La moda de gobernar a golpe de bonos

Hoy en día casi resulta más sencillo conseguir una entrada para la gira de despedida de Sabina que hacerse con alguno de los bonos y cheques que ofrecen los gobiernos a los ciudadanos. Los hay para casi todo: hacer turismo, ir a un balneario, adquirir una raqueta de pádel, conectarse a internet o incluso comprar un lenguado en la plaza. Las administraciones han incorporado esta estrategia de inversión de los fondos públicos hace tiempo, pero desde la pandemia se multiplica. Y los ciudadanos la avalan con la descarga masiva de estos bonos en tiempo récord.

Fue lo que ocurrió hace unos días con los Bonos Activa Comercio o los Bonos Corazón Compostela, iniciativas similares que arrasaron. Los primeros, de la Xunta y que ofrecen descuentos de 30 euros en compras, llegaron a 255.000 gallegos que en menos de tres días agotaron el crédito disponible: 2,5 millones. Los segundos, del Ayuntamiento de Santiago, no duraron ni diez horas. Son 20 euros de regalo por bono, con un máximo de tres por persona y un presupuesto de 450.000 euros, que se estima que benefició a 20.000 vecinos, uno de cada cinco en la capital.

Bonos de tipo comercial

Son solo dos ejemplos de lo que hoy es una práctica de gestión de dinero público consolidada. Aunque siempre hubo distintas líneas de ayudas como las orientadas a renovar electrodomésticos, ventanas, sistemas de calefacción o libros de texto y material escolar, fue tras la pandemia cuando se empezó a generalizar el modelo de bonos destinados a recuperar un consumo que cayó en picado.

Uno de los pioneros fue el Bono Turístico de la Xunta, con descuentos para desestacionalizar esta actividad y que en su edición de 2024 voló a una velocidad de cien descargas por minuto. Casi la misma demanda que suscitan los diferentes bonos de termalismo de las diputaciones provinciales, algo así como un imserso provincial que permite a los mayores disfrutar de balnearios a precios muy ventajosos. También se aprobó el Xacobeo Xove, una ayuda de la Xunta de 200 euros para que menores de 30 años de fuera hagan el Camino.

La partida de los bonos Activa Comercio de la Xunta se agota en dos días

Junto al turismo, el comercio suele ser el otro ámbito con más bonos. La Xunta estrenó en 2024 el Bono Deporte, un cheque de 120 euros para comprar material a niños federados en alguna disciplina deportiva. Fueron más de 16 millones que se agotaron.

También es novedad en 2024 la ayuda de la Xunta para mascotas, con el fin de financiar gastos veterinarios, que nació con una dotación de 125.000 euros.

El Gobierno central se sumó a la moda después de la pandemia con el Bono Cultura, una ayuda directa de 400 euros a quienes cumplen 18 años para acceder a productos y actividades culturales y que acaba de cerrar su tercera edición. Cada año supone 210 millones. Y también es estatal el programa Cine Sénior, con el que mayores de 65 tienen acceso a las salas para ver películas a 2 euros.

El éxito de estas fórmulas radica, según sus promotores, en que son ayudas que llegan al ciudadano rápido, sin burocracia ni papeles, a golpe de móvil, por lo que es tangible e instantáneo. «En una hora puedes tener el bono descargado y gastado», explican desde la Administración gallega. Y el vendedor también lo nota.

Bonos de carácter social

Junto a estos bonos orientados al consumo conviven en las administraciones otros de carácter más social. A diferencia de los anteriores, suelen estar vinculados a la renta y movilizan mucho más dinero público, parte de él en algunos casos procedente de la UE. Si los cheques de comercio y turismo suponen este año más de 20 millones de euros en Galicia, solo el Bono Coidado no Fogar y el Bono Residencia para el cuidado de dependientes son más de 100 millones.

En la Xunta, ayudas como el Bono Social Térmico para calefacción, Bono Social Elétrico para la luz, todas las ayudas al alquiler o el Bono Concilia Familia para extraescolares y campamentos tienen un fin más social, igual que el Bono Dixital para que familias sin recursos accedan a internet; mientras que el Bono Enerxía Peme, Bono Talento Empresa o el Bono Remuda para el rural son más económicos.

Una de las ayudas directas más antiguas en el ámbito social es la Tarxeta Benvida, algo así como un cheque bebé que la Xunta da a cada recién nacido a partir de 100 euros al mes.

Xunta: «El éxito es llevar la atención del cliente hacia el comercio local»

El director xeral de Comercio e Consumo de la Xunta, Gabriel Alén, valora las cifras del Bono Activa Comercio, 5 millones de euros repartidos en dos campañas. «En esta distribuimos 2,5 millones con los que se movilizan 11,3», celebra. De hecho, compara su éxito al de las antiguas rebajas, «porque se ven colas» esos días. Pero más allá de los números, Alén cree que esta iniciativa es dinero «bien empleado» porque supone «una motivación que lleva la atención del consumido al comercio local». «Para mí ese es el gran éxito, la capacidad de captar la atención y dirigirla a ese comercio local» que tanta ayuda necesita. Y además repartido por toda Galicia, ya que no se limita solo a los negocios de las ciudades. «En modelo de bonos es innovador en muchos sentidos».

Agotados los Bonos Corazón de Santiago en menos de 24 horas

Concello de Santiago: «Con 450.000 euros se movilizan cuatro millones»

Los Bonos Corazón Compostela se agotaron en tiempo récord y «mejorarán» los datos de 2023, según la concejala de Promoción Económica, María Rozas, que recordó que con «17.000 euros más» de presupuesto esperan movilizar «casi 4 millones». «Estos datos demuestran el interés que suscitan los Bonos Corazón, no solo entre los consumidores, sino también entre comerciales y hosteleros», dijo. «Los bonos cumplen el objetivo para el que se crearon: fomentar el consumo en el comercio y hostelería locales, fortalecer estos sectores y dinamizar la economía».