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Kirk se cuela en el ‘Olimpo’ de las borrascas gallegas

Con más de 1.300 incidencias y 3.000 llamadas al 112, decenas de carreteras cortadas, 23.000 hogares sin luz y vientos de más de 180 por hora, Kirk se ganó un hueco propio en lista de grandes temporales gallegos junto Klaus, Hortensia, Karlotta o Ciarán.

Un árbol destrozó un coche en el Campus Vida de Santiago.

Un árbol destrozó un coche en el Campus Vida de Santiago. / Á. Ballesteros

Martín García Piñeiro

Martín García Piñeiro

Santiago

Kirk ya tiene un nombre propio junto a otros temporales emblemáticos que sufrió Galicia como Klaus, Hortensia, Ciarán, Domingos, Flora, Karlotta o Cynthia... No fue el más intenso, ni el más devastador, ni el más letal, ni el que marcó más récords... pero las cifras que dejó en pocas horas tras barrer la comunidad de oeste a este lo convierten en una borrasca extraordinaria. Y con una singularidad: su impacto en la totalidad del territorio. Un temporal difícil de ver «de forma tan masiva en toda Galicia» debido a «la combinación de viento y lluvia» de forma «corta en el tiempo» en las cuatro provincias, admitió el coordinador de Meteogalicia, Juan Taboada.

Este experto asegura que el de ayer fue un episodio «bastante homogéneo» en toda Galicia «al registrar entre las 6.00 horas de la madrugada y las 10.00 horas las máximas de lluvia y viento». Unos valores de agua de 120 litros por metro cuadrado en Lousame y de 181 kilómetros por hora en la montaña de Lardeira, en Carballeda de Valdeorras. No están muy lejos de los 198 del Klaus en 2009 ni de los 183 de Domingos en 2023, por citar dos cifras históricas en Galicia, mientras se mantiene en cuarentena el dato que otorgaba a Karlotta el récord con una racha por encima de los 200 (202,3) por hora este febrero pasado en Viveiro.

Además, llueve sobre mojado. Y seguirá haciéndolo, porque mañana ya entra un nuevo frente, «pero desde el sur», por lo que «lo normal es que esté por debajo de los niveles de aviso» y se prevé «un día de lluvia en otoño, con lluvia a partir de mediodía del viernes y hasta el sábado», avanza Taboada.

Una larga lista desde 1941

En todo caso, el nuevo frente de lluvia no tendrá nada que ver con las grandes borrascas que azotaron Galicia a lo largo de los daños, al menos desde el año 1941, cuando los estudios e informes sitúan el primer gran ciclón extratropical que barrió la comunidad. Fue los días 15 y 16 de febrero y no tiene nombre, ya que entonces Europa estaba más pendiente de la Segunda Guerra Mundial que de bautizar temporales. En todo caso, sus 955 milibares se consieran todavía hoy la presión más baja de un frente así en la Península, propia de un huracán de grado 3. Y sus efectos fueron devastadores.

Hortensia, en 1984, fue el primer temporal 'mediático', por decirlo de algún modo. La racha máxima de viento no fue tan elevada, 158 por hora en Ferrolterra, pero obligó a suspender las clases y dejó un reguero de daños que quedó en el imaginario popular.

Con Klaus, en enero de 2009, los gallegos empezaron a familiarizarse con el término "ciclogénesis explosiva". Sus rachas de 198 por hora medidas en Estaca de Bares le darían categoría de huracán, pero al no sostenerse durante un minuto nunca se catalogó como tal. Aunque viendo su destrucción, bien podría serlo. Hubo zonas de Galicia que estuvieron una semana sin luz por el caos de Klaus, considerada todavía hoy la mayor borrasca de Galicia.

Desde entonces, la lista es interminable, especialmente desde que mejoró la tecnología de seguimiento y predicción meteorológica y, a la vez, se generalizaron las redes sociales como altavoces de las alertas. Algunas borrascas que se anunciaron mucho fueron más 'mansas' de lo esperado y otras con menos alerta generaron más destrucción, como Flora en 2010, año que también bautizó a Cynthia. Antes, en 2006, Gordon había dejado sin luz a 100.000 gallegos, la población de Santiago.

En enero de 2014 nadie recuerda el nombre de un tren de borrascas atlánticas que azotaron Galicia con especial virulencia en el mar, pero que a día de hoy son las más letales que se recuerdan, porque la ola gigante generada por una de ellas se llevó cuatro vidas por delante en los acantilados de Meirás. Y pocos días antes había fallecido un percebeiro en Ribadeo.

En octubre de 2017 un huracán cruzó el Atlántico para impactar en Galicia con un aire fuerte, pero cálido. Se llamba Ofelia y aunque no fue devastador ni destrozó casi nada, tuvo unos efectos nefastos: avivó los incendios de Portugal y Galicia, una oleada de fuegos que acabó con 44 vidas en el país vecino y 4 en el lado Español.

Más recientemente los gallegos escucharon hablar de Ciarán o Domingos, borrascas muy potentes que nos visitaron en 2023. O de Karlotta, en febrero de este año, con sus vientos huracanados que, según un medidor de Viveiro, habrían rebasado los 200 por hora.

Las cifras de Kirk

El nuevo frente sorprenderá a Galicia todavía recuperándose de las heridas de Kirk. La central de Emerxencias 112 recibió más de 3.000 llamadas y contabilizó 1.322 incidencias, la mayoría asociadas a desprendimientos, carreteras cortadas por la caída de árboles e inundaciones. Por fortuna, no hubo que lamentar heridos.

En el balance del 112 aparecen 791 caídas de árboles sobre la vías y 166 por cables, postes de luz y teléfono.

Pontevedra fue la provincia más afectada con 732 incidencias, con Vigo a la cabeza con 157, entre ellas, la caída de algunos elementos del alumbrado navideño que ya coloca la ciudad olívica desde hace aproximadamente un mes. Pontevedra (59), A Estrada (53), Nigrán y Ponteareas fueron otros epicentros de problemas derivados de Kirk. En A Coruña se contabilizan 329 incidencias, 67 de ellas en Santiago. En la provincia ourensana, el 112 ha gestionado 134 incidencias con Celanova y O Bolo con puntos más afectados, mientras que en Lugo hubo 118, con la capital a la cabeza. Una vez más se repitieron las inundaciones en la comarca ganadera de Terra Chá.

En cuanto a los cortes en el suministro eléctrico, de los más de 20.000 gallegos que se quedaron sin luz la mayor parte se sitúan en la provincia de Pontevedra. "Las incidencias en el suministro eléctrico han afectado a unos 23.000 clientes de Naturgy en Galicia. Por provincias: 11.700 en Pontevedra, 5.600 en Ourense, 5.200 en A Coruña y 760 en Lugo", explican.

Río Belelle desbordado en Neda.

Río Belelle desbordado en Neda. / Kiko Delgado

Además, once ríos están en vigilancia por riesgo de desborde tras las fuertes lluvias, que provocaron inundaciones en los cauces del Verdugo a su paso por Ponte Caldelas, el Anllo en Vilalba o el Sar en Padrón, así como otros cauces de menor entidad como el Belelle en la zona de Neda. Dentro del Plan de seguimiento y control de los caudales de los ríos (Plan Inungal), la central de emergencias vigila especialmente los ríos Tambre, Mandeo, Mendo, Dubra, Verdugo, Lérez, Tea, Landro, Ladra, Masma y Ouro.

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