2022–. A pesar de este incremento, Galicia se sitúa como la cuarta comunidad con un menor porcentaje de población infantil en esta situación.

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Propuestas

Con el objetivo de mejorar esta situación, la POIG propone diferentes medidas correctoras que pasan por mejorar el acceso a la renta garantizada de ciudadanía –reduciendo los trámites burocrácticos– para que lluegue al mayor número de familias vulnerables, destinar como mínimo un 5% de los recursos del Fondo Social Europeo del marco plurianual 2021-2027 a la reducción de la pobreza infantil, planes de apoyo específicos a los modelos de familia más frágiles como las monomarentales o aquellas que cuentan con niños con discapacidad, aumentar la ratio para la atención a la infancia en los equipos técnicos del menor de la Xunta; o promover recursos y medidas para compensar las desigualdades sociales en el ámbito educativo, entre otras propuestas.